童女ᅠ:⠀ 𝗪𝗘 𝗡𝗘𝗘𝗗 𝗔 𝗚𝗜𝗥𝗟? % ( SUNOOHAREM )

𝐗𝐗𝐕𝐈.

Sunoo llegó a su casa a eso de las 21:30 p.m, era bastante tarde y el cielo se cubría de negro ya. Cuando hubo bajado del vehículo en compañía de su madre, fue recibido por las luces cálidas que iluminaban la sala principal. Todo estaba tal cual como recordaba hasta antes de ser ingresado al internado.

Y se sintió raro, era extraño no estar en el establecimiento donde diariamente convivía con varias personas, donde el tono de la iluminación era más bien frío. Donde estaban sus seis amigos.

Sacudió la cabeza para no pensar en eso, escabulléndose hasta su habitación con la única maleta que llevó, de todos modos sólo se hospedaría ahí por pocos días. Se despidió de su madre con un movimiento de mano simple, excusándose con el hecho de que se sentía cansado y que mañana podrían preparar platillos deliciosos y demás.

No le extrañó no recibir mensaje de ninguno de sus amigos, era tarde y el único que sabía de su semana sabática era Yeonjun, pues se lo había comunicado por mensajes para no generarle una preocupación extra. No luego de haber sido rechazado.

Sunoo suspiró mientras veía al techo, cediendo poco a poco al sueño.

Esperaba que las cosas funcionaran mejor esta vez.

Las horas pasaron y el día siguiente llegó bastante pronto, el apartado de notificaciones se había visto inundado en mensajes de Yeonjun. Y sólo habían pocos que correspondían a Jungwon, Sunghoon, Heeseung, Jay, Jake y Ni-Ki, en ellos sólo se leía un simple: « ¿Te encuentras bien? » que parecía haber salido de la opción rápida al enviar un mensaje.

Y tan pronto tecleó un « Bien, ¿y tú? » a cada uno de los muchachos, no hubo más respuesta, ni más notificaciones, nada. Sólo ocasionalmente algún sticker enviado por su pelirrojo amigo.

Eso ponía ansioso a Sunoo, pero les daría el beneficio de la duda. Seguramente estaban en alguna clase y por esa razón no respondían de inmediato.

Dos, tres, cuatro, seis horas y ninguna respuesta.

El pelirrosa quería arrancarse cada cabello de su cabeza, la espera le tenía estresado, pero resistiría, había sido su propia decisión huir. Estaba seguro que los chicos le buscarían como había mencionado Minho, pues realmente sí gustaban de él, ¿no? No era sólo un juguete o parte de una competencia infantil, ¿cierto?

- ¿Estás bien, hijo? -la pregunta de su madre logró sacarle unos segundos de su frustración.

- Sí, mamá, sólo quedé muy lleno. -se quejó el pelirrosa, tocándose el abdomen para hacer más realista su actuación.

La mujer pareció creer en sus palabras, por lo que besó su mejilla de forma cariñosa y se dispuso a prepararle un té que prometía hacer sentir mejor a su estómago.

Ese día no llegó ningún mensaje más, ni a la hora del almuerzo, ni de la cena, ni minutos antes de acostarse a dormir.

Nada.

Lo único que mantenía tranquilo a Sunoo es que su madre no había preguntado en ningún momento sobre su estado anímico o el hecho real sobre su petición para volver a casa unos días. Al parecer su mamá no sospechaba nada, eso le permitía sufrir en silencio.

Y tal como la aburrida rutina misma, cedió al sueño para ser recibido varias horas después por un nuevo día. Su segundo día oficialmente en casa de su madre y lejos de los chicos.

Segundo día, nueva oportunidad.

- Esto es una mierda. -murmuró viendo al techo.

Nuevamente ningún mensaje, ninguna llamada, nada.