CAPITULO 9

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Recorría la avenida, la mirada fija en el sendero, cuando entré al lugar donde solía trabajar.

- ¡Hola, Moni! ¿Cómo has estado? - expreso, con una alegría desbordante. Durante los años que compartimos trabajo, nos convertimos en grandes amigas.

- Pensé que te habías casado y que no volverías - me dice.

- Aún no me he casado, y si lo hiciera, sabes que estarías a mi lado, serías una de mis damas de honor, no lo olvides.

Realizo mi pedido para llevar, Matías regresa esta noche y quiero preparar algo especial. Hace unos días celebramos nuestro cuarto aniversario como pareja, pero su trabajo requiere constantes viajes, así que no hemos estado juntos este mes. Por ello, he comprado algunas cosas que sé que le encantarán. Al llegar al departamento, me pongo manos a la obra, pues su avión está a punto de aterrizar. Yo iré a recogerlo, pero antes, tengo que pasar por la tienda que está a un par de cuadras para comprar algo seductor y sorprenderlo.

Salgo del edificio y me dirijo a la boutique, donde elijo el body más atractivo que encuentro. Subo al ascensor, con mis auriculares puestos y observando el panel de pisos. Estoy a punto de llegar a mi piso cuando el ascensor se detiene abruptamente. Me agarro fuertemente de donde puedo y pulso el botón de emergencias. Me dan instrucciones y me piden que espere.

"¿Por qué tenía que pasar ahora?" - exclamo en voz alta. Si sufriera de claustrofobia, ya estaría al borde de un ataque de pánico.

Paso dos largas horas atrapada en el elevador, comenzando a desesperarme, no por el confinamiento, sino por el tiempo perdido. Mis planes nunca parecen salir como los imagino. Las puertas del elevador finalmente se abren y un hombre me extiende la mano para ayudarme a salir. La acepto y en ese instante mi bolso se cae, revelando mi llamativo conjunto de encaje negro y morado. Lo recojo rápidamente y es entonces cuando veo la hora: solo quedan dos horas para que el avión aterrice. Agradezco a las personas que me ayudaron y corro de vuelta al departamento, pensando "quiero que todo sea perfecto". Me doy una ducha rápida y al salir me pongo unas mallas de encaje negro que llegan hasta la mitad de las piernas, complementadas con listones rojos y morados que suben hasta mi body negro con franjas moradas. Me dirijo al armario y tomo un largo abrigo beige para cubrir mi atuendo.

Salgo del edificio y subo a mi coche. Ya está oscureciendo, así que no se verá nada. Al llegar al aeropuerto, me estaciono en el exterior hasta que lo veo a lo lejos con su traje azul marino, ajustado a la perfección a su cuerpo atlético, su maleta y lo que parece ser una bolsa de papel roja en la otra mano. Me pregunto, ¿qué será?

Hola cariño - dice después de meter su maleta en los asientos de atrás y dándome un beso en la mejilla.

Hola amor, ¿cómo te fue en tu viaje?

Bien amor, hablamos de eso mañana, hoy quiero disfrutar de la cena que preparaste - Cuando hablamos antes de que subiera al avión le dije que prepararía una cena en casa.

Manejé todo el camino, llegando al departamento abro la puerta y él me jala, me abraza y me comienza a besar frenético, lo abrazó del cuello y correspondo el beso, me alzó entre sus brazos y lo envuelvo con mis piernas para que me manejara a su antojo, mis manos cubrían su cuello y las suyas mis muslos masajeando poco a poco sin separar nuestras bocas, camina hacia la cama y me bajo antes de que me deje caer sobre ella, lo giro dejándolo sentado en la orilla y con mi mano lo empujo para que se recueste un poco, me quito el abrigo y le doy un guiño, comienzo a bailar frente a él, moviendo mis caderas, me abalanzo hacia él quedando frente a su miembro visiblemente erecto, le quitó el cinturón de un solo movimiento, prosigo con su chaleco; subo mi pierna derecha dejándola a un lado de la suya y después la siguiente quedando frente a él, me abraza de la cintura mientras yo lo beso en sus labios carnosos, sigo besando hasta llegar a su cuello y desabotono uno por uno su camisa, comienzo a dar pequeños círculos suaves con mis caderas sintiendo aún más su erección. Él comienza a besar mi cuello bajando por mi pecho llegando a uno de mis senos sacándolo para poder chuparlo, deja un mordisco y doy un gemido, comienzo a sentirme mojada, me incorporo y lo levantó para desabrochar su pantalón, lo bajó junto con su ropa interior dejando su miembro a la vista, lo tomo con la mano y masajeo a ritmo lento, me arrodillo y lo comienzo a chupar, mi lengua juega con él, me tomó del cabello y comienza a balancearse, me detengo de sus muslos acariciándolos, y siento su líquido caliente llenar mi boca, lo trago y con mi dedo índice limpio mi labio inferior|, lo encaminó de nuevo a la cama y lo empujó levemente para que quede sentado, me monto encima de él cuando comienza con una de sus manos a acariciar mi parte intima, hace a un lado el body y siento como va introduciendo poco a poco uno de sus dedos abriendo paso hacia mi botón, comienza a hacer círculos pequeños haciendo que mi cuerpo comience a hormiguear, me arqueo hacia atrás y otro de sus dedos se une a la fiesta que se lleva a cabo cerca de mi cavidad, comienzo a perder el control y mis piernas comienzan a temblar, él acelera el ritmo y siento como mi cuerpo inconscientemente se relaja, doy un quejido, mis manos se sujetan fuertemente de sus piernas y dejo salir todo mi liquido dejándolas mojadas.

¡Ya quiero sentirte dentro de mí!, no me hagas sufrir más - digo entre gemidos.

Mi conejita, esto no termina aquí - me carga, pero esta vez, me guía para que lo envuelva con mis piernas, en eso me penetra de una sola estocada, doy un gemido fuerte haciendo que me aferre más a su cuello y él comienza a balancearme de arriba abajo, mi cavidad estaba completamente acompañada de su miembro gordo y largo, se detiene unos minutos, sin bajarme, para encaminarnos al baño, donde me sienta en el lavamanos y comienza a penetrarme de nuevo, su ritmo variaba, primero lento y después muy rápido. La bañera la deje lista, con pétalos de rosas y un champagne con dos copas, pero esto último lo ignoramos por completo, en el lavamanos me hace llegar una vez más, me baja y me da la vuelta dejado a la vista mi entrada junto con mis muslos, me recargo y estiro mis brazos para que su entrada sea más fácil y placentera, me penetra y presiono mis labios para que él también disfrute, más de lo que ya hemos disfrutado hasta ahora, su ritmo se acelera y me toma más fuerte de mis caderas, mientras que yo me muevo al compás de su ritmo, al cabo de unos minutos siento como su líquido baja por mis piernas dejando salir un gemido de placer, sale de mí y su miembro sigue erecto, le tomó del brazo y lo encaminó hacia la tina metiéndolo junto conmigo para disfrutar del agua caliente, se recuesta en uno de los extremos mientras que me acerco poco a poco y me quedo de espaldas a él, comienza a masajear mi entrada trasera dejando besos en mi cuello, cierro los ojos y dejo que juegue conmigo como él quiera.

INTRUSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora