𝐈𝐈𝐈.

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Jake bostezó agotado, había estado toda la tarde jugando a luchar con sus compañeros y comiendo frituras más tarde con Heeseung, Jay y Sunghoon, de ese modo se saltaban la merienda y la cena. Querían evitar el comedor o cualquier espacio donde se pudieran encontrar con el director, pues algunos tenían heridas en el rostro por la brutal forma de jugar que tenían.

El castaño planeaba llegar a dormir a su habitación, así que se despidió de sus amigos a eso de las 8 p.m. para así poder asearse y curar la herida en su labio inferior. Además, debía llegar a ordenar el espacio vacío de la habitación para poder recibir a sus amigos el día siguiente, pues harían su reunión semanal para jugar cualquier tontería y comer chucherías.

En serio era maravilloso tener la habitación para él solo.

Grande fue su sorpresa cuando abrió la puerta de su cuarto y un aroma dulzón invadió sus fosas nasales, ¿acaso alguien se había escabullido en su habitación mientras él estaba fuera? No cabía duda, estaba listo para seguir golpeando gente. Así que avanzó al interior de la habitación con una sonrisa altanera en el rostro y su puño derecho elevado, dispuesto a noquear al intruso.

- ¡Hola! ¿Eres Jake? -esa vocecita aguda obligó al mencionado a bajar la guardia, desviando inmediatamente su atención a la persona que salía del baño con un cepillo de dientes en la mano.

- ¿Eres el llorón del patio? -preguntó desconcertado el castaño.

Realmente esperaba golpear a alguien, pero no a esa florecita. Y está bien, no juzgaba, cualquier persona de ese internado era un digno oponente, pero por alguna razón la apariencia de ese chico marcaba un límite. Quizá por lo delicado que parecía su cuerpo o sus femeninas facciones, o la forma en que lloró sólo por un par de empujones.

Era adorable.

- ¡Hey, no me digas así! Me estaban empujando, eran enormes y.. -Sunoo detuvo su explicación al notar la sonrisa burlona en su compañero, así que se resignó a volver al baño para acabar con su cepillado.

- Lo siento, lo siento, no me quería reír. Pero dime, ¿qué haces aquí? ¿Te equivocaste de habitación quizá? -cuestionó el castaño con sólo una pizca de enfado en su voz.

Por un par de segundos no hubo respuesta, aunque se podía escuchar el sonido del agua cayendo y, al parecer, a Sunoo enjuagando su boca y escupiendo luego. Sólo entonces el susodicho volvió a estar visible, pasándose rápidamente hacia su cama para continuar la conversación con mayor comodidad.

- Nop, la habitación 12 es la mía, sale en mi matrícula. -el pelirrosa defendió su posición al enseñarle al chico dicha prueba desde una imagen en su celular.- Ingresé cuando el proceso de admisión estaba acabando, quizá por eso me designaron alguna habitación al azar.

El enojo de Jake descendió significativamente al oír la explicación, no era culpa de aquel chico en ningún caso, pero una presencia poco conocida en su habitación le causaba un poco de incomodidad. Sin embargo, tendría que acostumbrarse y la mejor manera de crear un ambiente agradable entre los dos era haciéndose amigos.

Claro, comenzaría con eso.

- Bien, entonces somos roomies. -concluyó Jake, desplomándose sobre su propia cama.- ¿Quieres ser mi amigo?

- Oh, yo, ¿sí? -la voz dudosa y confundida del pelirrosa sacó una carcajada al más alto.

- Entonces te invito a la pijamada que haré con mis amigos mañana. -agregó el castaño con voz adormilada.- Estás cordialmente invitado a una pijamada en tu propia habitación, de nada.

La risita que escapó de los labios de Sunoo provocó un extraño cosquilleo en el estómago de Jake, era sin duda el sonido más dulce y agradable que había escuchado alguna vez, se sentía reconfortante.

童女ᅠ:⠀   𝗪𝗘 𝗡𝗘𝗘𝗗 𝗔 𝗚𝗜𝗥𝗟?   %    ( SUNOOHAREM )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora