The shadow of the past

La verdad

Jungkook había emprendido una prolongada batalla contra su temperamento desde joven, un conflicto que lo condujo por un laberinto de interminables sesiones con psicólogos. Las caras de aquellos profesionales se desdibujaban en la nebulosa de su memoria, pero los recuerdos de su madre, quien falleció cuando él era apenas un joven, seguían siendo vívidos. Aunque la pérdida debería haberlo sumido en una profunda tristeza, experimentaba un sentimiento paradójico de alivio, como si, de alguna manera, la ausencia de su madre lo hubiera liberado de ciertas ataduras emocionales.

Yuna, una destacada psicóloga especializada en trastornos de ira, observaba a Jungkook con atención mientras vertía café en una taza y se la ofrecía. La relación entre ambos trascendía la mera consulta profesional; Yuna también era una amiga entrañable del pelinegro, lo que fortalecía su conexión y confianza.

—¿Por qué piensas que tu problema ha vuelto? —preguntó, llevándose su propia taza a los labios.

Jungkook se mostró nervioso; sus ojos reflejaban la lucha interna que estaba experimentando.

—Los recuerdos de mi pasado han vuelto —confesó con sinceridad—. Siento como si hubiera pasado ayer, todo lo que hice, lo que le hice a él... —suspiró—. Ahora estoy teniendo sentimientos y pensamientos confusos.

—Es normal que los eventos pasados resurjan, especialmente cuando enfrentamos cambios significativos en nuestras vidas. La mente tiende a reexaminar experiencias no resueltas o situaciones que dejaron una marca profunda —explicó con calma—. ¿Podrías hablarme más sobre esos sentimientos y pensamientos confusos que estás experimentando?

Jungkook reflexionó por un momento antes de responder.

—Me encuentro dividido entre el arrepentimiento y la ira hacia mí mismo. No puedo dejar de pensar en todo lo que hice, en cómo lastimé a las personas, especialmente a Jimin. Al mismo tiempo, me enfurece sentirme tan impotente ante estos recuerdos.

La psicóloga Yuna lo observaba con atención, esperando sus pensamientos.

—Creo que todo comenzó durante unas vacaciones —comenzó Jungkook—. Jimin estaba disfrutando de su tiempo, y yo... de alguna manera, me sentía extraño. Descubrí que era gay, aunque era obvio dado cómo lo encontramos en aquel burdel y eso me afectó más de lo que pensé. Tal vez fue una especie de sobreprotección hacia Jimin, pero no entendí completamente mis propios sentimientos en ese momento.

Yuna asintió, sabiendo que las emociones pueden ser complicadas y tomar tiempo para comprender.

—Entiendo que hablar de tus sentimientos hacia Jimin puede ser complicado. Sin embargo, también es importante explorar la naturaleza de tus emociones. ¿Has considerado la posibilidad de que puedas sentir atracción hacia él?

Yuna percibió el cambio en el humor de Jungkook, captando la incomodidad que él experimentaba al tratar sus propios sentimientos, especialmente cuando se quedó en silencio. Con delicadeza, optó por seguir la dirección que él había tomado y, con una pregunta sobre los niños, buscó mantener la fluidez en la conversación. Afortunadamente, su iniciativa fue acogida con una respuesta por parte de Jungkook.

—Es bueno saber que Jimin se lleva bien con los niños. La relación con ellos es esencial, ¿verdad? ¿Cómo se están adaptando a su presencia en sus vidas?

Jungkook sonrió al hablar de sus hijos.

—Sí, los niños realmente lo adoran. Se han acostumbrado a tenerlo cerca, especialmente en las clases de pintura. Jimin tiene una forma especial de conectar con ellos, y eso les ha ganado mucho cariño. A veces creo que lo consideran más un amigo que un tío —dijo, notándose una chispa de alegría en su mirada.