Cuando Juan Carlos fue arrojado de la plataforma cayó de pie. Dios unos pasos, sintió una descarga eléctrica en todo el cuerpo. Fue como tener un orgasmo. Rodrigo tenía la boca abierta, su grito fue silenciado por los aplausos. Juan Carlos se sintió mejor de cuando estaba en la clase de natación. Oziel le tendió la mano y lo llevó junto a su padre que veía todo con una expresión neutra. El ángel del agua posó su mano sobre su cabeza y murmuró algunas palabras. Todos respondieron al unísono: Amén.
Las tres personas restantes que habían estado en la rueda sollozaban. Una mujer como de la edad de la madre de Juan Carlos lo apuntó y gritó: ¡Lo siento mucho!
Los aplausos inundaron la habitación de nuevo. Juan Carlos estaba anonadado. "¿Esto es real?", pensó. Sintió un hormigueó en sus manos. Comenzó a temer de nuevo, "¿qué estoy haciendo aquí?", apretó los puños, "¿por qué nunca supe de esto?". Lloró en cuclillas.
Oziel se encaminó hacia Rodrigo, escogió a otras tres personas y repitió el ritual. Sin embargo, Rodrigo no dejaba de ver a Juan Carlos llorando a solas en aquella esquina del cuarto repleto de personas extrañas, de rostros sin ojos, de rostros metálicos.
***
Todo cambió a partir de ese día. Cuando fueron a la escuela no le contaron nada a Adrián ni a Javier. Ellos aún guardaban cierto rencor por la falta de responsabilidad afectiva de Rodrigo. Sin embargo, preferían guardarse sus comentarios. En el almuerzo, Juan Carlos y Rodrigo fueron los únicos que hablaron. Javier asintió en toda la conversación, Adrián rio viendo videos en su celular, no puso atención para evitar decir algo fuera de lugar, no obstante, bajó su teléfono cuando Melisa se paró frente a ellos. Todos los alumnos miraron su acercamiento. Juan Carlos se paró de su lugar sin pensarlo. Rodrigo se puso a la defensiva.
—Por favor, siéntate — dijo Melisa. A lo lejos Leonardo miraba. —Solo quiero pedirles una disculpa... ofrecerles una disculpa.
A Melisa le costó mirar directamente a los ojos. Juan Carlos sintió cierta satisfacción. Rodrigo igual, pero él lo negaría.
—¿Lo haces por presión social? —preguntó Juan Carlos.
Adrián, Javier e incluso Rodrigo se sorprendieron por la participación de Juan Carlos.
—¿Puedes evitar dar lástima? —agregó al percatarse de la admiración de los demás.
—No, y lamento que creas que esa es la única razón. De verdad, lo siento mucho —sollozó. —Lamento haberme comportado de esa manera con los dos, e incluso con ustedes— dijo señalando a Adrián y a Javier.
—Está bien —comentó Rodrigo. —Te perdonamos.
—¿Te perdonamos? —apresuró Juan Carlos mirando a Rodrigo.
—Sí, yo te perdono —corrigió Rodrigo. —Pero sé que Juan Carlos lo hará. Dale tiempo, ¿ok?
Melisa asintió y se fue caminando lentamente hacia Leonardo, que saludó con la cabeza a Rodrigo.
Juan Carlos enfureció y se fue al baño sin decir nada. Adrián y Javier lo miraban atentamente.
—Sé que defenderán a su mejor amigo —expuso Rodrigo. —Pero Melisa tiene derecho a tener una segunda oportunidad y...
—Nuestro amigo tiene derecho a estar enojado con ella —exclamó Adrián. —Nuestro mejor amigo.
Los dos se levantaron y dejaron solo a Rodrigo que apenas pudo comer sin dejar de temblar.
***
Juan Carlos y Rodrigo asistían con mayor regularidad a los rituales. Por supuesto que Oziel respondió a todas las dudas de Juan Carlos. Alguna vez preguntó si acaso alguien se había hecho millonario con la magia. Oziel respondió que sí, pero que era imposible volver a cumplir ese deseo. Oziel les explicó que dentro del muro de espuma no estaban en un trance imaginativo, mas bien existían en otro plano que no era precisamente lo real, sino lo alterno a lo real, sin suponer fantasía. Rodrigo no lo entendió tanto como Juan Carlos. "A veces la mente juega con nuestra percepción" dijo Oziel, "y no necesariamente se compromete nuestra realidad". Rodrigo creía entender e incluso investigaba más de ello a solas. Juan Carlos asimiló la información.
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El muro de espuma
ParanormalDos chicos se conocen en una parada de autobuses. Uno es introvertido, tímido y amable con las demás personas. El otro es sociable y se emociona con efusión por hacer nuevas amistades. Juan Carlos cree que conoce Rodrigo desde antes, pero no está se...