Capítulo 23: Te lo dije

1.1K 123 44
                                    

Tras la desaparición de una persona, lo normal es tratar de buscarla, principalmente si esa persona se ha llevado a tus hijos, ¿verdad?

Bueno, mi queridísimo hermano parece no pensar lo mismo, él ha seguido con su vida como si nada hubiese ocurrido, moviéndose de un lado a otro con alguna de sus tantas amantes que de manera estúpida creen que su atención es sólo para ellas.

Mis padres no saben sobre su desaparición, es normal bajo cierto punto, ellos no viven con ella y no la suelen visitar tan seguido ahora que tiene un bebé tan pequeño, aunque hoy he recibido la insistente llamada que esperaba mucho más pronto.

Hemos estado viviendo juntos por ya cuatro días, los pequeños se han adaptado de modo espectacular, manteniendo a su madre tranquila y a su vez los sirvientes se encargan de ayudarla en todo lo posible.

Aquí no necesita ser una ama de casa y preocuparse por tener la comida a tiempo, ni recoger la casa que normalmente los más pequeños desordenan al desparramar sus juguetes y crear un caos, sino que muy por el contrario, hemos tratado de que se recupere completamente y ciertamente la he notado muchísimo más tranquila.

Sé que le duele, perder a su esposo no es algo sencillo, ella sigue enamorada, pero al menos ha sido capaz de pensar toda esta situación con calma y elegir lo mejor para sus hijos.

Aparte de los pequeños, Evans también se ha adaptado muy rápido al caos que provocan los menores, uniéndose a los juegos de mis sobrinos luego de cenar, convirtiendo desde hace 3 días nuestras tardes normales, en tardes de juegos.

La casa se ha sentido llena de energía desde que ellos viven con nosotros, aunque el fin de semana nos acercamos al lago y pasamos un tranquilo momento familiar.

Sentía que era demasiado espectacular como para ser tan duradero, principalmente porque tras llegar la fecha límite en la que Theodore tiene vacaciones, de cierto modo sabíamos que regresaría.

Mis padres esta mañana me escribieron aparentemente preocupados, pidiéndome que fuese enseguida a casa para hablar sobre Eva y los niños, así que Evans me prestó otro de sus autos para que pudiese moverme más deprisa.

Esta vez se sentía diferente, la última vez que vine me sentía con mayor confianza, creía que de algún modo Evans estaba conmigo, a pesar de que esperaba fuera de casa.

Él era mi apoyo, podría regresar a su lado con rapidez si las cosas salían mal, pero ahora no sería tan rápido y eso me mantenía agobiado.

Estacioné su carro cerca de la entrada, adentrándome por la casa hacia el salón donde mis padres con un evidente estado de preocupación se movían de un lado a otro.

—¡Eva se ha ido!— chilló mi madre en cuanto me vio, acercándose angustiada.

—¿Sabes dónde está? ¿Si los pequeños están bien?— añadió mi padre.

Mi madre me tomó de los brazos, realmente parecía preocupada por esta situación, pero Eva me pidió no darles su paradero.

—¿Hace cuanto desapareció?— pregunté con completa tranquilidad.

—No lo sabemos, tu hermano...

—¿Qué pasa, familia?— llegó diciendo Theodore con un tono alegre, adentrándose a donde nosotros nos encontrábamos.

Mi madre inmediatamente se acercó, queriendo preguntar por Eva, mientras yo me apartaba un poco para ver y analizar cada una de sus reacciones.

—¿Dónde está Eva?— preguntaba mi madre.

—Debe estar con alguna amiga, no necesitas preocuparte, sólo es una pataleta— le decía con completa tranquilidad el estúpido de mi hermano.

—¿Una pataleta? ¿Por qué ella haría esto?— interrogó mi padre— ¿acaso sabes dónde está realmente?

RIVALES | BoyLoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora