𝐂𝐚𝐩𝐢̄𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐨𝐧𝐜𝐞

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Los guardias se encontraban caminando de un lado a otro en aquella cierta zona del bosque, ya desde hace semanas las huellas de cierto tipo de calzado seguían apareciendo en el suelo; y de no ser por la población la cual expresó su preocupación con el rey, quizá los impostores podrían haber llegado más lejos.

Taehyung igual se encontraba ahí, acompañando a sus guardias y viendo con detenimiento las huellas, escuchando las palabras de un señor ya mayor de edad, quien le explicaba y daba algunas opciones de dónde podrían provenir. Algunas de las opciones fue la dinastía de los reyes que ahora mismo se encontraban bajo el techo de su castillo, más las demás opciones eran de dinastías algo lejanas a la suya, por lo que Taehyung lo veía como algo difícil, más no imposible, obviamente.

¿Qué querían? Bueno, podrían querer muchas cosas, ya se había dicho que la dinastía Kim es rica en muchas cosas, no sólamente en joyería, sino también en sus cosechas, sus nutrientes, entre más.
Taehyung no debería estar preocupado por un posible ataque a su gente, pero lo estaba, todo lo que estaba sucediendo llevaba a una sola cosa:

Otro ataque.

Así había sucedido cuando desgraciadamente su padre lo recibió con la noticia de que impostores habían entrado por las orillas del pueblo; estaba volviendo a suceder.

El rey trataba de estar lo más calmado posible para no alterar a nadie, pero la verdad es que había mandado una gran cantidad de guardias por todo alrededor del pueblo, no pasaba esto desapercibido por algunas de las personas, ¿por qué el rey mandaría tanta seguridad después de las quejas por las huellas? También ellos comenzaban a preocuparse, más no querían que los rumores que hacían llegaran a oídos de Taehyung.

Y volviendo con él, Taehyung escuchaba atengo ahora a las palabras de un joven no muy mayor a él, un joven de ojos rasgados y oscuros, con una estatura alta... Un alfa. Aquél alfa había visto días antes no sólo las huellas, sino algo mejor: Una pulsera.

Una pulsera de tela que contenía una pequeña piedra en medio de ella, una piedra amarilla y hermosa; Taehyung estaba seguro que aquella los guiaría por un mejor camino para encontrar a tal dinastía que pretendía atacarlos sin razón alguna.

- Muchas gracias por ayudarnos, joven - Taehyung habló, agradeciendo a aquél alfa - ¿Cuál es tu nombre?

- Yoongi, Min Yoongi, a sus órdenes, Majestad - El alfa dio una reverencia, dando un paso hacia atrás para retirarse, más fue interrumpido por su rey.

- Siento que te conozco, ¿es así?

- Posiblemente, Majestad, mi omega trabaja para usted - El alfa respondió.

- Entonces lo hago, muchas gracias por ayudar, puedes ir con tu omega ahora, joven Min Yoongi - Taehyung le dio una sonrisa, dando igual un paso hacia atrás.

- Muchas gracias, que tenga buena noche, Majestad, cualquier cosa que ocupe, puede ir a nuestra cabaña, queda a unos quinientos metros de aquí, al sur, es bienvenido.

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Y Taehyung podía ser de todo, pero no era un idiota, ya hacían muchas semanas en las que visitaba diariamente el jardín en el que el omega trabajaba, no pasa desapercibidos todos aquellos coqueteos por parte de los alfas que acompañaban al omega.

Y tanto su lobo como él se sentían muy molestos por ello, ¿a caso no era evidente que aquél omega no estaba para sus coqueteos?

Bueno, Taehyung nunca lo ha dejado en claro, ni siquiera se atrevía a dar el primer paso en cortejar al omega. No podía decir nada... Bueno, sí puede.

Destined Universe (Taekook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora