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Cuando me enteré que había conseguido el trabajo, grité emocionada y comencé a dar pequeñas vueltitas al mi alrededor con el celular aún en mi mano.
Yo siempre había trabajado como una productora independiente, normalmente participaba en algunos cortometrajes o pequeños proyectos, pero esta era mi oportunidad para probarme profesionalmente.
Un familiar me había comunicado sobre este proyecto, y me había recomendado. Yo estaba muy agradecida con el, pero no esperaba obtener noticias al respecto. Definitivamente, esto era una gran sorpresa para mi.
Luego de que me hubieran llamado, me puse en contacto con la secretaria de Bayona, esta me había informado que la película tomaría lugar en España. Esto último me había tomado por sorpresa, esto significaba que debería trasladarme hasta allí. No sabía cómo iba a caerle esta noticia a mis padres.
La secretaria también me informó otros detalles importantes que debía saber: El rodaje comenzaría en 6 meses, dándome el tiempo suficiente para prepararme para el viaje. También mencionó que gran parte de la producción se daría en Sierra Nevada, por lo cual tendría que llevar ropa de invierno. Ya habían elegido al elenco, entonces ya estaba todo listo.
Cité a ambos de mis padres a nuestro café favorito para darles la noticia. Me cambié, tomé mis cosas y abandoné mi apartamento.
Una vez ya en el lugar, me tocó esperarlos. En el mientras tanto decidí ordenar, estaba demasiado nerviosa como para que lo hiciéramos todos juntos. Me pedí un licuado de frutos rojos y un budín de limón.
La primera en llegar fue mi madre, al verme se le formó una sonrisa en el rostro y saludó hacia mi dirección.
Se sentó y justo antes de que pudiera ordenar identifiqué una silueta robusta, era mi padre.
Imitó los movimientos realizados previamente por mi madre y se sentó junto a ella.
Cuando el mozo trajo nuestra orden, mi madre abrió la boca para preguntar lo que ambos querían saber:
—Chiara, hija, desde que llamaste noté que hablaste con bastante nerviosismo...—Dijo con preocupación en su voz.
—Si, yo también lo noté, ¿Qué es lo que tenés para decirnos?— Preguntó mi padre mientras bebía un sorbo de su café.
—La verdad, es que es una buena noticia, y también una gran oportunidad laboral para mi.— Dije sonriendo.
—Eso está buenísimo, amor.— Dijo mi padre mientras acariciaba mi hombro.— Y entonces, ¿por qué tan nerviosa y preocupada?
Me tomé un momento antes de hablar.
—Porque, en 6 meses me voy a trasladar a España.
Al nombrar ese detalle, el silencio reinó en la mesa. El único sonido era el de mi sorbete revolviendo los hielos que quedaban de mi licuado.
