Narra Irving:
Mientras Álex hablaba de lo bien que la íbamos a pasar, yo lo escuchaba atentamente, veía la emoción en sus expresiones la cual hacía brillar sus ojos como sí fueran estrellas en su punto más vivo. En ese entonces, no parecía conocer el dolor pues todo en él es completa y plena felicidad.
Pero sin darme cuenta, toda la atención que le daba se volcó completamente en una persona extraña a no más de unos diez metros del salón. Se hallaba sentado en una banca y miraba con confusión a sus alrededores. No fueron muchos los segundos que Álex tardó en darse cuenta de que ya no le prestaba atención, y fue ahí cuando se puso a dirigir su vista a donde estaba plantada la mía y a mirar con suma atención lo que yo veía.
—Parece ser que hay alguien nuevo —dijo Álex muy emocionante—. Me veo en la necesidad de ir a hablar con él para hacerlo nuestro amigo —dijo y después se levantó para ir a donde estaba él.
—¿Te has vuelto loco, Álex? ¿Cómo puedes atreverte a hacer eso? Es un completo desconocido, además me prometiste que no me volverías a meter en situaciones incómodas —dije en un tono bajo y asustado, tomándolo del brazo para que no se fuera.
—Estoy bromeando —dijo con su tono burlesco—. Pero parece ser un buen tipo, a primera instancia no puedo ver algo malo en él, ¿o acaso no te gustaría un nuevo mejor amigo?
—A decir verdad, no. Tu amistad me es suficiente, es todo lo que algún día pude desear encontrar en un amigo.
Álex hizo una expresión de ternura y después habló:
—Entiendo, pero pienso que no deberías ser conformista, cada persona te puede ofrecer una amistad totalmente diferente y especial, eso es algo maravilloso que tu personalidad conformista te impide disfrutar.
—No se trata de ser conformista, te lo acabo de explicar hace un momento, es mi introversión, es mi miedo a...
No pude terminar lo que decía, pues en ese momento venía entrando el profesor, ordenando a todos que guardaran silencio y que se sentaran pues la clase comenzaría pronto. Cuando el profesor empezaba a hablar, en ese momento, y cómo sí estuviera planeado, el director escolar entró por la puerta acompañado de aquél misterioso chico, interrumpiendo así él inicio de la clase.
—Perdone la imprudencia, profesor Emilio. Pero es que aquí le traigo a un nuevo alumno —dijo el hombre mirando a aquél joven y señalándolo con una mano.
Luego, ese hombre caminó hacia el centro del salón, delante de todos y ya estando ahí juntó las manos por detrás del cuerpo y comenzó a hablar.
—Chicos, el día de hoy se integra a nosotros el joven Samael Alamilla, así que por favor quisiera que todos los reciban con la más cálida bienvenida —dijo con un tono de voz serio y una mirada de la misma manera, y mientras, todos mirábamos a aquél chico que presentaba—. Él a mí parecer en un joven de espíritu alegre y con buen afrontamiento a la vida, así que no creo que vaya a tener mayores complicaciones al iniciar desde cero con nosotros —decía mientras lo miraba con una sonrisa entre su espesa barba blanca.
Y luego añadió:
—No le quito más el tiempo, profesor Emilio. Continúe con su clase —dijo antes de salir de el lugar.
—Bienvenido al grupo, Samael —dijo el profesor abriendo sus brazos para darle un abrazo, pero él, aunque aceptó el abrazo, se mostró distante y procuró no tener el mayor contacto físico—. Puedes sentarte ahí —y señaló el lugar.
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Enséñame a amar
RomanceIrving, un chico de dieciséis años, introvertido, serio y depresivo empieza a florecer en él el sentimiento romántico al ver a la persona equivocada, o tal vez no. Una historia llena de sorpresas, dolor, traiciones y finalmente después de la tempest...