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Intentó reír con la protagonista de la película pero ya no tenía la gracia que había tenido hace treinta minutos cuando cenaban, y se sintió raro ser el único que prestaba atención, pues su novio había estado mirando algo en el celular, no tenía idea de qué porque al parecer le había puesto uno de esos vidrios templados antiespías.

Decidió no preguntar por qué ya no miraba la película con él para evitar una posible discusión, sus pensamientos comenzaban a atacarle mientras desviaba su atención también del filme para apreciar la sonrisa ladina que Jungkook le dedicaba a su celular, tecleando algo segundos después.

— Debo irme — dijo él sonando casi ido mientras agarraba su chaqueta de la mesita al lado del sofá, antes de que pudiera pensar en lo que estaba haciendo, Yoongi lo tomó del brazo, evitando que se levantara.

— ¿Por qué? No te vayas, Bun — los ojos gatunos y brillantes hacían que su novio luciera como un gatito abandonado en la lluvia, Jungkook se sintió un poco culpable por lo que estaba haciendo en ese momento, pero su teléfono vibró en el bolsillo de su pantalón y recordó el porqué se iba en primer lugar.

— Suéltame, me tengo que ir Yoon — mordiéndose el labio para obligarse a tragar su llanto, lo hizo con lentitud viendo las leves marcas rojizas de sus dedos en el brazo del menor y dándose cuenta de que tal vez había apretado de más en un intento ridículamente desesperado por conseguir que se quedara.

Jungkook se levantó, dándose la vuelta para caminar hacia la puerta.

— Es por lo de ahorita, ¿Cierto? — preguntó con nerviosismo, haciendo un último intento.

Vio cómo se detuvo un par de segundos, pero no hubo respuesta a su pregunta.

— Nos vemos en la universidad.

Fue lo último que escuchó de su parte antes de que la puerta se cerrara despacio, dejándolo solo de nuevo. Finalmente soltó un suspiro tembloroso antes de subir sus piernas al sofá y romper en llanto mientras se abrazaba a sí mismo en esa habitación tan fría como lo era antes de que él llegara a abrazarlo.

¿Por qué siempre arruinaba todo?

[...]

Llegó la mañana y con ella la luz que se filtraba por el ventanal de la enorme habitación de Park Jimin le hizo a Jungkook despertar, las cortinas estaban allí, pero parecían más decoración que otra cosa, según su criterio, ¿Pero él qué sabía de estas cosas? Los millonarios siempre le parecieron excéntricos y raros.

Vio la bonita espalda de su amante, cinco lunas tatuadas en ella parecían resaltar más sus músculos. Bien podría quedarse embobado con esa vista la mañana completa si no fuera porque con pereza recordó que debía volver a casa para ayudar a su mamá, inevitablemente también recordó la forma en la que había dejado a su novio y se encogió ante ello.

Su intención había sido compensar su ausencia los últimos días, en cambio, probablemente empeoró todo. Pensó en llamarlo, pero apenas eran las seis y media de la mañana, dudaba mucho que estuviera despierto. Además en todo caso no sabía bien qué diría si llegaba a contestarle.

Con eso en mente decidió levantarse sin hacer ruido para no despertar a Jimin y se vistió con la misma ropa, ya llegaría a bañarse en su casa, no tenía muchas ganas tampoco de mantener una conversación con ese chico a pesar de que le atraía como nunca le había atraído nadie.

Agradeció que por una vez el bus camino a su hogar estuviera vacío y se sentó junto a la ventana, se puso a ver sus redes sociales en su teléfono, al cual le quedaba casi nada de batería, pero esperaba que durara al menos hasta que llegase. Casi sin notarlo terminó entrando al chat con su novio, no había nuevos mensajes ni llamadas. Le preocupaba de cierta forma, pero luego le echó la responsabilidad a su constante sentimiento de culpa por eso y decidió que estaba siendo irracional antes de bloquear su celular.

Yoongi estaba bien.

O eso quería creer. 

J. O. Y | JimSu/ KookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora