EL ESPEJO DE VACCIO

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La lluvia persistía mientras Iris, con su capa burdeos empapada, se adentraba de nuevo en la tienda Gold and Rock. El tintineo de la campanilla marcó su llegada, y la atmósfera pesada de la tienda envolvió sus sentidos. Las estanterías, repletas de antigüedades, parecían contener más objetos que de costumbre.

La Señora Violet, con su figura encorvada y vestida con telas que parecían tener vida propia, emergió de entre las sombras de la tienda. Sus ojos, profundos, se encontraron con los de Iris.

"Bienvenida de nuevo, Iris. Veo que los sueños te han guiado hasta aquí una vez más", dijo la anciana con una sonrisa enigmática.

La tienda, iluminada por lámparas centenarias, desprendía un aroma a incienso que se entrelazaba con el de objetos antiguos. Los estantes estaban llenos de reliquias impresionantes. La luz parpadeante acentuaba el misterio latente en cada rincón.

"Tu sueño, Iris, revela fragmentos de una historia más grande", comentó la Señora Violet mientras guiaba a Iris hacia una sección especial. "Aquí es donde la magia y la realidad se encuentran".

Entre polvo de años pasados y la sutil resonancia de una extraña melodía, Iris exploró objetos meticulosamente dispuestos. Cada reliquia llevaba consigo la esencia de un tiempo olvidado, y sus detalles eran exactos. La Señora Violet, con sus manos arrugadas, seleccionó un pequeño espejo con grabados dorados.

"Este espejo te ayudará a vislumbrar más allá de las apariencias", dijo la anciana. "Refleja no solo tu imagen, sino también la imagen de la verdad. Pero recuerda, no siempre te mostrará lo que deseas ver".

Sosteniendo el espejo entre sus manos temblorosas, se vio reflejada en su superficie pulida. La luz de las lámparas antiguas delineaba sus rasgos, pero algo más captó su atención. Detrás de ella, en el reflejo, el gato Fluffy observaba, rodeado por un aura oscura y siniestra.

"Te estás adentrando en los dominios de la verdad, Iris Burton", maulló el gato con ojos que parecían reflejar la profundidad de la noche. "La magia que te guía también revelará sombras que acechan en los rincones más oscuros".

El gato continuó hablando con una solemnidad que parecía resonar en el pecho.

"El tiempo corre rápido en los reinos que explorarás. Debes emprender tu viaje antes de que la oscuridad se cierre sobre ti", instó el gato con urgencia. "Los sueños te han guiado hasta aquí, pero ahora es el momento de enfrentar tu destino con valentía".

Iris asintió, sintiendo la responsabilidad pesar sobre sus hombros. El gato, con su mirada profunda, parecía conocer los secretos que aún se ocultaban en el futuro.

"El reloj del destino no espera", susurró el gato, y en un destello de misterio, desapareció de su reflejo en el espejo.

La Señora Violet, con cierta tristeza, observó cómo el gato se desvanecía del reflejo en el espejo. Luego, con un gesto majestuoso, se dirigió hacia una vitrina antigua en un rincón de la tienda. Delicadamente, extrajo una llave de aspecto ancestral.

"Esta llave te abrirá las puertas hacia el otro mundo", anunció la anciana mientras colocaba el objeto en las manos de Iris. "Cuida de ella, pues será tu pasaporte entre realidades".

Iris examinó la llave, sus formas intrincadas emanaban una energía que resonaba con su propio poder latente. Con la llave colgada en su cuello, la Señora Violet guió a Iris hacia una escalera de caracol que llevaba al abuhardillado de la tienda.

Al llegar, un destello de luz reveló una puerta antigua de madera tallada. La Señora Violet, con solemnidad, indicó que esta puerta conectaba con el otro mundo, un reino de magia y misterio.

"Antes de cruzar, hay verdades que debes conocer", advirtió la anciana con seriedad. "En ese lugar, la señora Giganna aguarda para revelarte el conocimiento que necesitas. Pero ten cuidado, Iris, el otro mundo está lleno de dualidades y peligros".

La Señora Violet profundizó en sus advertencias, revelando la existencia de fuerzas oscuras y benignas que danzaban entre los velos de la realidad. Habló de los poderes mágicos que Iris poseía, como una llama destinada a iluminar en la penumbra.

"La señora Giganna será tu guía, pero el discernimiento será tu mejor aliado", concluyó la anciana. "El otro mundo es un reflejo de tus sueños, pero también de tus temores. Ve con valentía, Iris, y descubre la verdad que aguarda más allá de esta puerta".

Iris Burton | La dama de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora