Princesa de Calma

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Los días eran hermoso en el pueblo de Hyrule, la gente comerciaba, jugaba y hacia cualquier cosa dentro de la ciudadela del castillo. Desde una ventana la pequeña princesa llamada Zelda veía con curiosidad pues no podía salir a la ciudadela, pero a muy temprana edad disfrutaba explorando los jardines del castillo.

Un día, mientras jugaba, conoció a
Link, el hijo de un valiente soldado del reino. A pesar de sus diferencias sociales, Link y Zelda se convirtieron en inseparables amigos, compartiendo risas y aventuras a lo largo de los días.

Zelda, la pequeña princesa de cabellos dorados y ojos centelleantes verdes como esmeraldas, irradiaba una alegría contagiosa. Su risa resonaba por los pasillos del castillo, y su curiosidad la llevaba a explorar cada rincón de los jardines reales.

Link, el hijo del soldado, poseía una energía vibrante y una sonrisa cálida. Con cabello rubio oscuro y ojos azules vivaces, siempre estaba listo para unirse a las travesuras de Zelda. Juntos, compartían momentos de risas y descubrimientos, formando una amistad sólida que desafiaba cualquier barrera.

A lo largo de los años, sus personalidades únicas se complementaron, convirtiéndose en compañeros inseparables. Zelda aportaba la chispa de la aventura, mientras que Link ofrecía un apoyo constante y valiente. La amistad entre la princesa y el hijo del soldado floreció con cada juego, creando recuerdos que perdurarían a lo largo de los desafíos que les depararía el destino.

Su amistad floreció sin problema hasta que una triste noticia sacudió al reino:
La reina madre de Zelda falleció inesperadamente. El castillo se sumió en la tristeza, y el rey, devastado por la pérdida de su amada esposa, luchaba por superar su dolor.

Ella estaba triste, no podía ver a su madre. Ella era lista y comprendía porque todo el mundo lloraba. Su madre había muerto, su inocencia solo sabía que estaba dormida para jamás volver a despertar. Ella estaba en un cofre muy hermoso, parecía dormir plácidamente. Zelda muy testaruda trataba de hablar con ella tal vez así despertaría, su padre estaba atónito y solo ordenó que la sacarán.
La sirvienta solo la llevo la sala donde se encontraba Link y al lado su padre. Parecían hablar de algo serio puesto que cuando llegó dejaron de hablar y el se levantó para saludarla en reverencia.
Su padre y la sirvienta se fueron dejándolos solos sin razón de las cosas.
****.
(Triste y ansiosa)-¡Link!
Ella corrió a él y lo abrazo empezando a llorar
-Princesa..
-Link madre a muerto
El correspondió el abrazo y trato de secar sus lágrimas.
(Titubiaba)-Ella...no...no volverá Link.. se ha ido jamás volverá. Fue mi culpa
-Nada a sido su culpa princesa
Ella temblaba entre sus brazos y este solo trataba de encontrar las palabras cuando Link miró a Zelda con empatía y le dijo:
(Suspiro)-Princesa, esto es difícil y aunque la oscuridad le rodee, recuerda que la luz de tu madre vive en cada rincón de este reino. Estaré a tu lado siempre, para secar tus lágrimas y recordarte la fuerza que llevas dentro. El y tu ustedes dos juntos superaran esta tristeza y construirán un futuro lleno de amor y recuerdos felices. Tu madre siempre estará en nuestros corazones.

En medio de la oscuridad, Link se convirtió en un apoyo crucial para Zelda. Siendo su roca en momentos difíciles, él la consolaba y le recordaba la fuerza que llevaba dentro. Juntos, enfrentaron el duelo y encontraron consuelo en la amistad que habían cultivado desde la infancia.
A medida que los años pasaban, Link y Zelda maduraron, pero su amistad persistió. Aunque la sombra de la pérdida aún pesaba sobre el reino, la conexión entre la princesa y el hijo del soldado demostró que la amistad verdadera podía iluminar incluso los momentos más oscuros.
****
Años después xd

Link se convirtió en un soldado ejemplar y en el mejor espadachín de Hyrule. Su trabajo era el proteger al rey pero aún era joven así que le enviaban a misiones secundarias en algunas partes del reino.
Sabia que dejaria de pasar tiempo con  su mejor amiga Zelda, ella no se había tomado bien la noticia pero reflexionó y creyó que sería mejor que el saliera a ver el mundo con sus propios ojos.
La princesa Zelda se pasaba el mayor tiempo en sus aposentos, tras la perdida de su madre y su ahora mayoría de edad tenía responsabilidad más allá de las de una princesa.

Link decidido a consolar a Zelda, escalando con destreza por la ventana de sus aposentos cada día. Cada visita venía acompañado de una flor diferente, un gesto que simbolizaba su apoyo constante durante sus exploraciones como soldado por el reino.

Un día, Link llegó con una flor especial llamada "Princesa de la Calma". Al entregarle la flor por su ventana, notó un brillo diferente en los ojos de Zelda. La flor, con su suave fragancia y pétalos delicados, se convirtió en la favorita de la princesa.
Sin que Zelda lo supiera, en el corazón de Link comenzaban a florecer sentimientos más profundos, a causa de las tiernas miradas que le daba al regalarle una flor.
Cada visita se volvía una oportunidad para expresar su cariño, aunque lo guardaba como un dulce secreto. Mientras continuaba llevándole flores y consuelo, Link se encontraba cada vez más enamorado de la princesa y mejor amiga.

-Son hermosa muchas gracias Link
-No es nada
El estaba colgando de la ventana agarrado de los huecos en la pared y de un salto llegó al otro lado de la pared. Los aposentos de Zelda.

(Risitas)-¿Qué haces Link?
-Me cansé de estar afuera
(Susurros)-Sabes lo que pasaría si vieran que un soldado está en mis aposentos
-Lo sé, pero es ridículo soy tu mejor amigo. Tengo años en el castillo
-Reglas son reglas. Mi padre y los consejeros me matarían
-¿Crees que a mí no?
Ella termino de reír, su risa era linda aún parecía una niña.
-¡Link!
(Mascullo)-Mierda, es mi padre
-Ya ves, será mejor que vayas
-¿Tengo que bajar otra vez por ahí?
Dijo señalando la ventana
-Impa está en los pasillos sería lo mejor si no quieres morir
-Bueno si me rompo una costilla será cosa de Impa
El estaba dispuesto a saltar pero ella le detuvo
-Link, muchas gracias por estar siempre conmigo
-Hice una promesa
El le sonrió pero ella se volteo
-¿Estás conmigo por la promesa?
El reflexionó y cuando entendió al fin corrió a ella
-Claro que no, estoy aquí porque te quiero
Ella sonrió y con un abrazo cálido se despidieron. El bajo agarrado de un árbol de cerezo y fue hacia su padre.

-¿Sigues asiendo eso?
-Es mi mejor amiga papá
-Es la princesa no tu mejor amiga. Recuerda eso, solo somos su protección
-¿Qué?...
-Recuerda lo que somos, somos valientes caballeros y protectores

El tomo de los hombres a su hijo y se marcharon hacia sus cuartos.
De echo era bien sabido que los plebeyos o pueblerinos no tenían acceso a ninguna relación con la realeza, pero a él no le importaba, no era como si fuese un desconocido además el rey le regaló su ahora espada para protegerlo a él y a su hija.

El día concluyó como normalmente lo hacía con el, una cena cálida, amigos soldados contando anécdotas y su padre ebrio llorando por cosas incoerentes.

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Hasta aquí le dejo ya no se que poner.

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