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—¿No es demasiado cursi? —pregunta MinHo al terminar de leer la nota que acaba de escribir, frunciendo levemente el ceño.

—¿Qué le ves de cursi, MinHo? — pregunta HyunJin, sin dejar de mirar la pantalla de su teléfono.

—Mucho—murmura—, no suelo hacer mierdas así...

Porque era cierto, y ni siquiera sabía muy bien de dónde había salido el impulso de hacer todo aquello. Esa mañana, había conducido hasta las afueras de la isla para comprar un antifaz rojo y dorado en la pequeña tienda de disfraces que normalmente no tenía muchos clientes.

¿Se arrepentía? En absoluto. Tan solo, y tal vez, está un poco nervioso.

—¿Vas a admitir que te gusta ya o vas a seguir negándolo a pesar de que ya todos sabemos que te gusta? — el alfa siguió sin mirarlo, tecleando algo en la pantalla—. Deberías darle las gracias a Felix.

—¡Sabía que estaban conspirando en mi contra!—grita con el ceño fruncido mientras mira a su mejor amigo indignado, seguidamente le quita el móvil de las manos para tener su atención—. Y no me gusta en absoluto.

—Cuanto más intentas ocultarlo, más notorio lo haces — HyunJin le guiña un ojo antes de arrebatarle su propio móvil, volviendo a mirarlo como si nada.

—Cállate, no eres el más indicado para hablar, tú casi matas a Felix al principio.

—Antes era un poco salvaje —dice con una sonrisa divertida.

—Sigue siendo un salvaje — MinHo sonríe mirando a su mejor amigo.

—Literalmente vivo aquí —habla Felix apartando el libro que estaba leyendo al otro lado del sofá para mirar a los dos alfas—. Los estoy escuchando.

—Oops—HyunJin dice mientras toma a Felix por la cintura y lo coloca entre sus piernas, dejando un beso sobre su cabellera rubia.

—Bueno—MinHo se levanta del sofá con una pequeña sonrisa—. Cursi o no, supongo que debo entregar esto a cierto chico peliazul.

Aunque MinHo nunca lo admitiría en voz alta, estaba empezando a sentirse demasiado cómodo en compañía de JiSung. Su alfa había empezado a revelarse, anhelando la presencia, el toque y la cercanía del peliazul.

Y eso era todo lo que no quería desde un principio. Porque sabía que si se acercaba mucho a él, no podría evitar caer.

Porque él se enamoraba de manera rápida y profunda, y JiSung era demasiado maravilloso como para su propio bien. Y eso le atemorizaba, porque si lo dejaba entrar en su corazón, corría el riesgo de acabar roto una vez más, y no sabía si podría soportarlo todo de nuevo.

Sin embargo, intenta alejar aquellos pensamientos mientras conduce hacia la casa del chico. Y al llegar, tan solo puede escuchar los latidos de su propio corazón.

Toma la caja de color crema envuelta en un lazo de seda roja entre sus manos antes de bajarse del coche y encaminarse al porche del peliazul.

Por suerte, JiSung se encontraba en el trabajo, por lo cual el plan era simple: dejar el regalo en el porche y marcharse sin más.

Pero su plan falla espantosamente cuando está subiendo el primer escalón del porche y unos pasos sobre la nieve le hacen darse la vuelta y toparse con aquellos ojos bonitos y melena azul.

JiSung lo mira confundido, y él entra en pánico.

—¿MinHo?

—Ratón—murmura—. ¿No se supone que tendrías que estar trabajando?

JiSung lo mira confundido, negando suavemente con la cabeza.

—No, he trabajado esta mañana — sus manos se esconden en los bolsillos de su chaqueta marrón, su mirada confundida y curiosa en su rostro mientras se mordía levemente el labio—. ¿Qué haces aquí?

❝Heart cold as ice blue❞『•MinSung•』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora