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ADVERTENCIA: En este capítulo, se describen cosas desde la perspectiva de Jinho. Así que hay pensamientos enfermizos. Si tu, sufriste de violencia sexual te recomendaría saltarte esa parte.

...

Lisa se encontraba sentada en su sillón, sumida en sus pensamientos mientras la determinación ardía en sus ojos. La situación con Jinho había alcanzado un límite, y no podía permitir que él continuara molestando a Jennie ni que representara una amenaza para su seguridad y la de Kuma.

Debían hacerlo parar.

El ceño fruncido de Lisa denotaba la intensidad de sus pensamientos. Aquel imbécil, Jinho, ya le había causado suficientes problemas a Jennie en el pasado. La idea de que siguiera acosándola y poniendo en peligro su seguridad y la de Kuma era inaceptable. La determinación ardía en sus ojos mientras reflexionaba sobre cómo detenerlo de una vez por todas.

Eran las ocho de la noche y dentro de poco debía ir al club para trabajar, así que se levantó y se arregló. En su mente seguía divagando Jennie, una sonrisa boba se hizo en sus labios al recordar aquella dulce sonrisa y forma tierna de ser. 

Pero, se vió interrumpida por otro recuerdo. El recuerdo de Jennie llorando entre sus brazos porque Jinho fue a su casa y golpeó a su perro, provocándole una fractura en la pata delantera derecha.

El semblante de Lisa cambió de la sonrisa pensativa a una expresión más seria y enfocada. El recuerdo de Jennie llorando entre sus brazos por la brutalidad de Jinho hacia Kuma provocó una mezcla de enojo y tristeza en ella. Aquella imagen marcó un límite, un límite que no estaba dispuesta a permitir que se cruzara nuevamente.

... 

Lee Jinho siempre quiso tener el control de todo.

Siempre quiso tener a todo el mundo rindiéndole sumisión, por eso estaba tan enfadado con la situación de Jennie. ¿Por qué no podía tener el control de aquella chica que antes estaba rendida ante el?, el tenía que ser importante.

Algo que Jennie y su moto tenían en común era que, ambas eran un trofeo. Una adquisición. 

En un principio, quería a Jennie porque todos sus amigos deseaban una chica así; una chica hermosa, tierna, femenina y además de ello ingenua. Eso era lo que a Lee Jinho más le gustaba de ella, lo inocente e ingenua que era.

La obsesión de Lee Jinho con Jennie iba más allá de una simple atracción. Para él, ella representaba el objeto perfecto para alimentar su ego y satisfacer sus ansias de control. La belleza de Jennie, su ternura y feminidad eran cualidades que sus amigos envidiaban y admiraban, y eso solo aumentaba la obsesión de Jinho.

Inseguridad, ingenuidad e inocencia. Era lo que más amaba Jinho y Jennie era exactamente eso, una chica que casi no sabía de la vida.

Pero, esto a veces iba a favor y en contra de ambos.

Un claro ejemplo, era que Jinho siempre quiso poseer totalmente a Jennie. No solo ser su novio de ridículos besos, el quería más.

Jinho anhelaba tener el control total sobre Jennie, no solo en el ámbito sentimental sino en todos los aspectos de su vida. Su deseo de posesión iba más allá de ser simplemente su novio. Quería moldearla a su imagen y semejanza, manipular sus decisiones, y convertirla en una extensión de su propia voluntad.

La inseguridad de Jinho jugaba un papel crucial en esta obsesión. Para él, tener a Jennie bajo su control no solo lo haría sentirse importante, sino que también alimentaría su ego herido. La ingenuidad e inocencia de Jennie eran armas que Jinho intentaba usar en su propio beneficio, aprovechándose de su falta de experiencia en la vida.

The Stripper.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora