Cap. 8

65 6 2
                                    

Narra Liz:

Dormir en la misma cama que otra persona no me era ajeno, sentir un brazo al rededor de mi cintura al despertar mucho menos, sentir como me pegaba a su pecho murmurando incoherencias aun dormido como si me suplicara que no me moviera, que me quedara calida entre sus brazos si lo era, se sentia diferente, bonito, no tenia ese reflejo de querer correr y esconderme donde pudiera al contrario ojala pudiera quedarme ahi el resto de mi vida.

Como pude me voltee para verle la cara, el sol que se colaba en la ventana lo iluminaba haciendome recordar a como describian a los angeles de las antiguas religiones, sonrei acomodandole el cabello para poder ver aun mas su hermoso rostro, el era perfecto, mas que cualquier otra cosa que haya visto en el capitolio, el valia mas que todas esas cosas y era mas bello aun asi este lugar lo iba a destrozar, lo iba a corromper y convertiria a mi dulce panadero en un sobreviviente o en otro tributo perdido mas.

Tenia tantas ganas de besarlo pero sabia que no era lo apropiado, que no era la manera en que las cosas debian de pasar, queria creer y convencerme que todas esas cosas solo se deberian de hacer cuando el amor era mutuo, que tenian que ser momentos bonitos que se quedaban tatuados en tu corazon haciendote sentir amado cuando los recordabas, no causarte pesadillas y asco, queria idealizar esos simples detalles al menos con el, pensar que solo podian salir de un cariño puro y no de un deseo asqueroso.

Sabia que aun era temprano pero no podia arriesgarme a que nos quedaramos aqui y perdernos el primer dia de entrenamiento, cerre los ojos aceptando la realidad de nuestra situación y de lo que debia de hacer, que debia de salir de nuestra pequeña burbuja donde lo podia protejer para dejarlo a merced de los demas, comence calmadamente a moverlo tratando de que se despertara, por sus muecas me di cuenta de que era lo ultimo que queria.

No pude evitar reir por como me abrazaba mas a la vez que hacia un intento de ignorarme para que nos quedaramos dormidos mas tiempo, todo el momento fue adorable aunque no pude rendirme como los dos deseabamos, segui moviendolo hasta que por fin abrio sus ojos sorniendome de inmediato.

_Peeta_ susurre su nombre bajando mi mano de su cabello a su rostro, su piel se sentia mas suave que la de mis manos, el movio su cara levemente hacia mi mano mientras cerraba los ojos como una señal de que le gustaban mis cariños por un instante me recordaba a los gatitos, estaba segura que podia comenzar a ronronear en cualquier segundo.

Comence a alejarme de sus brazos tratando de pararme de la cama dandole a entender que por mas que lo deseara ya debiamos de salir de nuestra comodidad, veia en sus ojos las ganas de pedirme que me quedara con el pero no dijo nada cuando ya estaba saliendo del cuarto, le di una ultima sonrisa mientras le decia que debia bañarse y salir lo antes posible para que nadie nos regañara.

Me sentia como una pequeña niña ocultando que habia hecho alguna travesura mientras salia al pasillo mandandole un beso al rubio al cerrar la puerta, ya me imaginaba lo que los adultos dirian por mis acciones, el gran interrogatorio que me harian y lo mucho que se preocuparian, me sorprendia como se podian olvidar que ya no debian protejerme, que no podian hacerlo.

Me apresure a prepararme para afrontar otro dia donde lo que sea que hiciera era crucial para la supervivencia del panadero y la cazadora, todos los dias desde la cosecha hasta despues del baño de sangre eran donde se determinaban las cosas que hacian a un tributo el ganador, se suponia que los juegos solo se ganaban con habilidad pero la realidad era que ganaba quien el capitolio queria, ellos elegian al que era mas interesante a quien diera un mejor entretenimiento, un mejor show no solo en los juegos si no por el resto de sus vidas.

Katniss fue la primera en estar lista ya desayunando para cuando llegue al comedor, la salude haciendo una nota mental en como me analizo y miro al cuerto de Peeta antes de devolverme el saludo ya con menos sospecha, ella si se daba cuenta de que algo estaba pasando, ultimamente la discreción no estaba siendo mi fuerte.

Haymitch les explico que podian entrenar por separado, me sorprendi que la de la trenza no quisiera que fuera asi a pesar de que el adulto le explico la razon de porque algunos lo hacian de esa manera, en el doce no era secreto las habilidades que los dos tenian, aunque ambos al inicio no se daban cuenta de lo valiosas que eran sus habilidades, realmente habian tenido suerte porque esa clase de fuerza o destreza con las armas era algo que solo los de los distritos principales sabian.

_Tienen usos diferentes pero realmente cualquier cosa es util en la arena, la fuerza bruta o el uso de armas son cosas que bien ejecutadas son una amenaza para los otros tributos_ explique con una sonrisa queriendo acabar con su discusion pero ninguno me hizo caso, el Mellark estallo contandole a la Everdeen lo que su madre habia dicho, todos nos quedamos unos segundos en silencio, era un comentario que nadie se podia imaginar que una madre le diria a su hijo que iba directo a un matadero.

Tome por debajo de la mesa la mano del panadero dejando que el comenzara a jugar con mis dedos, Kat menciono que todo habia sido porque alguien le habia ayudado, nos miro a ambos, no sabia que era lo que Peeta habia hecho por ella aunque recuerdo a la perfeccion la primera vez que interactue con ella, la razon por la que Gale me odiaba.

No llevaba ni una semana en el distrito y me preguntaba si en serio estar ahi era mejor que si me hubiera quedado en el capitolio, comparaba cada una de las minimas cosas constantemente escapandome del alcoholico que se supone debia estarme cuidando para recorrer mi nuevo hogar y ver como es que funcionaban las cosas en el lugar.

Caminando cerca de la escuela oi voces que discutian sobre las minas, me habia escondido para ver y oir como los dos niños que eran parecidos hablaban sobre como los trabajos de sus padres en un punto no serian suficientes para mantener a sus familias, a pesar de nuestras edades ellos tambien eran concientes de la realidad de la crueldad del mundo, del sistema.

El niño noto mi presencia y de inmediato supe lo enojado que lo habia puesto, me movi rapido tratando de buscar una ruta de escape mientras el se acercaba queriendo intimidarme y diciendo cosas groses e hirientes, como que yo era una privilegiada, que no sabia que era el hambre y cientos de cosas mas que provocaron que yo me enojara, ellos no me conocian igual que yo no los conocia a ellos, yo no tenia derecho a mirarlos con pena y ellos tampoco a idealizar mi vida, al escabullirme el poco dinero que tenia cayo, Gale se lo quedo algo que nunca reclame, al menos para mi el dinero ya no tenia el valor que solita tener.

Sabia que ese no era el momento en que Katniss estaba pensando pero yo sabia que gracias a esa vez que los habia espiado cuando paso el accidente en la mina sin decir nada la siguiente vez que la vi en la escuela escondi entre su ropa uno de mis viejos pañuelos con todo el dinero que tenia en ese momento, nunca hablamos al respecto, esperaba que ella supiera que no lo habia hecho como un acto de esperar algo a cambio o por que le tuviera pena, que ella no era mi proyecto de caridad para sentirme buena persona, si no que realmente lo habia hecho de buen corazon, como pensaba apoyarlos ahora.

Haymitch intervino matando por fin el silencio que se habia provocado ante nuestros recuerdos, les menciono el plan de guardar su mejor habilidad exclusivamente para los vigilantes, yo les indique que los demas no se centrarian mucho en ellos si solo lucian concentrados en aprender las habilidades de supervivencia basicas, esas lecciones siempre eran ignoradas a pesar de lo importantes que podían ser.

El adulto siguió diciéndoles en que concentrarse hasta que de la nada soltó que quería que en publico estuvieran juntos, yo lo mire confundida mientras ellos se quejaban, no explico sus razones, solo lo determinó como un hecho mirándonos de manera seria, les recordó que habían acordado hacer lo que el dijera, ellos pero no yo.

Eso lo había discutido con Effie sin siquiera preguntarme como si mi opinion no valiera, nos dijo que nos fuéramos y esperaramos a la acompañante en el elevador a las diez, los otros dos se pararon y me miraron esperando a que hiciera lo mismo aunque no lo hice, me quedé en la mesa mirando directo al otro adulto, teniamos que tener una conversación. Peeta y Katniss se fueron cerrando sus puertas de un portazo demostrando su desacuerdo.

La mirada del hombre me decía tantas cosas a la vez, era una disculpa y también un regaño, me pensaba ocupar como si fuera alguien cualquiera olvidándose de todo lo que me había visto conseguir en estos años, olvidando todo lo que el sabía, me cruce de brazos pidiéndole que me dijera todo de una vez, yo no era solo otra capitolina, era una jugadora en estos malditos juegos mucho más de lo que cualquiera de ellos sabia.

Algún día (Peeta Mellark X Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora