| Carta |

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Y de la nada, ya era el último día de clases antes de sus vacaciones. Era increíble como pasaba el tiempo. Rodri recordaba el día que se volvieron amigos él y Tomás como si hubiera sido ayer.

Apagó su alarma, se duchó, y con tiempo de sobra por primera vez antes de ir a la escuela, no sabía que hacer.

Pensó unos segundos, hasta que recordó las notitas. Obvio no lo había olvidado, pero una idea apareció en la cabeza de Rodri esa mañana.

En vez de dejarle una notita, le dejaría una carta.

- ¿Qué podría salir mal?

- Bueno.. todo.

Su cerebro dejó de pensar en lo mal que podría salir y Rodri empezó a escribir.

Era el último día de clases antes de las vacaciones de invierno. Esas tres semanas iban a ser la gloria. Rodri iba a aprovechar al máximo, no quería ver más a ninguna vieja de física, tareas, exámenes, nada.
Por suerte, en unas horas ya no tendría que ver a nadie que él no quisiera.

Pensó mucho en que podría decirle, porque claro, al ser la primera carta, tenía miedo.

Unos minutos después, estaba corriendo a la escuela, con la mochila colgando de un hombro, la botella de agua en la mano y algo despeinado. Se había olvidado del tiempo.

Escribiendo para Tomás podía perder el tiempo que quisiera, o escuchando su mágica playlist de Spotify que había creado para él:

<3

20 canciones
Duración: 1h 14min

No era el más creativo con los nombres, pero eso no importaba. Además, si alguien preguntara por esa playlist, no era tan sospechoso como poner:

"Para Tomi, el (ojalá) futuro amor de mi vida"

Así que el nombre no importaba.

Cada que escribía algo para Tomás, se ponía esa playlist para inspirarse o pensar en él.

Obvio estas canciones eran las que él le dedicaba a Tomás, ignorando que muchas eran de hombres a mujeres, claro.

¿Por qué todas las canciones de amor son para mujeres? No sé, pero es molesto.

Pensaba Rodri.

Al fin y al cabo, una carta es una notita más grande, Rodri terminó riendo de lo mucho que terminó tardando. No era tan difícil hacer cartas, después de todo.

Se metió a la clase y tuvo la sorpresa de que era hora libre. La profesora no tenía ganas de trabajar, y, tomando mate, le dijo a sus alumnos que ya por ser el último día se podían rascar las pelotas.

Rodri en vez de gritar o hacer cualquier cosa que sea una molestia como el resto de sus compañeros, se quedó tranquilo en su asiento y pensó que podía hacer. Iván obvio estaba jugando a los jueguitos, así que hablarle no era una opción. Pensó unos segundos más y sacó su teléfono de su bolsillo. También sacó sus auriculares y se activó su playlist dedicada. Hizo dibujos de él y Tomás en escenarios fictios.

El club de música || RodritomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora