—No confíes en él, no confíes.—
Vegeta despertó en su habitación bañado en sudor, era el sueño perturbador y repetitivo, una voz femenina le pedía no confiar en alguien ¿Quién era? ¿De qué se trataba? Sus pesadillas eran mas frecuentes y reales, se repetía que solo era un sueño pero, parecía que lo había vivido. Suspiraba y se volvía a recostar, miraba el reloj y eran las 3 de la madrugada, una hora genial para estar despierto entre semana.
Tomó su celular y comenzó a ver videos cortos, alguna que otra risa se le escapaba mientras navegaba buscando que ver. De pronto su puerta sonó. Toc toc
—Príncipe ¿Está todo bien?— Era la voz de su niñera, la vieja Celry, una mujer amargada que jamás se había casado y disfrutaba de hacer su vida imposible, no le era un secreto que su teléfono estaba intervenido y podían revisar todo lo que veía, así que sabían que estaba despierto, no valía la pena fingir.
—Si, solo fui al baño.—
—Entonces apague su celular y duerma, tiene colegio por la mañana.—Vegeta de mala gana bloqueó el celular y se acostó de nuevo, el sueño se le había ido, así que recurrió a cerrar los ojos e intentar dormir, durante buen rato dio vueltas en la cama hasta que por fin cayó de nuevo en un profundo sueño. La pesadilla había desaparecido, ahora estaba en un lugar que no conocía, no era su palacio ni su ciudad, era un campo grande lleno de arbustos frutales, no podía identificar el lugar pero era agradable. De pronto pudo ver a lo lejos una chica, como de su edad tal vez, jamás la había visto.
—Ayuda.— la chica lo miró con sus ojos llenos de lágrimas y él avanzó hacia ella sin poderla alcanzar, cada que corría se alejaba hasta que dejó de correr, entonces ella desapareció. Un dolor inexplicable se apoderó del príncipe, como si hubiera perdido algo muy importante. Quizá debía salvar a aquella chica, pero no podía saber quién era.
La alarma sonó y Vegeta despertó, como había estado despierto buena parte de la noche ahora tenía sueño. Apago la alarma y se volvió a envolver en sus cobertores.
—Despierte dormilón.— la molesta mujer anciana entraba a despertar al príncipe.
—¿Qué no tienes sueño? También te desvelaste.—
—Las viejas como yo ya no necesitan dormir mucho, ande, tiene que ir a la escuela.—
—No quiero.—
—No le estoy preguntando.— la mujer sacaba con fuerza los cobertores uno a uno hasta dejar a Vegeta sobre la cama sin cobija.
—¡Hace frío!—
—Pues ya metase a bañar señor, tiene colegio y va tarde.—De mala gana Vegeta fue a tomar un baño para despertar, como príncipe pensaría que gozaba privilegios, pero no, en realidad gran parte de su obligación consistía en cumplir agendas estrictas que incluían la escuela. Su padre había estipulado que debía asistir a un colegio de alto nivel para su preparación completa, tenía que conocer a sus potenciales aliados y trabar amistades con los hijos de sus principales socios comerciales.
Toda esa simpatía era la fachada para generar más riquezas y más poder. Un plan perfecto si no fuera por la arrogancia de Vegeta, quien odiaba estar cerca de la gente, usaba su postura política para ser intocable. No tenía amigos y así estaba bien, odiaba la falsedad. Tampoco le preocupaba salir con chicas, ya su padre se había encargado de arreglar un matrimonio con alguna noble de algún lado que no conocía y no le interesaba conocer. Así que no perdía su tiempo con amoríos, eso era para la gente común y corriente.
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En mis sueños
FanfictionUA. A través de sus sueños, Vegeta, un caprichoso príncipe heredero, amante de las artes marciales mixtas y justo, aunque con métodos cuestionables, descubre que hay alguien que le importa más que él mismo y sacrificaría todo por salvar su vida. Lu...