CAPÍTULO 04

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King

Me despierto con la sensación de mi Mina encima de mí. Debo haber estado tan cansado anoche que me desmayé justo después de que hicimos el amor. Es sábado y somos perezosos esta mañana. Tal vez pueda sorprenderla con el desayuno en la cama, luego podemos ir a ese pequeño lugar antiguo del que ha estado hablando. Pero antes de que algo de eso pase, necesito probar su coño. No puedo comenzar el día a menos que consiga besarla entre las piernas y mostrarle lo especial que es para mí.

Mi polla duele y me estiro, listo para rodarla y despertarla lentamente. Mientras flexiono mis brazos, mis ojos se abren y el pánico se apodera de mí.

-¿Mina? -pregunto mientras tiro de mis brazos y siento que las tiras se tensan alrededor de mis muñecas. Tironeo de mis piernas y están envueltas también-. Mina, ¿qué hiciste?

Siento sus manos trazar la superficie de mi pecho mientras se sienta y me mira a los ojos.

-Sabes cuánto te amo, ¿verdad, King?

-Mina, desátame. En este momento -digo, siendo firme, pero tratando de no enojarme-. Esta fue una linda pequeña broma, pero desátalos para que pueda besarte.

-Mi King. Eres el amor de mi vida. -Se inclina y me besa suavemente en el pecho. Arrastra sus labios de un pezón al otro, dejando un rayo de fuego a medida que avanza- Sé qué crees que soy delicada...

-¡Lo eres! -Doy un chasquido, luego respiro. Necesito calmarme. Probablemente pueda liberarme si lo intento.

-Sé qué crees que me vas a lastimar. -Comienzo a decir algo, pero coloca un dedo sobre mi boca para silenciarme-. Pero no lo harás. Te estás conteniendo cuando hacemos el amor y no me gusta. Lo quiero todo de ti cuando somos íntimos. Quiero que me hagas el amor. -Se inclina para que sus labios estén junto a mi oreja-. Y quiero que me folles también.

Aprieto mis ojos cerrados mientras mi polla palpita. Sus palabras sucias envían rayos a mi polla. Tiro de las restricciones y esta vez trato más fuerte de romperlas, pero no ceden.

Ella besa mi pecho otra vez y la miro. No rompe el contacto visual mientras se mueve por mi cuerpo desnudo, su intención clara.

-No hagas eso. Detente, Mina. -Tuerzo las ataduras con tanta fuerza que la cama tiembla.

Se ríe mientras besa mi estómago inferior, justo al lado de mi polla dura como una roca.

-Es mi turno de disfrutarte, King.

-Ese es mi trabajo -le digo y aprieto los dientes.

-Nunca me has dejado probarte. Ni una sola vez. Era una virgen intacta cuando te conocí, y quiero saber a qué sabe. Como sabe el semen de mi esposo.

Golpeo mi cabeza contra la almohada y gruño ante sus palabras sucias. Nunca esperé que mi dulce e inocente ángel fuera tan caliente y sucia. Maldita sea, me está torturando, y me estoy embarcando en eso.

-Creo que es hora de que aprenda cómo dar una mamada.

Grito al primer movimiento de su lengua a través de la punta. Se hace peor cuando gime a su alrededor mientras chupa el semen que no puedo dejar de filtrar.

-Mina, detente, no seré capaz de contenerme -jadeo cuandotoma más de mí en su boca.

Ella se suelta y se ríe, frotando sus manos arriba y abajo del eje.

-Esa es la idea, bebé. Solo recuéstate y disfrútalo.

Mis caderas empujan hacia arriba involuntariamente mientras ella vuelve a bajar sobre mi polla. Intento mantenerlas sobre el colchón, pero mis piernas están tan tensas que los músculos tiemblan.

-¡Joder! -grito cuando golpeo la parte posterior de su garganta y ella traga. Su lengua se desliza por mi eje y mis ojos ruedan hacia la parte posterior de mi cabeza.

-Mierda, mierda, mierda, mierda -canto mientras intento todo lo que puedo para evitar correrme, pero no se detendrá-. Me estoy corriendo -me ahogo mientras trato de alejarme de su boca. Pero ella sólo sigue mis movimientos.

Que Dios me ayude, miro hacia abajo para verla tragarse todo lo que le doy. Mi pequeña virgen bebiendo cada gota, ansiosa por más. Veo su mano entre sus piernas y sus dedos trabajando su coño mientras lo hace.

-Demonios -le susurro, escuchando lo húmeda que está mientras me chupa-. Desátame, bebé. Déjame probar lo mojada que estás.

-Aún no he terminado -dice mientras besa su camino hacia mi estómago y pecho.

Cuando se sienta, siento lo resbaladiza que está cuando frota su coño en mi polla. Levanta las manos y las desliza por su cuerpo antes de jugar con sus pezones. Su coño empapado se frota arriba y abajo de mi dura longitud, provocándome. Todo mi cuerpo está tenso y sé que voy a romper el marco de esta cama antes de que ella termine conmigo.

-Nunca he estado en la cima tampoco -dice mientras se sienta y sostiene mi polla en su apertura-. Quiero que me tomes rudo, King. Esa noche en el sofá cuando llegaste a casa, eso fue caliente. No digo que fuera el mejor, porque cada vez que estoy contigo es el mejor. Pero estoy diciéndote que quiero que pierdas el control y dejes de tratarme como si fuera tan frágil.

Baja lentamente sobre mi polla y miro cómo cada centímetro se hunde en ella. Gime y sisea mientras se ajusta al tamaño, hasta que está sentada todo el camino hasta abajo. Una vez que está allí, gimo y comienza a mover sus caderas. Se inclina hacia adelante y presiona sus manos en mi pecho mientras sus caderas suben y bajan por mi longitud.

Mis nudillos están blancos mientras aprieto los puños y mis piernas duelen por tirar de las restricciones. Pero la sensación de ella montándome es el cielo y el infierno mezclados. El cielo porque me está tocando, pero el infierno porque no puedo tocarla.

-Ahora sabes cómo se siente -dice, leyendo mis pensamientos- Amar la forma en que se siente, pero no ser capaz de hacer lo que quieres. Que se te quite esa intimidad y solo recibir placer.

Ella aprieta sus paredes tan fuerte que grita cuando llega al clímax en mi polla. Gruño mientras hago lo mismo, incapaz de controlarme. Me corro dentro de ella, pero aún estoy duro, todavía no puedo obtener exactamente lo que quiero.

Hay un animal enjaulado dentro de mí pidiendo que lo liberen y no sé cuánto tiempo más puedo retenerlo.

-Lo quiero todo, Kingsley -dice, su voz entrecortada- Quiero que me dejes marcas y me duela. Quiero cada gramo de tu pasión.

-Ten cuidado con lo que deseas -le digo, antes de que el armazón de la cama se rompa.


Tomando Su Turno - ARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora