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Terminó tan inmerso en lo que hacía que le dieron las cuatro de la tarde sentado en su escritorio cuando su estómago rugió haciéndole caer en cuenta de que no había almorzado ni parado tan siquiera para tomar agua. Con resignación apagó su portátil y fue por su billetera. Cuando estuvo a punto de tomar su teléfono junto a sus llaves el timbre de su departamento resonó.

Al abrir la puerta recibió esa apuesta sonrisa que tanto amaba como saludo y luego un beso que lo desconcertó. Sin pensarlo mucho se arrojó a los brazos de su novio como si no se hubieran visto en semanas, él se rió.

— Hola bebé — la voz de Jungkook se le hizo más reconfortante que nunca y su pecho se sintió cálido.

— Kookie... — murmuró, aspirando su perfume. El menor acarició su cabello mientras con Yoongi todavía aferrado a él como un koala entraba al departamento cerrando la puerta tras suyo. Esto con dificultad porque traía una bolsa en su otra mano que no tardó en ser notada por su novio — ¿Qué es eso?

De ser otro momento u otra persona, el mayor probablemente se hubiera sentido avergonzado por lo suave casi aniñado que salía su tono de voz, pero estaba perdidamente enamorado de él y nada podía hacer.

— Traje comida del italiano, como no me contestaste más en todo el día imaginé que otra vez te habías concentrado demasiado en estudiar y te habías olvidado de almorzar, ¿Acerté? — Yoongi se sonrojó con una sonrisa tímida, dándole la razón.

>> No tienes remedio — dijo Jungkook con ternura, besándole la frente y dejándolo en el sofá — iré a calentar esto — su gran espalda se perdió en la cocina, el mayor sintió que se relajaba por primera vez en dos días.

Estaba en casa.

[...]

Cenaron juntos entre besos y risas mientras veían una comedia romántica de los 2000's, algo que podía sonar ridículamente cursi y estúpido, sí, pero Yoongi no imaginaba otro lugar en el que quisiera estar mientras se acercaba más a Jungkook y abrazaba su brazo con ambos suyos, como si temiera que fuera a marcharse en cualquier momento.

Sí lo temía. Lo temía muchísimo.

— ¿Por qué no me contaste que te habías golpeado ayer mientras jugabas, hubiera venido a verte — Jungkook le dijo en el corte comercial cuando la película acabó, llamando su atención.

Yoongi se encogió de hombros, inseguro de qué decir, mientras una duda llegó a su mente.

¿Cómo lo supo?

— No pensé que fuera importante... — respondió en un hilo de voz intentando volver su atención a la pantalla aunque sólo eran anuncios. El menor le acarició la mejilla haciendo que lo mirara otra vez.

— ¿Cómo puedes decir eso? Claro que es importante, pudo haberte pasado algo grave.

Así que sí se preocupa por mí después de todo — pensó, sintiéndose peor por haber reaccionado así la noche anterior.

— Lo siento Bun — Jungkook no hizo más que atraerlo en un abrazo que se sintió fuerte, protector y reconfortante.

— No te disculpes amor, pero para la próxima avísame, prometo que vendré a verte enseguida. 

Asintió y volvieron a besarse con parsimonia, en el televisor comenzaba otra película y el tráfico se escuchaba lejano para ellos. Yoongi lo tomó de las mejillas, aferrándose a ese beso mientras cerraba los ojos con fuerza para no llorar, Jungkook tomó su pierna para atraerlo a su regazo con las intenciones claras pero él se apartó dejándolo confundido.

El mayor negó con la cabeza con una sutil sonrisa de disculpa.

— No esta noche, por favor. 

Él lo miró con un gesto indescifrable por lo que pareció una eternidad, esos grandes ojos negros parecían brillantes e intimidantes en la tenue iluminación de la sala, el silencio se perpetuó entre ambos mientras mantenían un contacto visual casi incómodo a este punto hasta que lo vio relamerse los labios y asentir antes de apartar por fin la mirada.

— Entiendo — el silencio volvió en un ambiente de repente más tenso, pero Yoongi intentó ignorar el elefante en la habitación por el bien de su salud mental.

J. O. Y | JimSu/ KookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora