Seokjin
Estoy demasiado zumbado para trabajar en los deberes. Zumbado por el subidón de hoy. Besarlo en la escuela delante de todos fue un sueño hecho realidad. Chuparse mutuamente en la tienda de tatuajes era una fantasía convertida en realidad. Debería estar estudiando, pero todo lo que puedo hacer es contar los minutos hasta que salga del trabajo y venga a verme. Más que nada, quiero meterlo en mi cama y terminar lo que empezamos en su trabajo. Mi nuevo tatuaje arde en mi pecho, recordándome mi arte permanente. Me encanta. Me encanta el hecho de que Kook me lo haya hecho, aún más.
Pasando la página de mi libro, intento concentrarme. Con la expulsión de Kook, será incluso más importante para mí mantener mis notas e ir a la universidad. Estoy anotando una respuesta cuando la puerta se abre de golpe y se rompe contra la pared por la fuerza. Me levanto de golpe en la cama, arrojando mi cuaderno sobre el libro a mi lado, y me siento.
Papá. Mierda.
Sabía que esto iba a ocurrir. Era inevitable. No me perdí la forma en que esos chicos tomaron videos de nuestra descarada muestra de amor en el almuerzo de hoy.
Esperaba que, por una vez, papá se sintiera avergonzado y lo superara. No hubo tanta suerte.
—Eres siete tipos de estúpido, ¿no? — Papá gruñe, entrando en mi habitación, con el pecho hinchado.
Odiando estar en un terreno irregular, me pongo en pie, apretando las manos a mi lado.
—¿Disculpa?
Sus ojos se estrechan hasta convertirse en rendijas y se burla de mí.
— Cuando jodo todo alrededor de tu madre, mantengo esa mierda cerrada en secreto. No lo transmito a toda la maldita ciudad.
Me pongo en tensión. —Leah y yo...
—No solo engañaste públicamente a tu prometida para que todo el mundo lo viera, también eres un puto marica. Y con el chico de Jeon, de toda la gente. ¿Qué mierda te pasa?
Enfurecido con él, cargo hasta estar justo en su cara.
—Todo el asunto con Leah era una farsa y tú lo sabías. Tú lo preparaste, por el amor de Dios, papá. ¿Pero Kook y yo? Es real. Es real y que me condenen si dejo que digas...
Mis palabras se cortan cuando me da un puñetazo en la cara. Sorprendido por la repentina explosión de dolor, retrocedo a trompicones. Vuelve a golpearme, pero consigo esquivarlo y le doy un puñetazo en el estómago. Sus músculos abdominales -para un tipo mayor- se flexionan ante el golpe. Me tira al suelo cuando mueve la pierna hacia fuera, chocando con mis piernas. Odiando que tenga ventaja, intento ponerme en pie.
—Eres una puta vergüenza—, gruñe, agarrando un puñado de mi pelo—. Siempre lo has sido, marica.
Estoy aturdido por su odio, tanto que no bloqueo el rodillazo en mi cara. Todo se apaga a mi alrededor y caigo de costado. El dolor estalla en mi espalda baja cuando me da una patada. Una y otra vez. Tantas veces he soñado con el día en que por fin le patearía el culo. Soy más joven y más fuerte y más rápido.
Pero él es más malo. Es un psicópata.
—No tendrás nada—, ruge, entrando en mi vista. Entonces, me da una patada en el estómago.
Aúllo de dolor, intentando recuperar el aliento. Toda la energía se desangra de mi cuerpo como solía hacerlo cuando era un niño. Las lágrimas se escapan por sí solas mientras intento permanecer sin vida. Si estoy sin vida, él se aburre y se va. Ahogar el sollozo es siempre lo más difícil. Se escapa como un gemido, alertándole del hecho de que todavía estoy despierto y listo para más abuso. Me preparo para el impacto cuando de repente se golpea contra una pared.
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**Immerse your soul in love**
De TodoAdaptación hecha la KookJinKook, todos los créditos a la autora original. Estoy enamorado de mi mejor amigo. Mentira. Estoy enamorado de mi enemigo. Verdad. Pero son lo mismo. Son. Lo. Mismo. Las líneas en mi mundo son borrosas entre la fantasía y...