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— Bun, anoche no te despediste de mí — fue lo primero que Yoon le dijo a su novio en cuanto se encontraron en la cafetería de la universidad, una expresión tierna en su rostro — ni supe a qué hora te fuiste.

Al ser apenas las siete y media de la mañana, no había muchas personas en el lugar, lo que les daba la privacidad de la que el mayor tanto se preocupaba. Intentaban verse casi a diario antes de entrar a clases, ya que, durante el horario de cada uno no tenían la oportunidad, y para Yoongi era muy arriesgado almorzar juntos, al parecer sus padres eran más estrictos de lo que pensó, pero el menor se esforzaba por no cuestionarlo.

Jungkook sonrió enternecido y también apenado al escucharlo. Aunque, la verdad sea dicha, seguía sin arrepentirse de nada. Intentó no recordar el día anterior a detalle en ese momento, porque no quería sonrojarse.

— Lo siento, mi mamá llamó y me pidió que fuera por unas cosas para la librería — el más bajo frunció levemente el ceño, tal vez de lo único que Jungkook podía arrepentirse era no saber mentir mejor.

— Pero eran las nueve cuando pusimos la película, ¿No podía esperar? No me gusta que tomes el autobús a esa hora — en lugar de sonar celoso o molesto, Yoongi parecía simplemente preocupado por él.

— No te preocupes, no me pasó nada — miró su celular, evadiendo la pregunta — mira la hora, se me va a hacer tarde para la clase de programación, nos vemos — dejó un pico en sus labios cuidando que nadie los viera. Yoongi le tomó con suavidad del brazo antes de que se fuera.

— ¿Vienes a verme en el partido más tarde? Hace rato que no lo haces Bun.

Su novio le decía de esa forma como abreviación de "Bunny" en inglés. Jungkook pareció meditarlo unos instantes, alegre de cambiar el tema. En realidad, sí tenía clase, pero era de trabajo autónomo.

— Claro, claro. O, bueno, te aviso porque no sé si mi mamá necesitará mi ayuda hoy.

Lo cierto es que no estaba seguro de querer ir al partido porque quizá se distraerá de su novio para mirar a Jimin y pues... No le convenía. Yoon lo miró medio triste unos segundos y luego asintió lentamente.

— Está bien, lo entiendo. Mm, que tengas bonito día, lindo.

Y lo soltó, dándose la vuelta. Jungkook suspiró mientras lo veía alejarse. Luego de unos instantes se fue al salón donde le tocaba.

[...]

— ¿Cuánto más debo esperar? No tengo tiempo para concertar otra reunión hasta el jueves de la semana que viene — la mujer taconear el fino suelo de mármol de esa oficina, consultando su reloj digital cada tanto. Había llegado hace diez minutos, pero para personas como ella, cada segundo representaba dinero.

La chica que trabajaba para los dueños de la casa le hizo una reverencia, nerviosa. Ella ni se inmutó, mirándola intensamente, lo que obligó a la joven a bajar la mirada.

— Iré por el señor Min, discúlpenme — la mayor no le ofreció más que una mirada fría y un "date prisa" en un tono igual de impersonal al que manejaba siempre. La joven salió prácticamente corriendo. La paciencia se le agotaba a cada segundo. Su esposo soltó una risita haciendo que la mirara.

— ¿Qué? — él negó con la cabeza, sin dejar de sonreír.

— No seas tan dura, la pobre chica casi se desvanece — la mujer puso los ojos en blanco, pero sonrió de vuelta.

— Sinceramente, estoy nerviosa. También emocionada, pero son millones de los que estamos hablando — su esposo le tomó la mano.

— Es más que dinero querida — ella asintió.

— Ciertamente lo es, pero no me van los sentimentalismos, creo que lo sabes muy bien.

— Sí, lo sé. Igual, si tienes que irte yo no tengo problema en hablar por los dos. Llevamos concretando esto desde hace mucho. Estoy seguro de que será rápido y sencillo — se dieron un beso.

— Bien, confío en ti, pero intentaré estar en toda la reunión, esto es prioridad para mí.




J. O. Y | JimSu/ KookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora