𝐂𝐢𝐭𝐲 𝐨𝐟 𝐬𝐭𝐚𝐫𝐬 || 𝐹𝑟𝑎𝑛𝑐𝑖𝑠𝑐𝑜 𝑅𝑜𝑚𝑒𝑟𝑜 (❕PAUSADA❕)

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐈𝐈: 𝐶𝑎𝑓𝑒

Al bajar del auto, quedé fascinada con la vista del lugar.

Al ser de noche, estaba iluminado con luces que generaban un ambiente cálido y confortable.

Francisco y yo nos adentramos al café aún tomados de las manos, como si fuéramos pareja, y por alguna razón, no me disgustaba dar esa imagen.

Nos atendió una chica que nos guió hasta nuestra mesa. Estaba ubicada en una esquina, al lado de un gran mural.

A unos metros había un escenario, en el cual se encontraba una banda tocando música jazz.

Estaba muy enfocada contemplando todas las decoraciones que no me había dado cuenta que ya había llegado otra chica para ofrecernos la carta.

Yo la acepté amablemente y me puse a evaluar mis opciones.

—¿Ya sabes que vas a pedir?.— Preguntó Francisco levantando la vista del menú para verme.

—Creo que voy a irme por un café negro y una porción de torta de frutos rojos.

Francisco, sin decir nada más, le hizo una seña a la chica para que se acercara.

—¿Ya saben que van a ordenar?.—Preguntó con una sonrisa en su rostro, sacando un cuaderno y una lapicera para anotar.

—Si, para ella te voy a pedir un café negro y una porción de torta de frutos rojos.

—Perfecto, ¿y para usted, caballero?.—Preguntó alzando su vista para observarlo.

—Lo mismo que ella.—Dijo entregándole la carta.

—Muy bien, en seguida se los traigo.—Dijo retirándose.

El se dio vuelta para mirarme, y yo solté una pequeña risa.

—¿Qué?.—Preguntó ahora el riendo.

—¿Por qué pediste lo mismo que yo?

—Porque confío en tus gustos.

Yo simplemente reí, un tanto nerviosa.

Dudé un momento en si hablar o no. Pero no tenía nada que perder, así que aclaré mi garganta antes de pronunciar mis palabras.

—¿Fran?.—Dije llamándolo.

—Si.—Dijo mirándome.

—¿Por qué me invitaste a salir?.—Finalmente me digné a preguntar.

—Vos sabes el porqué, Chira.—Dijo inclinando su cabeza hablando en un tono de obviedad.

—No, honestamente no tengo ni idea.—Dije apoyando mi mentón sobre mis manos y los codos sobre la mesa.

El chasqueó su lengua y negó con la cabeza, como si fuera una niña ingenua y tuviera que explicarme todo.

—Chiara, me parece que no te das cuenta de lo increíble que sos.—Dijo mirándome seriamente.