𝐂𝐚𝐩𝐢̄𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐜𝐚𝐭𝐨𝐫𝐜𝐞

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El alfa no pudo evitar aquél pequeño salto al escuchar el estruendoso sonido de los trastes caer sobre el suelo, quebrándose algunos que eran de vidrio.

- ¡Fue tu culpa! ¡Por tu culpa mi hijo murió! No vengas aquí a pedirme entrar a su habitación y llegar a mi casa como si nada hubiese pasado. Tú lo convenciste de irse sin pedirme permiso y al no encontrarlo, la única noticia que recibí es que mi hijo había muerto.

- Sé que fue mi culpa, Señor Jeon, mi omega falleció por una imprudencia...

- No es tu omega, nunca lo fue y nunca lo hubiese sido - Gruñó - Nunca lo marcaste, ¿fue porque mientras él te esperaba tú estabas en la cama de otra?

- Su hijo nunca me dejó, ¿qué podía hacer yo en mis celos?

- ¡Aguantar! Si tu omega aún no se sentía preparado para eso, lo menos que podías hacer era esperarlo hasta cuando él quisiese, eso hace un buen alfa.

- No puede hablar usted de buenos alfas cuando hasta su propio hijo le temía.

- Me arrepiento de ello, no he tomado ni un poco de alcohol desde lo sucedido, ¿y tú? Sigues teniendo encima ese asqueroso olor de la omega con la que te sigues acostando.

- ¡Su hijo ya no está aquí! Tengo derecho de acostarme con cuantos omegas quiera.

- Lo puedes hacer ahora, pero no cuando estabas a su lado - Soltó un suspiro, viendo al alfa nuevamente y empujándolo hasta la salida - Nunca más vuelvas aquí, jamás, tres metros que estés cerca de mi casa y verás para qué sirve mi arma.

El alfa más chico dio un último gruñido, saliendo de la casa del mayor, dando un portazo y caminando por las calles, sacando su celular al sentirlo vibrar, que era un mensaje de la omega pelirroja.

El hombre volvió a gruñir, recordando aquél sueño que había tenido esa noche, de nuevo un sueño con aquél omega y ese alfa desconocido. Se cuestionaba si debía hacerle caso a un simple sueño, pero de verdad sentía algo dentro de su pecho que le decía que confiara en aquellas imágenes.

Habían pasados varios meses desde el accidente del omega, y al parecer, las únicas personas que lo recordaba eran él y su padre, aunque no había dejado desapercibido una parte de aquella charla donde el alfa mayor pareció olvidar el nombre de su hijo por algunos segundos.

Aquello sólo le ayudaba a confirmar su teoría de que la madre Luna se había llevado al omega a otro mundo y trataba de borrar todo rastro de él en este mundo, ¿por qué? ¿Con qué propósito?

Yugyeom recordaba igual aquellas veces en las que el omega le hablaba de cosas extrañas, esto cuando estaban más chicos y el omega "jugando" le contaba historias, diciendo que creía que en su vida pasada se había casado con un alfa muy apuesto y caballeroso, pero que desgraciadamente ambos murieron, primero matando al omega y luego al alfa.

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- A veces sueño cosas raras, Yug. Esta noche soñé con un alfa, un alfa muy guapo - Rió - Al parecer su omega murió, pero luego encontró a alguien más luego de la muerte de su amado; se volvió a enamorar y al parecer ese omega era el mismo, pero con otro cuerpo, ¿no es bonito? Reencarnó para reencontrarse con su alfa... Pero no todo fue tan bonito, su omega enfermó sospechosamente y murió, luego el alfa, al parecer un impostor se encargaba de envenenar poco a poco al omega hasta que murió, aprovecharon el dolor del alfa para así poderlo capturar y matarlo... Mis sueños a veces son así de tristes.

- ¿Sueñas muy seguido con una pareja así, Kook? - Cuestionó Yugyeom -.

- Sí, pero siempre mueren los dos, al parecer no pueden ser felices.

Destined Universe (Taekook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora