LA CLASE DEL SEÑOR HOOK

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Iris se despertó en medio de la noche, creía escuchar murmullos. Al enfocar los de su cama, advirtió una extraña figura. Parpadeó varias veces, tratando de confirmar si lo que veía era cierto. Hullea, el Barrek de Fash Dash Pash, con su figura temblorosa, murmuró palabras angustiadas. La tenue luz de la luna revelaba su expresión ansiosa.

Ella, sorprendida por la inesperada visita de Hullea, lo escuchó con atención. Hullea, temblando de miedo, repetía sus súplicas mientras buscaba desesperadamente la compasión de Iris.

"Por favor, joven scira, temo a las sombras que me acechan. Hazme tu leal sirviente y me libraré de mi tormento."

"¿Por qué insistes en que sea tu ama? No deseo dominar a nadie", ante el rechazo de Iris, el Barrek comenzó a llorar desesperadamente, con un quejido aterrador. "Quizás el director de la Academia pueda contratarte y así podrías ser libre".

"¿Realmente harías eso por mí?"

"Haré lo posible, pero primero dime, ¿cómo alguien encuentra libertad en la esclavitud?"

El barrek chasqueó los dedos, y pesadas cadenas de acero envolvieron sus muñecas. Agachó la mirada y, con voz temblorosa, dijo: "He nacido para servir, siempre seré un esclavo. La verdadera libertad, querida Iris, no está en la ausencia de cadenas, sino en tener el poder de elegir cómo llevarlas."

Iris asintió con determinación y aceptó ayudar a Hullea.

La noche se despedía entre relámpagos y truenos, y el amanecer apenas lograba iluminar el cielo, dejando una mañana oscura y sombría.

Las clases comenzaban temprano, y la excitación de los iniciados llenaba el aire en su primer día. Hellen, la chica que se le acercó en la cena, se aproximó a Iris con interés y le dijo: "Hoy veremos si esos rumores sobre ti son ciertos".

Vivianna aconsejó a Iris con un tono de confianza: "No le preste atención, los Morpheos son unos cabezahuecas. Solo quieren intimidar".

En ese momento, Otto entró y llamó a los nuevos para llevarlos a sus clases.

El Gran Hall del castillo se desplegaba majestuosamente con paredes impolutas de blanco y suelos de mármol que resplandecían con la luz. Estatuas imponentes adornaban los rincones, con miradas eternas y posturas elegantes. Las lámparas colgaban del techo como joyas suspendidas en el aire, esparciendo destellos que iluminaban cada rincón. Las barandillas de las escaleras, labradas en intrincados detalles, guiaban la mirada hacia arriba. Las escaleras de cristal, transparentes y elegantes, se erigían como una obra de arte funcional.

La clase de historia, la primera de la mañana, transcurría en el Aula Celestis, un espacio amplio y luminoso con altos ventanales que dejaban entrar la luz celestial. La pizarra relucía como un lienzo virgen, mientras que las filas de pupitres parecían aguardar ansiosas el conocimiento por venir. En el estrado, el Director Regio Hook, con su porte digno, preparaba el inicio de la lección.

Los niños entraron con una mezcla de asombro y expectación, observando con ojos curiosos cada rincón del Aula Celestis. Los pupitres pulidos y las sillas parecían listos para acoger a las mentes inquietas, mientras que las altas columnas que enmarcaban los ventanales conferían una sensación de grandeza al lugar.

Con solemnidad, el señor Regio se aclaró la garganta, y su figura imponente ocupó el frente del salón. Su presencia inspiraba respeto.

"Bienvenidos a la clase de Historia del Mundo Antiguo, queridos iniciados. Aquí no solo descubrirán los orígenes de Arcáneida, sino también los hilos de sus propios destinos", anunció Regio Hook con voz profunda y envolvente. "Quisiera que abrieran sus libros en la página 12. Allí encontrarán el comienzo de nuestro viaje por los rincones más recónditos de nuestra historia mágica", instó el director, observando cómo los estudiantes buscaban la página indicada.

Mientras Iris observaba el título de la página: "Maior Situs, un mundo de paz", Hook prosiguió con su discurso.

"Este libro contiene la crónica de nuestro hogar mágico, Arcaneida, o como se conoce comúnmente, Maior Situs. Aquí encontrarán los relatos de los Sciros y Nonex, de las grandes batallas y los momentos de paz. Pero no solo es un registro del pasado, sino también un vaticinio de los eventos futuros que nos aguardan. Estudiaremos juntos el tejido que entrelaza nuestras vidas con la magia que nos rodea."

Iris alzó la mano con determinación y preguntó "¿Estudiaremos también la historia de Weldon Terry, el Vitactor que creó magias oscuras y tenebrosas, y que buscó la inmortalidad a expensas de la vida de los inocentes?"

El silencio se apoderó de la clase cuando Iris formuló su pregunta. Regio se aproximó a la chica con cierto nerviosismo antes de responder. Suspiró, y con la solemnidad de quien revela secretos oscuros, compartió la verdad. "Weldon Terry fue un individuo cegado por terribles ansias de poder. Sus actos oscuros no merecen ser recordados como logros para la historia, sino como advertencias sobre la fragilidad de la moral cuando se busca el poder a cualquier costo".

Palcony, con voz temblorosa, alzó la mano y preguntó con curiosidad: "¿Qué tipo de magia oscura creó Weldon Terry?".

Iris, interesada en los motivos detrás de las acciones de aquel personaje, agregó: "También me gustaría saber por qué tantas vidas inocentes tuvieron que sufrir por sus actos".

"Si alguno de ustedes desea profundizar en este tema, los invito a visitar mi despacho más tarde. Ahora, sigamos con la lección", anunció Regio, dando por terminada la conversación. "Viajemos a tiempos inmemorables..."

La clase se extendió, pero cada relato del señor Hook fascinó a los alumnos, sumergiéndolos en la intrincada historia de Maior Situs.

Iris y el menudo Palcony caminaron por un largo pasillo hacia el despacho de Regio Hook. La puerta, imponente y adornada con detalles mágicos, se abrió lentamente, revelando un interior repleto de mármol resplandeciente y cristal tallado. Criaturas mágicas en miniatura decoraban los estantes, y una imponente chimenea ardía con un fuego dorado en la esquina de la habitación. En el centro, un majestuoso escritorio de madera de roble sostenía documentos y objetos misteriosos. En una esquina del despacho, una lámpara flotante emitía una luz suave y cambiante, iluminando el lugar con tonos mágicos. Un reloj de arena, aparentemente ordinario, destilaba un fluido iridiscente que marcaba el tiempo de manera peculiar. Libros encantados volaban alrededor de una curiosa estantería. En una esquina, una esfera de cristal mostraba imágenes de lugares lejanos, como ventanas a dimensiones desconocidas.

El señor Hook, ataviado con una nueva túnica, invitó a Iris y Palcony a tomar asiento. De entre sus pertenencias, extrajo un cáliz de cristal cuyas líneas y grabados narraban alguna misteriosa historia.

Iris Burton | La dama de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora