Capítulo 18: creo que...

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—¿Puedo preguntar por tus padres?— preguntó un poco nervioso, viéndome a los ojos mientras su pierna se movió con un poco de nerviosismo.

—Claro— respondí despreocupado.

—¿Por qué te dieron la espalda?— preguntó directamente— no creo, pero... ¿Le hiciste algo a tu ex esposa?

—No realmente, sé que ellos lo saben, pero es más fácil culpar al mayor— contesté, viendo sus ojos llenos de confusión— mis padres consienten demasiado a mi hermano. Mi madre no tuvo un embarazo fácil, era un embarazo de alto riesgo y Theodore nació antes de tiempo, pasando varios meses en una cápsula. Los primeros meses estuvo conectado a máquinas y recibió varias operaciones.

—No debió ser fácil.

—No lo fue, pero a partir de ese momento ellos comenzaron a consentirlo en todo. Supongo que debe ser difícil oír por parte de médicos que tu hijo morirá, pero a lo largo de los años, ese dolor debería haberse esfumado.

—¿Cómo eran contigo?

—Yo era llevado a casa de mis abuelos debido a los controles médicos de Theodore. Eso los llevó a acostumbrarse a ello y exigirme más, usando la excusa de que yo estaba bien y que no debía causar más problemas.

Recordar el pasado siempre duele, pero ahora sentía que podía liberar ese sentimiento acumulado a lo largo de los años.

—Cada mínimo logro se lo celebraban, mientras que los míos eran tomados como algo insignificante. Mi padre solía decir: Es lo mínimo que puedes hacer, tú estás en perfectas condiciones y tu única responsabilidad es estudiar.

Quise llorar, doblé mis piernas apegándolas a mi pecho, usando mis rodillas como una base para acomodar mis brazos y posteriormente apoyar mi cabeza, viendo hacia el frente, pero mi mente estaba en el pasado.

—Mi época de secundaria fue la peor— me quejé— ser adolescente de por sí es difícil, tienes cientos de cambios hormonales y había un idiota que arruinaba los únicos momentos en los que tenía un poco de paz.

—Lo siento— se disculpó con nerviosismo.

—En casa me comparaban con mi hermano y en la escuela, me comparaban contigo. Mis padres siempre dijeron que seguramente serías mejor hijo que yo— comenté, formando una sonrisa en mis labios.

—Tus abuelos...

—Ellos creían en mí, no me trataban como el resto, de hecho, siempre repetían que era su nieto favorito y que lograría todo lo que mis padres aseguraban que no podría— recordé con una leve sonrisa— mis padres no eran malos todo el tiempo, aunque en momentos específicos siempre marcaban la diferencia de cuál era su favorito.

—No pensé que la tendrías tan difícil...

—Eso no es nada. Me echaron de casa en mi cumpleaños número 18, diciéndome que como regalo ellos me daban la oportunidad de independizarme y buscar mi propio camino, pero en realidad sólo era una excusa porque mi querido hermano deseaba una habitación más grande.

—¿Qué hay de tu ex...?

—¿Cuál? —interrogué, viéndolo a los ojos a pesar de que sabía a cuál se refería— ¿la que me robaste o con la que me casé?

—Tu ex esposa...—respondió bajando la cabeza.

—El matrimonio fue arreglado— respondí, regresando mi vista al paisaje— no la amaba, pero trataba de tener un matrimonio feliz.

—Oí que ella estaba embarazada...

—No es mío, por si te lo preguntas— le avisé sonriendo.

—No debí...

RIVALES | BoyLoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora