𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐬 || (Tom Kaulitz)

12. ᴘʀᴇꜰɪᴇʀᴏ ɪʟᴜꜱɪÓɴ ʏ ᴍᴇɴᴛɪʀᴀ

— ¿Cómo ha amanecido la chica más bella de este mundo?— preguntó Tom acomodándose poco a poco en mi cama.

— Tom...— me quejé ya Que me estaba destapando— y tampoco soy la chica más bella del mundo— dije riéndome

— Bueno, para mi lo eres y punto.— comentó el, sentí unos labios cálidos depositándome un beso de buenos días en los labios.— Despierta anda, te hecho el desayuno.— habló

Abrí poco a poco mis ojos y lo primero que veo es Tom sim camiseta.

¿Este chico acaso no tiene camisetas o algo para que se tapé?

— ¿Acaso no tienes algo para que te pongas encima o qué?— pregunté aseñalando su torso

— Aish, Como si fuera la primera vez que me ves sin camiseta— se quejo.— Levanta, te espera algo en la cocina.

— ¿Está Bill y Elia?— pregunté

El negó para luego irse.

Me di una duchar rápida, me cambié y me arregle para luego ir hacia la cocina.

En la encimera me encontré una taza con café con leche, a su costado un plato con pancakes con fresas y un poco de nata.

¿Esto lo había hecho el?

Miré alrededor y no había nadie, aproveche a desayunar, aunque me hubiera gustando desayunar con el.

(...)

— Hola linda, ¿estuviste aquí todo el día?— preguntó Isa entrando al departamento.

— Si— dije mientras miraba una revista

— Nena, vamos al centro comercial, no tienes por qué estar todo el día aquí, vamos las dos.— dijo ella sonriéndome

— Pero...

— Nada de peros, verás que todo irá tranquilo.

Tom me aviso del día uno que tenia prohibido salir, a no ser que salga con el.

Aunque, Elisabeth también era una chica que tenía todo bajo control y si ella ve oportuno salir pues hay que darle un voto de confianza.

— Está bien.— dije sonriendo.

Me puse unos botines que llevaba agarramos las llaves y nos fuimos en el coche negro de Eli.

— ¿Como lo estas llevando todo esto?— me preguntó ella

— Es raro, no se como explicarlo, todo pasó muy rápido...

— Vas a ver que encontraras respuestas a todo, solo ten paciencia y verás soluciones a todas tus respuestas.— mencionó — Veo que Tom y tu is habéis hecho muy íntimos.

— ¿Por qué lo dices?— pregunté nerviosa mientras miraba al frente.

— Nada, solo los observo, sois jóvenes, tenéis derecho hacer lo que os apetezca, pero creo que no es lo más adecuado ni para ti, ni para el.

Me giré para verla y podía ver que tenía la mirada perdida, hablaba con una sonrisa triste, algo apenada.

— Eli...

— ¡PERO QUE COJONES!— exclamó Elisabeth mientras intentaba establecer el coche con el volante y frenar lo más antes posible.

Mi cabeza choco con la ventana de delante por el duro impacto que tuvo el coche con otro.
Escuche por último un freno hecho por Eli, la cual tenía las manos con sangre ya que la ventana de su lado había sido rota y le había caído restos pequeños en el volante donde ella tocaba.