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Lunes 9 de Agosto

Hoy he dado el primer paso para ser una persona potencialmente laboral.

Supongo que aún puedo relajarme porque todavía suena muy lejano. Al menos, hay cinco años por delante que me quedan para decir adiós a estos pensamientos y el último para idear en dónde quiero continuar.

Entonces no hay que ir lejos. Este día fue "normal". No tengo otra palabra mejor que lo describa. Siendo mi primer día, mis padres (como de costumbre) me acompañaron hasta la universidad. Agradecí que está vez se hayan quedado en el auto dado el pequeño trauma que viví en mi primer año de preparatoria cuando mi madre me llevó hasta la puerta del aula.

En aquella ocasión fui el centro de miradas por casi cinco minutos que fue lo que duró el largo trayecto hasta el salón. Aún así, agradezco el gran esfuerzo que hicieron al llevarme cada día en auto.

Tal parece que en esta ocasión las cosas serán diversas. Mi padre se dió a la tarea de instruirme en el arte de la conducción por un par de meses, lo que sería de ayuda cuando no pueda ir a dejarme. Según él, esto me debería ayudar a mejorar el sentido de la responsabilidad y autonomía.

Hasta cierto punto estoy de acuerdo, pero aunque me hubiera gustado experimentar el sofisticado y económico servicio de transporte público, sé que no se sentiría tranquilo sabiendo que su hija anda expuesta a peligros que conlleva (con mayor frecuencia) el traslado.

Pero continuando con esto, como bien mencioné, todo pareció ir según lo pensado.

El edificio donde tendría mi primera clase la haye sin problema debido que días antes estuve investigando por medio de la página universitaria. Gracias al cielo conseguí un croquis en línea y luego de repasar mi recorrido fue casi pan comido y digo “casi” porque no contaba con que a la tercera hora nos tuviéramos que mover a otro edificio. Entre en pánico y casi me pierdo sino es que una compañera se apiadó de mí y permitió que la acompañara.

Pero lo que se sintió la muerte fue el momento que aconteció después.

“El receso”, o dicho en términos universitarios, la hora libre que tuvimos luego de que un profesor se ausentara.

Por suerte mi capacidad de respuesta fue perfecta ya que para cuando habían pasado díez minutos me encontraba afuera explorando la pequeña biblioteca que hay disponible a escasos pisos de ahí.

El resto de la mañana fue similar al comienzo por lo que pude sobrellevar de cierta forma mi día.

Diario escolar (Lésbico) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora