CAPITULO 12

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Jungkook

—¿Crees que Dante me dejaría chuparle la polla? — Los ojos de Seokjin están entrecerrados y sus labios se mueven hacia arriba como si la idea le excitara.

Lo fulmino con la mirada, con el Jack corriendo por mi sistema. —Sí, y luego contarle a toda la maldita escuela.

Sus ojos recorren la parte delantera de mi pecho y se lame los labios. 

—Eres el único que guarda mis secretos. Tal vez debería chuparte la polla en su lugar. —Cuando se muerde el labio inferior, el calor baja hasta mi polla.

¿Qué demonios?

—No me vas a chupar la polla, idiota.

Sus labios hacen un puchero y no puedo evitar reírme. Me pongo en pie para limpiar nuestro desastre, balanceándome ligeramente por el alcohol. Seokjin se sienta sobre sus rodillas, paseando su mirada por mi pecho desnudo.

—¿Por qué no? —, exige, mirándome desde sus rodillas. Mi polla se agita en mis pantalones.

—Porque no soy gay—, le recuerdo.

—Bueno, a diferencia de ti, yo no he tenido ninguna experiencia sexual y estoy jodidamente cansado de ello—, suelta—. Llamaré a Dante.

Le agarro un puñado de pelo, manteniéndolo en su sitio. —No lo vas a llamar.

—¿Por qué no?

—Porque yo lo digo.

Se moja los labios con la lengua y eso hace que se desate la furia en mi interior, porque la polla me duele de necesidad.

Sus estúpidos labios solo hacen que me duela más.

—Kook—, retumba, su pulgar se engancha en la parte superior de mis calzoncillos. —Deja que te la chupe.

¿Está jodidamente loco? Casi le parto el culo por besarme.

Por fin nos hemos reconciliado y ahora va a por algo más que un beso.

—Seokjin—, le advierto, apretando su pelo.

—No es un beso—, se burla—. Me dijiste que no te besara. Nunca dijiste nada sobre tu polla en mi garganta. —Vuelve a mirarme, con una sonrisa perversa en la cara—. ¿Se la tragó Ivy?

A Ivy no le gustaba chupar pollas, y mucho menos tragar. Pero eso no viene al caso.

Estoy a punto de abrir la boca para decirle que se calle cuando me baja la parte delantera de los calzoncillos, revelando la raíz de mi polla. Se muerde el labio inferior, rogando con los ojos que le deje hacerlo.

Pero no soy gay.

—Tienes la polla dura—, susurra, su aliento caliente en mi carne desnuda hace que mi polla se estremezca en respuesta.

—Es una respuesta natural cuando me tocan—, le respondo con un gruñido.

—Eres tú o Dante. —Se lame los labios y me baja los calzoncillos—. Al menos no se lo dirás a nadie.

Apretando los dientes, veo con fascinación cómo me baja los calzoncillos por los muslos. Mi polla, pesada y palpitante, sobresale hacia él.

—Me das asco—, le digo.

Se estremece ante mis palabras. Por mis mentiras. No me da asco. Me confunde muchísimo.

—Hazlo—, gruño—. ¿Quieres practicar? ¿Quieres experiencia? Chúpala. No puedo prometer que me corra y ciertamente no me va a gustar. 

Mentiroso, mentiroso.

Mi semen brilla en la punta de mi polla.

—Probablemente la chuparé—, murmura, su mano envuelve suavemente mi longitud, enviando una chispa de electricidad por mi columna vertebral.

**Immerse your soul in love**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora