Conexiones del destino

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Bulma caminaba a casa después de un día terrible, iba estresada, cabizbaja, enfadada. Pero tuvo una sensación, como si alguien la observara, era ya de noche pasaban las 10:30 pm y sus piernas temblaban, volteó hacia atrás y pudo ver la silueta de alguien. El pánico la invadió, se sentía en peligro y corrió lo más que pudo, al dar la vuelta en la esquina esperó guardando su mejor golpe, pasaron los segundos que para el momento parecían horas y nadie apareció. Decidió asomarse y no pudo ver un alma. Suspiró y pensó que tal vez fue su imaginación, la capital del oeste no era tan segura en todos lados, pero su ubicación era la mejor de la ciudad. No había que temer, estaba a salvo.

24 horas antes

Después de ser el hazme reír del colegio durante una semana entera, Bulma arremetía en contra de Yamcha, si no hubiera estado distraída con él y su ausencia, el debate podría haber sido pan comido.

—¡Ay como odio la monarquía! ¡Y a Yamcha también!— tomaba su almohada imaginando el rostro de su novio y lo golpeaba.

A pesar de que el joven Beisbolista se había deshecho en disculpas, ya que su celular "había sufrido una avería y no pudo avisarle a su novia que su madre tuvo una emergencia"... lo requería en el restaurante. Bulma no creía su cuento, era claro que mentía, se le había olvidado que tenía la clasificatoria y había hecho planes con sus amigos del equipo para salir de fiesta. Para calentar más el asunto, tenía la mayoría de materias compartidas con su novio, verle la cara era una tortura.

Lo único que deseaba era ver al chico misterioso de sus sueños, ese que la besó en un sueño y la hizo sentir tan amada. Seguramente él no se olvidaría de sus clasificatorias del grupo de debates, Bulma pataleaba. "Lástima que no existe" . La joven peliazul decidió entonces respirar profundo e irse a dormir. Ya era tarde y al otro día tenía clase de matemáticas a primera hora, sabía que debía despertar muy temprano pero su cuerpo la traicionaba y pasaba por un insomnio terrible, de las 7 horas que acostumbraba dormir, con suerte durmió dos.

Si soñó algo, no se acordaba, pero lo más probable era que no había soñado nada, durmió horrible y levantarse le costó mucho trabajo, al mirar su celular saltó, eran las 7:00 am y la clase empezaba 8:10, no le daría tiempo de nada, corrió a por su uniforme, apenas tuvo tiempo de arreglarse y subir a su motocicleta.

El tráfico era infernal, si tan solo hubiese salido a la hora de siempre, no le habría tocado avanzar tan lento, miraba el reloj de la motocicleta mientras seguía atrapada y los minutos pasaban. Pensaba en ir en motocicleta hasta su salón de clases, pero eso sería una amonestación y la podría poner en riesgo de no entrar a la universidad de la AB Ligue que quería.

—Debí usar el helicóptero.— la joven se lamentaba.

Justamente 8:07 llegó a la escuela, ni siquiera metió su motocicleta en su cápsula, la dejó mal estacionada y se metió corriendo, el salón estaba en el tercer piso, así que subió las escaleras saltando escalones y se apresuró para llegar al salón. El maestro hablaba a con alguien, si la puerta no estaba cerrada, podía entrar así que corrió y se coló tras el profesor antes de que la puerta cerrara.

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