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Un ambiente melancólico, un lugar lleno de neblina, era lo que Mamoru veía estando inconsciente. Una voz le hablaba, pero no era capaz de escuchar claramente.

- Alguien me esta llamando... Cabello largo, siempre e soñado con ella, ¿quién me llama? - podía ver enfrente a esa chica - ¿Eres tú? ¿Sailor Moon?

Lucía triste, ella estaba llorando, Mamoru lo recordó, hace millones de años había ocurrido algo parecido.

La marca de la media Luna, Serenity llorando por el llamándolo Endymion, había vuelto a nacer en la Tierra como Mamoru Chiba.

- Si, solo para verte otra vez - recostado en las piernas de Sailor Moon, aun débil, extendió sus manos para agarrar su cara - Serenity

Dejo caer sus manos, desmayandose, escuche a Serena llorar más fuerte al punto de gritar, todas estábamos sorprendidas.
Fue como si algo hiciera click.

- ¿La marca de la Luna creciente?

Escuche a Mina, vi que su tiara cambio, el cuerpo de Serena brillaba, al igual que ella, sentí que me sucedía lo mismo, nuestro traje se cambió por un vestido, ella uno blanco mientras que a mi uno plateado.

- Ella es la princesa Serenity.

El reloj de Mamoru qué había dejado de funcionar, ahora sus manecillas giraban hacia atrás, iba en el pasado y Serenity recordaba sus recuerdos perdidos, su triste pasado.

Al igual que en los sueños que ambas hermanas tenían, una espada cortaba el cuerpo de Endymion.

- ¿Cómo pude olvidarte? - Serenity puso su mano en la cara de Endymion - Te recuerdo, mi amado Endymion.

En el abismo azul de su mirada cautivadora, había un planeta azul, calmado de paz y de esperanza.

Se convirtió en el secreto de Serenity, bajaba varias veces a ese planeta solo para verlo, poco a poco ambos se enamoraron.

Con la Tierra siendo testigo de aquel romance, ambos estaban en el palacio, abrazándose.

- Endymion, debemos dejar de vernos.

- ¿Por qué?

- Las personas de la Tierra y de la Luna no deben relacionarse, esa es la regla de Dios.

Ambas hermanas se enamoraron de alguien de la Tierra, aun sabiendo que era algo prohibido, pero eso acabo en una tragedia.

Siendo Beryl de líder de aquella rebelión, los humanos fueron atacar al Milenio de plata, seguido por uno de los soldados del príncipe de la Tierra.

- ¡Basta! ¡No causarán una guerra sin sentido!

Endymion intentaba detenerlos, queriendo proteger el hogar de la mujer que amaba.

-¡Príncipe! ¿Traicionaste la Tierra? - Beryl venía agarrando una espada, hasta que vio a Serenity - ¡Toma esto!

Llena de celos, con una sombre detrás de ella, corrió hacia Serenity dispuesta a matarla, sin contar que Endymion se metiera.

- Di algo por favor, abre los ojos, al fin nos hemos encontrado otra vez.

Ver a Serena así sin duda me partía el corazón, más estar recordando pedazo de su antigua vida.

Una lagrima cayó, convirtiéndose en un cristal, brillo con mucha intencidad, como si de la Luna se tratase.

- ¿El cristal de plata?

Era una luz demasiado cálida, sentí como si me estuviera dando poder. Algo salió del cristal y entro al cuerpo de Tuxedo Mask, dejando de brillar.

Una sombra de apareció detrás de aquel hombre, dejando ver a la reina Beryl.
Todas fuimos donde Serena y nos pusimos enfrente de ella.

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