Narra Liz:
El himno sonaba mientras tenia que sonreir, de vez en cuando cantar, no estaba segura si debia de verme pratiotica como todos los demas del capitolio pero no estaba pensando en eso yo analizaba cada minuscula posibilidad, me asegure de mantenerme calmada, derecha mientras me trataba de convencer de que podia mantenerlos vivos, llevaba 10 años haciendolo, era buena siendo acompañante, todos los tributos que habian aceptado mi ayuda llegaban a los ultimos o ganaban, algo bien debia de estar haciendo, haria lo mismo con Peeta y Katniss.
Los dos tenian voluntad, eso esperaba al menos, mi trabajo empezaba desde este momento, las apuestas por tributos eran muy en serio en el capitolio, desde ahora esas personas ya estaban analizando cada microdetalle de ellos dos, me aliviaba que estuvieran tan idos que no tenian una expresion de horror o algo que demostrara debilidad, los miraba de vez en cuando aunque este año me dedicaba a darles una pequeña sonrisa.
Cuando hablaba con Delly solia llamar al rubio al lado de mi, el chico del pan, era fornido y habia visto varias veces su fuerza bruta en accion, eso era una ventaja pero con el no serviria presentarlo sadico y despiadado, no lo era, el era la persona mas dulce que jamas habia conocido, la cosa mas hermosa de este mundo, demasiado bueno para el sin duda, era un amor y yo ya habia arruinado esa imagen con mi abrazo, sin contar que nos tomamos de las manos.
Una sensacion suave se instalo sobre mis manos, las de el eran mas calientes que las mias y olian a reposteria recien horneada, cerre los ojos disfrutando del olor sabiendo que el habia puesto una mano encima de las mias, era un pequeño acto de apoyo silencioso cuando estaba empezando a rascarme el esmalte de uñas que traia, despues recorde las camaras.
No entendia sus razones de tomarme de las manos y aceptar mis muestras de cariño si de seguro el no sentia lo mismo, me trague esa pequeña decepcion, aun con mis pensamientamos pesimistas de que lo estaba haciendo por pena tal como cuando me defendio de los otros niños, no fui capaz de apartar su mano, en television nacional se veria muy mal, yo me caracterizaba por ser cercana a los tributos, apoyarlos hasta el final y eso no cambiaria ahorita.
Veia en sus ojos la preocupación, era un niño que yo no iba a dejar morir, aprete sus manos entre las mias esperando que entendiera mi promesa a el, me sonrio de vuelta y comenzo a acariciar mis manos supongo para calmarse el mismo, lo deje hasta que el himno termino y tuvimos que ir al edificio de justicia.
Caminamos de la mano hasta la puerta, pude por fin soltar el aire cuando ya estabamos en privado, volvi a mi papel tronandome los dedos preparada para mi largo dia, sentia la mirada penetrante de los dos adultos pero decidi ignorarlos, recibiria regaños despues.
_Sus familias van a tener un tiempo para despedirse en privado, el tren llegara pronto y va a ver muchos reporteros en la estación asi que no se desarreglen mucho por favor_ les conte de manera mas seria, parecieron sorpendidos por mi tono de voz, los dirigi a cada uno a la sala que tocaba y espere afuera a que aparecieran sus familias para guiarlas.
Peeta me miro mucho mientras su madre y hermanos pasaban con el, se supone debia darles privacidad aunque el ojiazul tratara de tomarme del vestido, no queria ser chismosa pero la voz fuerte de su madre se oia atravez de la puerta, ellos no creian en el, esperaban que Katniss ganara.
_¿Eres Liz cierto?, mi hijo habla bastante de ti_ la voz del panadero me sobresalto, asenti diciendo que si necesitban algo yo estaba a sus ordenes y que ya me iba, el nego diciendo que de seguro podia alivianar un poco el hambiente_ mi esposa no tiene muchas esperanzas pero yo se que el es fuerte, ten, los preparo en la mañana, no se si queria dartelos pero fui por ellos en cuanto dijeron su nombre, agradecemos que estes a su lado_ me explico, su tono de voz era tan dulce como el del Mellark menor.
ESTÁS LEYENDO
Algún día (Peeta Mellark X Tu)
Fiksi PenggemarPeeta nunca espero que esa peculiar niña del capitolio pusiera su dulce mirada lila sobre de el por mas de un segundo, sin saber que a Liz siempre le dio alivio su peculiar olor a pan, algún día los dos esperaban volverse cernanos, que a sus caminos...