SECUNDARIO CREPÚSCULO

8

-¡POR QUÉ DEJASTE SOLA  A LA NIÑA!-.

-No sabía que eso pasaría, enserio Camila no lo sabía….¡ESPERA CON LA REGLA NOOO!-.

Camila perseguía a Mario en el estacionamiento de la escuela como gato y ratón alrededor del carro del castaño quien esquivaba los golpes de la regla de metal que su amiga usaba como arma.

-¡Lo que pasa es que eres un maldito irresponsable y fiestero!, ¡crees que todo estará bien pero no es así!- la chica pecosa le lanzaba sus cuadernos y para fortuna de ella le pego en la cabeza haciendo que los lentes de Mario salieran volando.

-¡Dan guárdalos! capaz y esta loca de mechones blancos quiera lanzarlos a la carretera-.

Daniel hizo caso, tomo los lentes y siguió viendo como Camila tomaba al pobre chico de su sudadera haciéndole un gancho y dándole sapes en la frente la cual se tornaba rosa por los golpes.

-Tú también tienes la culpa ¿para que nos dejas solos?- se defendió Mario jalando un mechón de cabello de su violenta amiga. Ahora son dos personas tomadas de los cabellos girando he insultándose mutuamente.

-¡Me dio chorro ya les había dicho!-.

Mario se reía de ella jalando con más fuerza lo cual ocasionó que Camila le pateara el estómago.

Varios estudiantes que pasaban se quedaban viendo la pelea otros se reían y unos les gritaban para alentarlos más.

-¡Ya paren ustedes dos que no ven que están haciendo un espectáculo!- Daniel camino hecha furia hacia sus dos torpes amigos intentando calmarlos. Gracias a los dioses su disputa concluyo solo con arañazos y jaladas de cabello.

-Son unos ridículos. Camila ya te explicamos que fue un accidente y el doctor Cullen me ayudo además Mario me espero-.

-Si lo hizo pero lo sacaron de la casa ¿cómo por qué harían eso?- demando sobándose la cabeza.

-No fui al único que lo corrieron, nos sacaron a todos, pero la fiesta siguió- el castaño se acomodaba los lentes que anteriormente Daniel había guardado.

-Los sacaron a todos por que no querían que nadie más resultara herido, me atendieron, curaron, incluso el Doctor Cullen le hablo a mi Mamá avisándole de todo y por qué llegaría con una sutura a casa-.

Camila miro a Mario resignándose es muy protectora con ellos, aunque no lo parezca con el cuatro ojos, son muy importantes en su vida, los amaba.

-Lo siento Riro- acaricio la cabeza de su oponente con el mismo aspecto magullado que el de ella.

-Cuando me dices Riro sé que estas siendo honesta y que lo lamentas en serio. Yo también lo siento, debí de tener más responsabilidad con Dani siendo el mayor-.

Los dos torpes amigos se reían mirando el campo de batalla y el espectáculo tan bobo que habían montado.

-Los quiero mucho- Daniel los abrazo y caminaron juntos a la escuela.
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-No entiendo nada, aunque lo lea no puedo entenderlo-.

-Yo tampoco le entiendo. Si estamos siguiendo la formula ¿por qué el resultado sale diferente a la de la profesora? - Camila se tomaba de los cabellos completamente frustrada.

El trio estaba en la biblioteca tratando de resolver la ecuación de la maestra de calculo ya que de ese ejercicio dependía su calificación.

-No se desesperen por eso me tienen a mí, el más inteligente y único amigo que ha reprobado con esta profesora- Mario inflo su pecho creyéndose genial.

-Pues eso no es muy inteligente- contesto Daniel.

-La inteligencia lo persigue, pero él es más rápido- Camila devolvió su mirada a los libros de calculo tratando de entender la ecuación.

El chico le arrebato el cuaderno donde había escrito el problema y rápidamente tomo su lápiz trazando números completamente inmerso en el proceso.

Las dos espectadoras estaban atentas al resultado.

-¡No, ósea tú resolviste esto solo!-.

-Así es Dani, ¿ven que tenía razón?. No soy puro rostro- presumió .

-Reprobar esta clase me motivo a repasar todo, ya no quiero reprobarla de nuevo, si lo hago me suspenden la materia y Papá me quitara a Ramiro- decía poniendo sus manos en su rostro fingiendo llorar.

-Ramiro… ¿Tu carro? - pregunto Camila.

-Sí mi bochito no quiero que me lo quite Papá, vivo lejos y no quiero caminar a las seis de la mañana hasta acá, hay lobos-.

Los dos se reían y seguían con la platica mientras que Daniel tomo los libros para colocarlos en su lugar.

-Valla espectáculo que montaron en el estacionamiento-. Un Edward aparecía mirando los lomos de los libros de la sección de cálculo avanzado.

-Hola, buenos días primero que nada y me imagino que tus “hermanos” también saben de eso- coloco un libro y dio la vuelta para pasar enseguida del vampiro yendo a la sección de matemáticas y formulas.

-Si bueno no fue difícil no ver esa guerra que se armaron en el estacionamiento- tomo uno de los libros que la menor sostenía colocándolo en su lugar.

-Y supongo que estas aquí para vigilarme-.

-Exacto, sabes que Carlisle menciono esa norma la cual tu aceptaste- Edward miro a la chica dándose cuenta que le llegaba al hombro.

-Si es cierto, aunque yo especifique que fuera a distancia no quiero involúcrame más de lo que ya estoy-.

El vampiro sonrió contestándole con obviedad -Tú sabes que ya no podrás tener tu vida normal ya estas involucrada en nuestras vidas, aunque no lo quieras y nosotros tampoco queremos relacionarnos más contigo y tu “don” si es que le podemos decir así-.

La joven pelinegra se quedó en silencio analizando cada palabra y aunque ella no quería aceptarlo era cierto.

Suspiro pesadamente -Creo que tienes razón no tenemos de otra, estamos en el mismo bote…O ataúd como quieras llamar esta extraña situación-.

Edward se carcajeo levemente.

-Sabes, me das miedo cuando te ríes, es extraño ya que siempre te he recordado serio- firmo la hoja de control de libros escribiendo cuales tomo y cuales devolvió entregándosela al bibliotecario en turno.

-¡Come on Dan! tenemos que ir a clase- apresuro Mario.

Daniel se puso la mochila caminado detrás de ellos pero sin antes escuchar en su oído la voz de Edward “Recuerda venir a la casa como se acordó Dan”.

Escuchar su voz cerca de su oído utilizando su apodo que solo sus amigos junto con su hermano menor usaban se sintió extraño.
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-¿Por qué deben de vivir apartados? bueno se las circunstancias, pero al menos debieron de escoger un lugar donde pasen camiones-.

Había caminado como por una hora. Engaño a Mario para que la dejara cerca de la cafetería del pueblo así no andaría tanto a pie.

-Realmente lo alto de las copas de los árboles dan miedo. Ni pensar que Edward y Bella se balanceaban como columpio por ahí-.

Al llegar a la casa Cullen noto que el pick-up de Bella estaba estacionado afuera.

-Aquí vamos, tu puedes no pasa nada, solo estarás con vampiros al menos hay una humana más por el momento-.