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Son las siete de la mañana Daniel se encontraba sentada en su cama viendo fijamente su tenis izquierdo en el suelo mientras que ella sostenía de los cordones el derecho.

-Realmente soy un personaje, no existo- murmuraba. El día de ayer fue una locura para ella no sabia que hacer consigo, se planteaba muchas preguntas que terminaban en un dolor de cabeza para ella. Había llegado de la escuela completamente en silencio recibiendo la bienvenida de su Mamá que estaba doblando la ropa junto a su pequeño hermano de seis años.

-Daniel, ¿tienes hambre? salí temprano del trabajo y hice sopa con taquitos dorados- la mujer esperaba la respuesta de su hija mayor la cual solo camino sin decir ninguna palabra hacia la cocina.

-Dani ¿tuviste un mal día? - pregunto la mujer caminando hacia su hija colocándose a su lado izquierdo. Siguió esperando alguna respuesta, pero no lo obtuvo. Camino hacia la repisa tomando un plato donde le sirvió sopa y en uno extendido puso tres taquitos para acompañar, se dirigió hacia su hija y coloco la comida frente a ella viéndola y noto que sus ojos se veían cansados, como si no hubiera dormido en una semana. La mujer acaricio la cabeza de su niña y tiernamente la pegaba hacia su pecho.

-Cuando quieras hablar conmigo estaré dispuesta a escucharte, te amo mi pequeña- deposito un beso suabe en la cabeza de Daniel y se fue a la sala para seguí doblando la ropa con ayuda de su hijo menor.

Daniel ya no sabía que sentir, ni siquiera sabía si sus sentimientos son reales o todo es hecho por el guion de la novela, no sabia como funcionaba todo a su alrededor y las actitudes de las demás personas. Entonces sus papas no son reales, su pequeño hermano, amigos, su casa, incluso el pueblo, sus recuerdos de crecer en esta casa, todo es falso. Sus ojos se sentían húmedos y un dolor en su corazón empezó a agobiarla.

-Dani, Dani toma mira eres tú- su pequeño hermano puso una hoja con un dibujo de ella junto con su Papá, Mamá y el, todos tomados de la mano. El pequeño niño se dio la vuelta caminando torpemente hacia la sala dejando a su hermana. Daniel vio el dibujo y empezó a llorar, sus lagrimas que negaba sacar por fin tenían un final. Tomo el dibujo mojándolo con sus lágrimas acariciando las líneas de las crayolas de diferentes colores. Cuando termino de ver el dibujo volteo hacia la comida que su Mamá había hecho y colocado en la mesa para que comiera. Sintió el calor del plato, el aroma de la sopa y los taquitos. <<Esto no puede ser un sueño, fantasía o una mentira, estoy sintiendo el calor de esta comida, cuando Mamá me dio el beso y Emilio me llamo con su pequeña voz. Estoy aquí>>. Pensó.

-Soy real como todos mis seres queridos y no permitiré que les pase algo-. Daniel seco sus lágrimas y empezó a comer dispuesta a hacer todo lo que pueda para que nadie a quien ella apreciara le pasara algo malo, si es que saber la verdad conllevaría a tener problemas dentro de esta realidad, lo impediría.

Ahora esta sentada con un tenis en su mano colocándolo en su pie, se levantó dirigiéndose a la puerta de su habitación con su mochila en mano completamente determinada a que nadie dañaría a su familia ni amigos.

-Hola Emi, buenos días – saludo a su hermanito quien estaba desayunando junto a su Papá.

-Hola Dani- respondió el pequeño metiéndose una gran cucharada de huevo con jamón en la boca. Daniel le acaricio la cabeza y tomo un plato para desayunar junto a ellos.

-Hoy esta haciendo más frio de lo normal Daniel, ponte doble suéter- habló su papá que revolvía su taza de café haciendo sonidos con la cuchara.

-Me pondré una chamarra grande la de mezclilla afelpada- respondió tomando un sorbo al vaso con leche. Su Papá asintió con la cabeza y se levanto para lavar los platos sucios de su breve desayuno. Emilio salió corriendo por su mochila morada adornada con estrellas en la parte delantera.

-¡Ten cuidado Emi!- grito para que la escuchara. – Jack me dijo que tengamos cuidado en la noche si es que estamos cerca del bosque- menciono el hombre de complexión robusta colocando los platos en el escurridor.

-¿Por qué?- se exalto su hija caminando a una distancia de un metro hacia él. -Jack mencionó en el trabajo que hay lobos muy grandes rondando cerca de las calles más cercanas al bosque- .

Daniel abrió sus ojos y respiro pesadamente, ya sabía a qué lobos se refería el señor Jack. -Tendré cuidado Papá y le diré a Camila y Mario-. Su padre asintió y fue con Emilio para ayudarlo a ponerse sus tenis. Es hora de ir a la escuela.

El camino siempre es silencioso Emilio miraba por la ventana viendo el bosque y los puestos del pueblo. Daniel observaba con más determinación el bosque esperando ver algo. <<No mentiré que me da curiosidad ver de cerca como pasa la historia, ¿podre ver a los lobos?, ¿qué tal si me encuentro con Jacob en la escuela? ¿Bella ya habrá llegado a Forks?>>. Los pensamientos llegaban y llegaban junto con su presencia a la escuela.

-¡Bay, bay Dani!- gritaba desde la ventana de atrás el pequeño Emilio despidiéndose de su hermana de cabello negro. -Cuídate Daniel- se despidió moviendo su mano mientras que su hija copeaba su acción, pero levantando sus dos manos gritando "adiós".

-Muy bien, muy bien solo tengo que pasar desapercibida para que los Cullen no me vean ni lean mis pensamientos- decía mientras caminaba por el estacionamiento. -¿No manches como voy a callar mis pensamientos?, ¡que estúpida soy!. Solo Edward puede leerlos y Alice puede ver lo que puede llegar a pasar-. Daniel se detuvo viendo el estacionamiento percatándose que estaba hablando un poco alto. Busco a los Cullen esperando que no estén ahí para su suerte no se encontraban. En ese momento vio llegar la pick-up de un personaje en particular era la Chevrolet de Bella.

- No puede ser, no manches ¿qué hago, me escondo?. ¿Debo de estar aquí o no?, tranquila tu camina normal, eres insignificante como el aire, bueno el aire es importante mas bien como si no existieras- Daniel empezó a reír por lo ultimo que dijo, no podía creer que le causara gracia la situación que solo ayer le hizo sentir un ataque de pánico, pero bueno ella esta aplicando: "sus traumas, sus chistes".

Un fuerte golpe retumbo en el estacionamiento un vehículo perdió el control y se dirigía a Bella. Daniel se quedó estática observando todo el incidente y como bien pasa en el libro Edward paro el carro salvando a Bella y claro nadie se dio cuenta aparte de ella.

-No te rías, no te rías- se decía ocultándose detrás de un carro mientras seguía observando todo. – Dios que escena tan rara de digerir-. Se levanto de su lugar tapándose la boca para no hacer ningún sonido. -Solo tengo que irme y hacerme la loca nadie me vio-. Camino detrás de las personas que hicieron un aglomeramiento alrededor de Bella y del vehículo. El pelo negro siguió su camino hacia las puertas de la escuela entrando en ella.

A lo lejos dos ojos dorados la vieron entrar teniendo una cierta curiosidad hacia la chica de cabello negro y ojos cafés. 

SECUNDARIO CREPÚSCULODonde viven las historias. Descúbrelo ahora