Olivia
Al llegar al hotel el seguía con su brazo en mi cintura, estábamos hablando de como la habíamos pasado en la noche y de vez en cuando insultando al rubio que nos habíamos encontrado en nuestra noche, estábamos fingiendo un poco de demencia sobre lo que había pasado hace un rato; después de todo, por ese motivo habíamos decidido venir al hote.
Enzo llamó al ascensor con la mano que tenia libre, la otra parecía pegada a mi cintura, sigo sin entender como es posible que este chico se vea tan bien haciendo todo lo que hace.
Ya en el ascensor nos tomamos una foto en el espejo, ya que yo no tenia ninguna foto de la noche, mientras guardaba el celular sentía su mirada fija en mis movimientos, como si tratara de escanearme; yo levante mi cabeza para luego mirarlo de la misma forma, cuando nuestas miradas se encontraron se quedaro ahí un par de segundos que parecieron minutos.
Los dos lo queriamos, y lo que yo quiero siempre lo tengo.
Después de esa mini guerra de miradas en la que ganaba el que mas soportaba sus ganas, como si de algo atrayente estuviéramos hablando, los dos nos abalanzamos hacia el otro en busca de saciar todas esas ganas acumuladas que teníamos hace un par de meses atras.
Una de sus manos la llevo a mi cuello y la otra a mi cintura en un intento de tenerme más cerca de el, encajaban tan perfectamente que parecían hechas para quedarse ahí para siempre. Lleve mis dos manos a su cuello jugando y tironeando un poco de sus pelitos que se encontraban ahi.
Era un beso calido, con lujuria y desesperación mezcladas en un acto tan puro como lo es el amor, no quería que terminara, ni el ni yo lo queríamos pero el ascensor abrió sus puertas, siendo solo esas cuatro pequeñas paredes y espejos confidentes de lo que habíamos hecho.
Me acompaño hasta la puerta de mi habitación y se apoyo en el umbral de esta esperando a que la abra mirando atentamente todos mis movimientos, como si fuera un nene esperando a que le abran su caramelo. Al abrir la puerta volvió a posar sus dos manos en mi cintura y mientras caminabamos dejaba besos en mi cuello haciendo que riera.
Dejamos todo lo que traíamos en el primer lugar que encontramos y el con sus manos en el mismo lugar que antes me dio la vuelta para quedar frente a frente y como si fuera que compartimos pensamiento nos abalanzamos hacia el otro una vez más.
Caminamos hacia la habitación torpemente, mientras nos chocábamos distintos muebles y nos tropezábamos con nuestros mismos pies largando carcajadas cuando nuestros labios se separaban.
Al llegar a la habitacion Enzo me dejo en la cama de forma suave y comenzó un camio de besos desde mis hombros hasta mi boca, yo con mis piernas enredadas en su cadera pidiendo mas de el, le desabroché los botones de su camisa uno por uno sacándosela por completo y admirando el hermoso cuerpo que el tenia.
Mientras yo dejaba mordiscos y besos húmedos en su cuello que de seguro mañana iban a dejar marca escuchaba sus suspiros pesados, dejo de acariciar toda mi espalda para desabrochar su cinturón y seguido sacarse el pantalón dejando ver un leve bulto que crecía de a poco.
Desesperadamente me levanto un poco para comenzar a sacar mi vestido de una forma tan lenta que era dolorosa.
-Enzo, por dios dale.-Dije tratando de apurarlo, pero solo conseguí una sonrisa burlona.
Se sorprendió al ver que no traia corpiño, le hice la misma mueca burlona y el empezó a masajear y lamer mis pechos.
Las ganas de mas por ambas partes eran muy notorias, por lo que de un momento a otro dejamos la tranquilidad de lado y comenzamos a ser mas bruscos en lo que hacíamos.
Arranco mi tanga y lamio dos de sus dedos para insertarlos en mi sin aviso, causando un grito de mi parte y una risa áspera de el al darse cuenta lo mojada que ya estaba, movía los dedos haciendo que pareciera una danza mientras que con su pulgar masajeaba mi clitoris.
Cuando penso que ya era hora de continuar, saco sus dedos de mi y busco su pantalón para sacar un condon de uno de los bolsillos, volvió a mi con el condon ya puesto y mirándome a los ojos comenzó a rosar nuestras partes logrando sacar leves suspiros de los dos.
Fue penetrando lentamente hasta estar completamente en mi para acostumbrarnos y me dio un pequeño beso para empezar a moverse de manera necesitada.
En un ágil movimiento logre quedar arriba de el para manejar la situación yo y comenzar a moverme sobre el, el jugaba con mis pechos, los tocaba mordisqueaba y lamia.
Sin darme cuenta me tomo por la cintura para volver a la posición anterior y tomar el control nuevamente.
Así estuvimos unos minutos más, en un juego de ver quien tomaba el control mas tiempo mientras pedíamos mas del otro, con una conexión inexplicablemente atractiva. Cayo a mi lado rendido haciendo dibujos invisibles en mi abdomen a la vez que yo jugaba con su pelo.
Y así nos quedamos dormidos, despues de estar juntos por primera vez, luego de tanto tiempo de coqueteos y miradas intensas. Solo la luna y las sabanas fueron testigos de lo que había pasado esa noche en mi habitación, algo que iba a seguir pasando muchas veces mas.