La joven que escribía cuentos.

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         ✿·━━━━━━━━※━━━━━━━━·✿Estoy aquí otra vez, como cada noche estoy de nuevo en este bucle de pensamientos negativos que invaden mi mente cada que intento tocar el lápiz

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Estoy aquí otra vez, como cada noche estoy de nuevo en este bucle de pensamientos negativos que invaden mi mente cada que intento tocar el lápiz.

Me va a explotar la cabeza antes de poder escribir algo decente, pensé mientras llevaba mi cabeza al escritorio dejándome caer decepcionada de mi poca creatividad. Entonces como cada noche, el grito de mi madre avisando que la cena ya estaba lista vino a rescatarme del sufrimiento causado por mi mente.

—Tu padre está por llegar, imagino que ya hiciste tu tarea, ¿No? —dijo ella como cada noche.

—Si ma, no me llevo mucho tiempo así que pude hacer los quehaceres para que no las hicieras tú al llegar. —Me senté en la mesa tratando de comenzar a comer siendo interrumpida por la llegada de mi padre.

Como de costumbre, me paré de mi asiento y espere a que mi padre se sentara, cuando se dejó caer a la silla y soltó el mismo suspiro que cada noche, supe que era mi momento de quitarle los zapatos y traerle algunas sandalias para andar en casa.

La cena comenzó como cada noche, mi madre sirvió nuestros 3 platos y mi padre con su voz entre enojada y cansada se quejaba de las horas extras que tenía que hacer sin recibir un pago extra a cambio, mi madre igual se quejaba, esta noche el tema de conversación era el dolor de espalda que le causaba su trabajo y como se sentía triste al no poder pasar el día conmigo.

Entonces mi padre hizo algo que nunca había hecho antes, golpeó la mesa con la palma de la mano y suspiro.

—¿Eso es todo? Yo tengo un trabajo de verdad, donde me lastimo y tengo que aguantar al estúpido de mi jefe, ¿para que? Llegar a casa y tratar de estar en tranquilidad todo para que tus exageradas quejas no me dejen ni comer. —Se levantó y golpeó la mesa con ambas manos—. Yo solo quiero llegar y poder descansar.

—Mi trabajo al igual que el tuyo es difícil y me cansa, tu te quejas y te quejas todo el tiempo, yo también me canso sabes? —dijo mi madre aguantando el llanto.

—Tu solo cuidas una casa de una anciana, le barres y le cuidas la comida. Yo trabajo en una construcción y me lastimo y sangro, sangro por esta familia y sangro para pagar todas las cuentas, así que, ¿Podría tener mi momento de paz al llegar a casa? —dijo mi padre.

Mi padre se fue furioso a su cuarto, dejando su plato a medio comer.
Mi madre se levantó rápido de la mesa, al igual que mi padre solo había probado por encima su plato, después de tirar la comida restante al jardín mi madre se puso a lavar ambos platos tratando de ocultar sus lágrimas, pero los sollozos que llenaban toda la vacía habitación me hizo darme cuenta que estaba llorando.

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