Narra Liz:
Mientras la cosecha del 12 pasaba yo me dedicaba a clasificar a todos los tributos en categorias, asi era mas facil crear una estrategia excepto por el hecho de que no sabia donde poner a Peeta y a Katniss.
Era raro poder trabajar con un tributo desde este momento, usualmente estaria viendo a todos y planteandome a quien ofreceria mi ayuda. Debia comenzar a volver a mi mentalidad de siempre, perder tiempo aqui significa muerte pero simplemente no puedo verlos a ellos como suelo tener que ver a los tributos.
Effie se quejaba de Haymitch para variar mientras los otros dos no se veian demasiado molestos con el, ella comenzo a tratar de hacerlos entender porque que el otro adulto no fuera profesional era muy malo para ellos, esta vez no lo podia defender eran ciertas cada una de sus palabras. Mire al suelo recordando que muchos años la de cabello rosado iba conmigo llorando diciendo que el que siempre perdieran a los niños era culpa de el.
_Si uno de nosotros falla, todos fallamos y eso los va a matar_ afirme mirando al borracho entrar, todos teniamos que comenzar a entender como iban a funcionar las cosas, me sorprendi al ver que el par fue a ayudarme con el hombre, les sonrei diciendo que yo ya estaba acostumbrada pero no me dejaron.
El chico del pan fue el que se propuso a bañar a Haymitch, pense que ibamos a enviar a uno de los ayudantes pero ellos se negaron, no lucian muy a gusto con los avoxes cerca. Tener a mis dos mundos juntos no era tampoco algo que sabia como manejar.
Me sentia cercana a Katniss aunque ahora ella luciera tan distante, nunca hablamos, solo me toleraba al llevarme al quemador y al comer conmigo, queria creer que eramos amigas, rompio nuestro silencio preguntandome por las luces que se veian fuera del tren, era apenas el distrito 10, el viaje seria muy largo asi que le pedi que fuera a descansar, en la mañana hablaria con ella.
El rubio salio al pasillo poco despues que la de trenza se fuera, suspiro claramente cansado por la labor que era cuidar de su mentor aunque debiera de ser al revés.
Me miro con una sonrisa preguntando porque aun seguia despierta, no diria que buscando una manera de venderlos/ mantenerlos vivos, se puso a mi lado tomando mi mano y mirandome directamente a los ojos haciendo que todo en lo que estaba pensando se fuera de inmediato.
Estaba enamorada de Peeta practicamente desde que llegue al distrito, suena ridiculo pero el verlo a la distancia me bastaba para ver como era y anhelar que el me notara ademas de que siempre tuvimos esas pequeñas interacciones silenciosas que me desmostraban lo maravilloso que es.
Le mostre mi libreta llena de cosas anotadas y afirme que aun debia de hacer algunas cosas, que el es quien necesitaba energia, por fin alejo su mirada de mi cuendo afirmo que no estaba seguro si podria dormir.
Ellos extrañaban a su familia, no podia hacer nada para evitarlo y me volvia una horrible persona usandolo de motivacion para ellos, mientras los mantuviera con vida despues lidiaria con su enojo por mis manipulaciones. No iba a confesar que escuche lo que su madre le dijo pero podia ver en sus ojos el miedo que tenia por todo esto.
_Todo esto va a pasar_ prometi atreviendome a acariciar un poco su cabello, era mas suave de lo que le imagine, el cerro los ojos y tomo mi mano evitando que la alejara, sentia mis mejillas arder agradecida de que el no estuviera observandome, que nadie en realidad nos estuviera viendo en este momento.
_No quiero estar solo_ confeso acercandose aun mas a mi, tomo mi otra mano y yo la lleve a su mejilla, comence a acariciarla creyendo que lloraria, sus palabras tenian muchas implicaciones y siendo honesta ninguna me gustaba, no podía solucionar casi ninguna de ellas.
Le ofrecí que se quedará conmigo mientras terminaba de trabajar por ahora era la única compañía que le podía prometer, ni siquiera me contesto solo de la mano nos llevó al sillón, me relaje cuando detrás de mi por fin escuché su respiración más calmada, se veía como un ángel cuando estaba dormido.
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Algún día (Peeta Mellark X Tu)
أدب الهواةPeeta nunca espero que esa peculiar niña del capitolio pusiera su dulce mirada lila sobre de el por mas de un segundo, sin saber que a Liz siempre le dio alivio su peculiar olor a pan, algún día los dos esperaban volverse cernanos, que a sus caminos...