| Él y nadie más |

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Me levanté y vi mi teléfono.

Eran las 14:49. Vi unos segundos a mi alrededor y empecé a recordar lo que había pasado anoche. Con razón me dolía un poco la cabeza.

Busqué mi teléfono y lo guardé en los bolsillos de mi pantalón.

Ni me había puesto el pijama ayer, ¿Cómo pude dormir así? Abrí la puerta y vi cocinando a mi vieja.

Intenté abrir más los ojos ya que al estar la luz prendida y yo recién despierto no podía ver muy bien.

La abracé por la espalda y se dio la vuelta para darme un beso en la mejilla.

— Buen día, ¿Cómo te levantaste?

— Bien, más o menos

-— ¿Resaca?

-— Si, algo.

— Ahí veo si tengo alguna pastilla o algo, tranqui

— Gracias, ma.

Se alejó a buscar en sus famosos "cajones de las soluciones" dónde había pastillas, curitas, vendas, básicamente su kit de emergencia hecho cajón.

Me pregunté qué hacía cocinando a esta hora pero después me acordé que se quedó esperándome y entendí.

Seguía con la idea de anoche, decirle que soy gay.

Si preguntaba, también le iba a decir que Tomi me gustaba.

Conociéndola, me va a preguntar, así que bueno. Vino con una pastilla y me la dió. Agarré uno de los vasos que estaban ya lavados y me serví agua.

Tragué la pastilla y vi un plato de milanesas que se veía muy rico.

— ¿Eso es para mi?

— Si, mi vida, yo ya comí. Ahí las meto al horno y en un ratito ya están

— ¿Te preparo un té?

-— Dale, te agradezco

Puse a hervir agua en la pava eléctrica y mientras se calentaba, la miré y ella me sonrió.

Era como Tomi, cuando lo miras y no decís nada, te sonríe.

Le sonreí de vuelta y suspiré.
— Tengo algo que contarte.

— Decime.

No era tan difícil, ¿Por qué me estaba poniendo nervioso?

Mi mamá va a aceptarme, es mi mamá y además ni en pedo es homofóbica.

Y según ella, me ama sin importar qué, así que debería estar seguro de contarle todo.

Lo estoy, así que le dije.

— Ma.. soy gay.

Bueno, ya lo había dicho.

La miraba esperando su respuesta y justo la pava hizo ruido.

Agarré su taza favorita y puse el agua ahí. Busqué un saquito de té y la escuché hablar.

— Ay.. Rodri

Dejé el saquito donde estaba y la volteé a ver.

Ella estaba sonriéndome con los labios, pero no entendía que me quería decir con eso.

— ¿Te decepciona?

— Vos nunca podrías decepcionarme.

— Estoy tan orgullosa de vos, Rodri

El club de música || RodritomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora