CAPITULO 17

412 87 13
                                    

Seokjin

—Necesito detalles—, dice Leah mientras sube a mi Jeep, con una gran sonrisa en la cara. Hoy se parece más a ella misma con una sudadera con capucha de gran tamaño, sus grandes gafas de búho y sus vaqueros. La diferencia es que lleva mi anillo.

Pongo la marcha atrás y me rio. —¿Detalles de qué?

—Oh, vamos. ¡De anoche! Tú y Kook.

La miro de reojo mientras salgo a la carretera principal. —¿Por qué crees que hay un Kook y yo?

Ella suelta un resoplido molesto. 

—¿En serio? Ahora todo tiene sentido. Ustedes dos se pelearon porque lo querías durante todos esos años. Le tomó hasta anoche para llegar contigo. ¿Cuánta razón tengo?

La miro con el ceño fruncido. —Completamente. ¿Qué demonios? ¿Somos tan transparentes?

Su mirada es suave mientras se acerca a acariciar mi muslo. —Solo para mí, porque prácticamente los conozco a los dos desde que nacieron. En mi fiesta, fue cuando empezó. Porque te llevó con él. Entonces, de repente, es como si volvieran a ser amigos después de dos años de odio. En el cine, estaba tan ocupada alentándote a ti y a Dante que no me di cuenta de las cavilaciones que hacía Kook. Había tensión en la escuela. Todas las miradas acaloradas. Anoche, estaba celoso. Como súper celoso. Lo junté todo y oh, Dios mío, estoy tan feliz por ustedes dos.

Me encogí ante su parloteo mañanero. —Presumes mucho.

—Admítelo.

—Bien.

—¿Bien, lo admitirás o bien, tengo razón?

Una sonrisa me tensa los labios. —Tienes razón. Pero, todavía necesito que seas mi prometida.

Ella suelta una carcajada. —Eso suena muy mal.

—Completamente desastroso.

—Entonces...—, implora—. ¿Lo besaste?

Finalmente, sí. Y mucho más.

—Sí—, admito—. Pero no puedes decírselo a nadie, Leah.

—No me insultes. Sabes que no lo haré. ¿Era un buen besador?

—El mejor.

—Intentaré que no me vuelvan a insultar desde que nos besamos—, refunfuña—. ¿Ahora son pareja?

Me detengo en un semáforo y la miro con expresión seria. —Leah, le quiero más que a nadie en el mundo entero. Lo es todo para mí.

Sus ojos se tornan vidriosos y parpadea para evitar las lágrimas. —No esperaba esa intensidad tan temprano en la mañana.

El semáforo se pone en verde y le doy gas. —En la escuela, eres mi prometida.

—Pero en casa vemos a quien queremos ver.

—Exactamente.

—He estado hablando con alguien—, admite tímidamente.

Me pongo rígido. —¿De la escuela?

—No. Él no va allí. Estamos a salvo. Es solo que... sucedió después del cine. Me envió un mensaje de texto y hemos estado hablando. Aunque te juro que no dejaré que se sepa.

—¿Lo conozco?

Se encoge de hombros, desviando su atención hacia la ventana, claramente sin querer darme una respuesta definitiva. Lo ignoro, mientras me dirijo al estacionamiento de la escuela. Después de aparcar, salgo y me dirijo al lado de Leah. Ella sale y acepta mi mano. Algunas personas nos miran, pero la mayoría no se preocupa. Cuando pasamos por delante de Ivy, esta observa con desprecio a Leah. Acompaño a Leah hasta su taquilla, pero mis ojos buscan a Kook por los pasillos.

**Immerse your soul in love**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora