Declaración

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En lo alto de la colina, el majestuoso castillo se alza con una elegancia atemporal. Sus torres afiladas se elevan hacia el cielo, y las vidrieras ornamentadas capturan la luz del amanecer con destellos multicolores. Los jardines cuidadosamente diseñados, llenos de flores exquisitas, se despliegan ante la entrada principal, mientras que el suave murmullo de una fuente añade un toque sereno al ambiente. Las estancias interiores, decoradas con tapices ricamente tejidos y muebles pulidos, reflejan una opulencia que ha resistido el paso del tiempo. Mientras el sol se eleva, sus rayos danzan sobre los cristales, creando un resplandor dorado que envuelve el castillo en un aura mágica y sublime.

Link el mejor espadachín del pueblo, con su armadura resplandeciente, paseaba con gracia por los jardines del castillo. Admirando la elegancia que lo rodea, su atención se dispersa momentáneamente. En un instante de distracción, tropieza con un hombre de apariencia arrogante, cuyo semblante reflejaba desprecio.

Link con humildad, extiende su mano en disculpa, pero Sir Reynaldo la rechaza con un gesto despectivo. Torpemente Link se presenta, tratando de superar la incómoda situación. Sin embargo, la mirada arrogante de Sir Reynaldo persiste, dejando un rastro de hostilidad en ese encantador escenario.

-Mis disculpas, señor. No tuve la intención de causarle inconvenientes.
(Con desdén)-Ah, ¿Tu eres el caballerito, "el mejor espadachín del pueblo"? No esperaba encontrar un semejante plebeyo merodeando por estos lugares.
-¿Me conoce?.
(Riendo sarcásticamente)-Un protector de aldeanos, ¿eh? No me hagas reír. Deberían limitarse a sus lugares y no andar estorbando en mi presencia.
(Con firmeza)-Todos merecen respeto, independientemente de su origen. Yo solo intentaba disculparme por el accidente.
(Frunciendo el ceño)-No necesito lecciones de moralidad de una simple escolta. Que sepas que aunque seas "el mejor espadachín" que aquí no eres bienvenido.

Con esas palabras, Sir Reynaldo se aparta con desprecio, dejando a Link en medio de los magníficos jardines, marcados por un incómodo encuentro en ese elegante entorno.

(Mascullo)-¿Qué le pasa a ese bastardo?.

Link decidido a dejar atrás el desagradable encuentro, se encamina hacia los aposentos de la princesa, su mejor amiga y amada. Al llegar, toca suavemente la ventana con una piedrita y Zelda con una sonrisa radiante y un abrazo fuerte, le da la bienvenida.

-Princesa ¿Cómo va todo?
-Mal, al parecer tenemos muchos más problemas con la ciudadela.
(Pensativo)-¿Ya han ideado un plan?
-Padre trata de hablar con la gente pero no tenemos nada.
-Ya se nos ocurrirá algo.

Los dos mantenían las miradas lejos ya que pensaban en lo que hicieron anoche, como si de un juego se tratase el tomo la iniciativa y la miró suavemente tratando de decir "Todo está bien".

-Comprendo, pero tu bienestar también es una prioridad. ¿Cómo te sientes?
(Exhausta)-Reynaldo insiste en el matrimonio, pero no quiero. Además, la escasez agrícola amenaza con empeorar las cosas.
-No permitiré que te obliguen a algo que no deseas.
-Padre cree que eso sería la solución a los problemas.
(Balbuceando)-¿Y..lo nuestro?
(Sonrojada)-Bueno, es por eso que no acepte tal cosa.
(Apenado)-Tienes razón.
Respecto a la escasez, podríamos organizar un consejo urgente para idear un plan que alivie la situación y, de paso, evite ese matrimonio no deseado.
(Feliz)-Eso sería maravilloso. Si logramos controlar la escasez, tal vez pueda evitar esa boda indeseada.
-Estoy a tu disposición, princesa. Juntos, encontraremos una solución que beneficie al reino y proteja tu felicidad.
-Gracias por estar siempre a mi lado. Tu apoyo significa todo para mí.

Después de eso depósito un beso suave entre sus labios, dejándolo atónito. Ahora sabía que su relación entre ellos había cambiado.

*****
En la oficina de su padre, se encontraba Link inclinado y a Zelda con una expresión seria. Habían sido citados para una reunión.

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