Destined Universe (Taekook)

𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞

- Entonces... ¿Me darás mi regalo? - El alfa preguntó.

- Que te lo dé el otro - Respondió.

- Omega, por favor - Pidió casi en un berrinche.

Jungkook miró al alfa un par de segundos, bajando luego su mirada a la pequeña caja de madera de aproximadamente quince centímetros de cada lado.

Realmente el omega no quería mostrarle aquél regalo, esto luego de darse una vuelta por la mesa de regalos y poder observar aquella torre de ostentosos obsequios. No podía dejar pasar desapercibidas aquellas piezas de piedras costosas, que Jungkook estaba seguro que costaban millones.

- Dudo realmente que a mi rey le agrade mi regalo.

- ¿Por qué? Si tu regalo fue el que más esperé durante toda la noche.

- Es muy simple, yo... No le puedo ofrecer algo más.

- ¿Qué mejor regalo que tu presencia? Y tenerte justo ahora en mi habitación, sin nadie más, sólo con un hermoso omega que me trae perdido. Si no te sientes seguro en darme tu obsequio, no te obligaré, sólo deseo que sepas que sea lo que sea ese regalo, me encantará y será lo mejor que me han.

- ¿Cómo le hace? - Se quejó a lo bajo, mirando una última vez aquella caja, dando un suspiro.

- ¿Hacer qué?

- Convencerme, hacerme ceder tan fácil y rápido a cualquier cosa... Tiene ese don.

- Es mi encanto, mi omega, pero siempre desearé tu comodidad primero.

El omega asintió, volviendo a suspirar y terminando por extender sus brazos, entregándole al alfa su obsequio, jugando con sus dedos luego de que el mayor lo tomara con total emoción y lo detallara con las yemas de sus dedos.

Yoongi había ayudado al omega con su obsequio, él se encargó de hacer la caja y ponerle aquellos detalles que Taehyung no dejó pasar desapercibidos. En la madera estaba escrito su nombre y debajo de este, la frase: "Para el mejor rey del mundo". Taehyung podía sentir sus labios ya cansados de tanto sonreír como bobo al leer esto.

Cuando finalmente tomó la tapa y la abrió, sus ojos se iluminaron al observar una rosa, no siendo esta vez una color rojo, sino una color rosa. Una hermosa rosa y junto a ella una linda pulsera con una piedra, un hermoso cuarzo que le daba ese toque a la pulsera.

- No lea la carta ahora, Majestad - La voz del omega lo sacó de sus pensamientos.

- Es lo que justo ahora quiero hacer.

- ¿Le gustó? Es algo muy simple, pero le puedo prometer que fue con total cariño.

- No lo dudo, sin duda alguna mandaré a poner un estante para colocar esta cajita y verla todos los días.

- No es necesario, la hice para que pueda guardar sus pertenencias y todos los días recuerde que es el mejor rey que existe.

- Mi omega - El alfa lo miró con cariño, sintiéndose nervioso ante aquellas palabras y dando una sonrisa antes de apresar el cuerpo ajeno en un abrazo.

- Era mentira eso de que vaya con el mono, no lo dejaría, Alfa.

Escuchó una carcajada de parte del otro, quien negó, dejando un corto beso sobre la frente del omega y lo miró fijo.

- Jamás, el único omega en mi corazón, eres tú, eres el único al que veo.

Taehyung hundió su nariz en la cabellera ajena, llenándose con su aroma y dejando sin pena el suyo, retirando así todo rastro del olor de aquél alfa príncipe. No le agradaba en absoluto. Y le encantaría que su omega jamás volviese a tener ese olor encima, aunque Jungkook parecía tenerle cierto cariño.