Narra Irving:
Álex. Dije en voz alta al despertarme de golpe a mitad de la noche.
Mi querido amigo, probablemente esté en inminente peligro y yo aquí, no puedo permitir darme el lujo del descanso mientras él está en esa desgraciada situación. Necesito saber cómo se encuentra, de lo contrario, estaría haciendo una falta a nuestro fuerte pacto de amistad eterna.
Pude regresar de mi viaje de pensamientos y puse en marcha mi búsqueda. Después de ponerme la ropa y los zapatos, salí corriendo hacia la puerta, la cual estaba bajo llave. Mi madre me ha dejado encerrado en ésta prisión que se dice llamar "hogar" tengo que idear un plan rápidamente sí es que quiero salir de aquí.
A mi mente llegó la idea de salir por el balcón de mi habitación, no hay otro opción, tendré que saltar por ahí para escapar, espero no hacerme un gran daño.
Subí a la habitación y me dirigí al balcón, me mantuve un momento ahí, pensaba en muchas cosas lo cual hizo que mi corazón se acelerara y que mi piel empezara a sudar, lo tengo que hacer por mi amigo.
Y después de esos pensamientos salté hacia afuera quedando así libre, caí en un arbusto el cual amortiguó un poco la caída pero salí de ahí con algunos rasguños, eso no importa cuando tienes en mente ayudar a alguien.Comencé a correr, las lágrimas empezaron a salir al pensar que no lo iba poder encontrar, las lágrimas resbalaban por mis mejillas y finalmente caían al suelo tras de mí por el viento fuerte que viene en contra mía.
El hermoso paisaje frente a mí; un millar de puntos luminosos sobre un manto oscuro. Hacía que pudiera apaciguar mis tristezas, pero, después de un momento, los malos pensamientos tomaron fuerza de nuevo, haciendo que mis ojos se vuelvan cristalinos por las lágrimas.
Llegó un momento en el que pude tranquilizar mis preocupaciones, pensé en que no había razones suficientes para estar así, solo mis delirantes pensamientos creados por mi trastornada mente. Dí por hecho que este es uno más de mis momentos de pensar de más.
Mi vista pudo aclararse y mis pensamientos eran buenos, hasta que ví a lo lejos, hasta el final de la larga calle poco iluminada, la puerta de la casa de mi amigo abierta. Corrí velozmente hacia ahí, encontrando así un escenario aterrador; un desastre por doquier. Libros, cuadros y utensilios desperdigados por todo el lugar.
Los cristales de las ventanas estaban rotos y un gran espejo hecho pedazos.A mi mente llegaron muchos pensamientos, pero de entre todos ellos resaltaba uno; mi amigo en verdad está en medio de un gran peligro. Mi mente, mi alma y todo mi ser en ese momento ya estaban destrozados por completo. ¿Cómo lo voy a encontrar entre una gran ciudad? Sin siquiera tener una sola pista de él y teniendo una gran tempestad que paraliza mi cuerpo y que no me deja avanzar.
No podré solo, necesito a alguien.Narra Emilio:
Durante los últimos meses he encontrado un nuevo pasatiempo, pasatiempo que me ha ayudado mucho a consolar mi ya muy lastimado ser en los momentos más detestables. Ese pasatiempo es la lectura, cada noche me desvelo devorando con mis ojos antigüos libros que he encontrado en el fondo de mi sótano. Para mí, es como alimento para el alma, pues después de levantarme de este sillón me retiro a dormir con gran satisfacción.
Esa noche no era la excepción, me hallaba sentado en un sillón cómodo leyendo un antiguo libro de fantasía en medio de una habitación oscura, una sola luz sobre mí que me ayuda a ver para poder leer con comprensión. Una gran taza de té me acompaña a mi lado y suave música clásica romántica emerge desde lo más profundo de la oscuridad.
El ambiente se vuelve mágico, una atmósfera construida por escenarios de ensueño y personajes fantásticos me envuelve y me lleva a un viaje directo a la historia que leo. Puedo sentir que los personajes me hablan al oído y me llevan a explorar mundos inimaginables.
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Enséñame a amar
RomanceIrving, un chico de dieciséis años, introvertido, serio y depresivo empieza a florecer en él el sentimiento romántico al ver a la persona equivocada, o tal vez no. Una historia llena de sorpresas, dolor, traiciones y finalmente después de la tempest...