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Juan Carlos creyó por un momento que aquel chico del otro lado de la banca de la parada del autobús era alguien que conocía. Miraba de reojo de vez en cuando. Pensó que él también lo veía de vuelta. Ambos llevaban el uniforme de la escuela. Un traje color gris con detalles azules, zapatos negros y camisa blanca por debajo. Quizás era alguien que había visto por los pasillos. O es que quizás el uniforme le hacía creer que era alguien conocido. Juan Carlos empezó a odiar la situación. Aquel chico empezaba a mover los pies, lo que hizo que Juan Carlos pensara en que lo incomodó con la mirada.
La calle estaba vacía, esta era la última parada del autobús antes de llegar a la escuela. A pesar de que muchas oficinas estaban detrás de ellos, muchos trabajadores no entraban por la puerta principal, por lo que hacía más silenciosa y tranquila la calle. Juan Carlos odiaba el silencio, la totalidad de plasmarse objeto de la ausencia de ruido. Era como si las cosas comenzaran a hablar y a susurrarle. Se sentía incómodo estando solo, y aunque, es un chico tímido, pero amable, prefiere estar en silencio con amigos a un lado.
Este nuevo chico le representaba una amenaza a su cordura. "¿Quién eres?", pensó, mientras fingía mirar hacia la parada del autobús. El chico lo miró de vuelta, y sonrió. Juan Carlos se asustó de inmediato. "¿Qué tal si piensa que soy un psicópata por mirarlo tanto tiempo?, qué vergüenza", su mente suele trabajar más que la promedio. Le aterran las miradas, lo que la gente llegue a pensar de él. Solo quiere ser amable y sentirse bien con ello. Sin embargo, había algo en el rostro de aquel chico que le hizo sentir paz. No estaba haciendo nada malo, "todo esto es mi mente".
—Hola —dijo el chico nuevo.
—Hola —respondió automáticamente. "¿Quién eres y por qué estás arruinando mi día al ponerme tan nervioso?". Trató hacer contacto visual, no obstante, terminó viéndole la barbilla. Ese rostro volvió a tirar de su mente, algo en el fondo quería recordarlo.
—Vamos en la misma escuela —comentó y después se aclaró la garganta. También él estaba nervioso por hablar con Juan Carlos. Sus pies no dejaban de moverse. La calle comenzó a volverse enorme, el silencio se vio interrumpido por su pequeña plática. Juan Carlos quería preguntar si acaso lo conocía de antes, pero sintió que era demasiado descortés no acordarse de alguien.
—Sí, siempre llego temprano —apresuró Juan Carlos.
El autobús llegó. Juan Carlos se sintió aliviado por salvarse de aquella situación incómoda. Las próximas horas de clase estuvo buscando en Facebook y en Instagram algún contacto que pudiera tener una fotografía de él. Su rostro delgado, con pómulos muy pronunciados y su nariz pequeña. Su cabello castaño rizado le pareció el corte de aquellos chicos guapos que juegan beisbol. Su voz era agradable, pensó después de un rato. Se prometió que si lo volvía a ver tenía que saber quién era.
No encontró algo útil y la última clase del día estaba por terminar. Quizás lo volvería a ver, ya que él baja en la misma parada de autobús en la que se subió. Pero jamás había visto al chico misterioso olvidado por su mente caótica. "A lo mejor, solo por hoy se subió en el mismo lugar que yo". Trató de no volver a pensar en ello. Sin embargo, su voz y su rostro comenzaron a mezclarse en su mente con la tarea, con la televisión y con la música.
"Es alguien atractivo", confirmó antes de irse a dormir.
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En la casa de Juan Carlos siempre se despiertan todos a las seis de la mañana. Su madre, Angélica y su padre, Ezequiel, trabajan en la misma empresa de paquetería. Su hermano pequeño, Gustavo, iba a una escuela privada al otro lado de la ciudad, por lo que sus padres lo llevaban diario. La escuela escuela de Juan Carlos tenía un autobús que pasaba por su casa. No tenía problema alguno con tomar el autobús, él siempre fue el hijo comprensivo y educado que sus padre siempre quisieron tener. Juan Carlos se esforzaba en que sus padre no pensarán mal, por lo cual, era honesto con sus salidas con sus amigos y a solas.
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El muro de espuma
ParanormalDos chicos se conocen en una parada de autobuses. Uno es introvertido, tímido y amable con las demás personas. El otro es sociable y se emociona con efusión por hacer nuevas amistades. Juan Carlos cree que conoce Rodrigo desde antes, pero no está se...