CAPITULO 8

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Jungkook

—Deberíamos repetirlo—, dice Leah mientras aparco el coche delante de su casa.

Le hago un gesto con la cabeza y Seokjin le asegura que lo haremos. Se abrazan fuera de mi vehículo mientras yo reflexiono. Dante no es mejor que Liam. Lo noto. Apenas ha empezado la cita con Seokjin y ya está listo para chupársela en el baño. No sé por qué, pero esa mierda realmente me molesta.

Cuando vuelve a entrar, le doy el tratamiento de silencio en el camino a casa. Tener que ver cómo se enrolla con Dante, después de la película en el estacionamiento, mientras Leah hablaba de lo lindos que eran, lo cual hizo que me hirviera la sangre. Y cuando me calme, también se lo haré saber a Seokjin.

Después de todo, volvemos a ser amigos. Los amigos se dicen las cosas como son.

—Así que no era solo yo—, digo, tratando de mantener el borde amargo de mi voz.

—¿Qué?

—Dijiste que no eras gay. Que no te gustaban los chicos. Solo yo. — Dejo que mi mirada se centre en él, en el siguiente semáforo—. ¿Así que no eres gay, solo te gusta besarme a mí y a Dante?

Los ojos marrones de Seokjin se encienden y deja escapar un resoplido de ira.—¿Cuál es tu problema?

—Es que no puedes admitir que eres gay.

—Si lo admito, ¿me dejarás en paz? —, ladra.

—Lo dudo, pero quiero oírlo de todos modos.

Aparcamos en la entrada de mi casa y él sale corriendo del coche. Le sigo hasta su patio y entro en su casa. Cuando se da cuenta de que le están siguiendo, gira sobre sus talones y me fulmina con la mirada.

—Vete a casa—, refunfuña.

—Todavía no.

Nuestros obstinados enfrentamientos son los que realmente echo de menos. Finalmente, cede. Se pasa los dedos por el pelo y deja escapar un fuerte suspiro.

—Soy gay, ¿vale? — Sus ojos marrones se dirigen a los míos y buscan mi mirada como si fuera a ridiculizarlo por ello.

—¿Vas a volver a verlo?

Se encoge de hombros, con una pequeña sonrisa en los labios. —Tal vez.

—Ten cuidado. Los homosexuales no encerrados como él suelen ser unos gilipollas de armario.

—Retrocede, Kook.

—Solo digo que deberías encontrar a alguien mejor—, le digo.

—Encontré a alguien mejor—, sisea—. Pero Dios fue cruel y le hizo incapaz de corresponderme. Así que el segundo mejor tendrá que serlo.

Una oleada de orgullo me atraviesa al admitir que soy su primera opción. Aunque no pueda corresponderle. El lado competitivo dentro de mí ruge de felicidad. Es una pena que parezca tan triste por ello. Casi desearía que fuera gay solo para demostrarle que soy mucho mejor besando de lo que Dante podría soñar ser.

Como si percibiera mis pensamientos, la mirada de Seokjin baja a mis labios. Saber que me prefiere a mí antes que a Dante hace que sienta poder ardiendo por dentro. Me relamo los labios y le sonrío.

—Para—, refunfuña—. Estás siendo un imbécil.

Abro la boca con una réplica ingeniosa cuando su padre dobla la esquina, con la cara roja de furia.

—Me ha parecido oírte entrar—, gruñe Jason mientras se acerca a Seokjin—. Tu madre me dijo algo bastante increíble.

Seokjin se estremece y yo cuadro los hombros. Me acerco a Seokjin para ofrecerle mi apoyo contra su padre. Como en los viejos tiempos.

**Immerse your soul in love**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora