Park Sunghoon nació destinado a ser el mago que salvaría a las seis naciones que conforman Nevaeh del golpe de los rebeldes y aquel que por fin detendría la catastrófica guerra mágica.
Ha pasado años entrenando para ese momento y cada mago tiene su...
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El repiqueteo de sus pies sobre el suelo perfectamente liso del internado es lo único que rellena el intenso silencio dentro de la biblioteca. Jisoo se encuentra detrás del mostrador leyendo un pesado libro que no le interesa en lo más mínimo a Sunghoon, vamos, que ni siquiera el suyo propio que se halla entre sus brazos logra captar su atención.
Es incapaz de concentrarse y maldice eso porque es todo culpa de cierto mago patoso. Trató de parecer indiferente los primeros minutos, pero a medida que el tiempo transcurrió el pesar que se instaló en su pecho ante el pensamiento de que Jake no le haría compañía solo se hizo más grande.
¿Así se sentía haber sido plantado?
A ver, que en realidad no era como si lo hubiese citado. No habían acordado nada, solo lo invitó a estudiar juntos y él tenía la completa libertad de asistir o no, pero jamás lo creyó capaz de no llegar.
Está por cerrar el libro y levantarse cuando alguien ingresa corriendo, aunque resbala y termina cayendo a medio camino. Sunghoon se topa con unos ojitos de cachorro y un par de orejitas gachas que lo miran desde su posición.
Dando un suspiro se endereza y camina hasta Jake, extendiéndole su mano para ayudarlo a incorporarse. El Wandler Tier le sonríe en grande a lo que él bufa.
