The shadow of the past

Desastre

Varios días transcurrieron desde aquella conversación con Taehyung. Desde ese día, su mente experimentó un cambio notable; se sentía más irritable. A pesar de intentar hablar varias veces a solas con Jimin, ya sea por la presencia de su esposa o incluso la de Taehyung, le resultaba imposible.

En ese momento, mientras estaba sentado en la sala de su casa, observando un programa de televisión que parecía interesante, su mente estaba lejos de concentrarse en la pantalla. En su lugar, anhelaba escuchar a través de la pared, hacia la cocina donde su esposa y Jimin reían alegremente. Sentía molestia al notar que Jimin le prestaba tanta atención a ella. Se preguntaba por qué no podía tener un momento a solas para hablar con Jimin; siempre estaban presentes Haneum, Taehyung u otras personas, pero nunca lograban estar solos. No era tonto; sabía que Jimin también lo estaba evitando. Sin embargo, no podía evitarlo.

Su psicóloga le había aconsejado que tuviera una conversación sincera con Jimin, que explorara en su interior para descubrir la verdad de sus propios sentimientos. Sin embargo, cada intento se veía frustrado por las circunstancias que rodeaban sus encuentros, y la frustración crecía en él día a día.

De repente, oyó el nombre "Yoongi". Parecía que su esposa había hecho un comentario, desencadenando risas cómplices entre ellos. Era evidente que algo estaba sucediendo entre Jimin y Yoongi. La mera idea de algo más entre ellos le molestó profundamente. Recordó los meses anteriores cuando Jimin regresó a su vida, sintiendo un gran pesar por los abusos que había infligido al joven. Sin embargo, Jimin le había otorgado su perdón e incluso su amistad, especialmente por el bien de sus hijos, a quienes Jimin adoraba. Ahora, lo único que deseaba era un acercamiento con él, una conversación sencilla, o al menos una de esas hermosas sonrisas que Jimin solía dedicar a sus hijos o a su esposa.

Las risas cesaron y de repente escuchó su voz.

—Jungkook, Haneum dice que la cena está lista —Jungkook lo quedó observando por un momento; tenía que hablar con él—. Jimin, yo... —De repente, la voz de su esposa detuvo sus palabras—. Cariño, la cena está lista, ven —le dijo risueña, y Jimin casi corrió hacia la cocina. Si no estaba mal, parecía que huía de él.

Todos se encontraban en el comedor disfrutando de la comida. Haneum les daba indicaciones a los niños que habían terminado antes de comer y les decía amablemente que se cepillaran los dientes. Se despidieron educadamente de Jungkook, quien les brindó una sonrisa. Ahora solo quedaban los tres adultos en la mesa.

Al ver la tensión, Haneum habló primero:

—¿Qué les parece que tomemos algo mañana? Es domingo —dijo mirando a los hombres que tenía a su lado y lado. Jungkook no supo qué decir, y Jimin tenía una expresión algo incómoda. Sin siquiera esperar sus opiniones, Haneum se levantó y fue a buscar unas botellas de vino y algo de soju, mientras ambos se quedaron sentados en el comedor.

—Si no quieres, le diré a Haneum que lo deje para otro día —Jungkook habló nerviosamente.

—No, tranquilo, me caerá bien una copa —sonrió Jimin, también algo nervioso. Jungkook iba a decir algo más, pero llegó Haneum.

—Traje varias cosas —dijo mostrando todos los tipos de licor que había llevado.

Ya eran más de las dos de la mañana, y las tres personas estaban ebrias. Haneum estaba casi dormida en el sillón, y Jimin y Jungkook aún parecían estar de pie, algo risueños.

—La llevaré al cuarto —Jungkook levantó a su esposa y subió a su recámara. Al bajar, no encontró a Jimin en la sala. Se asustó imaginando que se fue a esas horas de la noche. Rápidamente entró a la cocina y lo encontró lavando la vajilla utilizada en la cena.