104. Los juegos mentales de vecna.

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Capítulo Siete

La masacre del laboratorio Hawkins

Cuarta parte

El patio delantero de Tina estaba cubierto de enredaderas, señal reveladora de que Lily había caído en otra parte del Revés y no en el mundo real

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El patio delantero de Tina estaba cubierto de enredaderas, señal reveladora de que Lily había caído en otra parte del Revés y no en el mundo real. Estaba oscuro, y la habitual luz hogareña que provenía de la casa no se veía por ninguna parte. Los escalones del porche, por los que Lily había tropezado tantas veces, se estaban cayendo a pedazos. Había varios adornos decrépitos de Halloween colgados en la ventana, y un barril de cerveza oxidado yacía a pocos metros. Enseguida lo comprendió.

Esto era Halloween, 1984.

Sólo había una razón para que Vecna la trajera aquí.

Se levantó con cuidado de no pisar las enredaderas, recordando a la Mente Colmena, y se dirigió a la casa. Fuera lo que fuese lo que la esperaba, se mostraría tanto si ella lo quería como si no, así que pensó que prefería acabar de una vez. La puerta estaba ligeramente entreabierta y se abrió en cuanto Lily la tocó.

Ni siquiera había cruzado el umbral cuando apareció Cindy.

Su amiga avanzó dos pasos y Lily retrocedió dos, sin querer. Se había acostumbrado tanto a huir de Cindy, que se había convertido en algo natural. Dio otro paso atrás y tropezó, su pie se enganchó en una gruesa enredadera que había en el porche.

Extendió los brazos al caer, esperando caer por los escalones del porche, pero no fue así. Cayó al suelo mucho antes.

Entonces, ya no estaba en la casa de Tina.

Estaba en los túneles del Revés y, para su horror, el cuerpo de Cindy yacía en el suelo ante ella, con el mismo aspecto que tenía cuando Lily la había encontrado allí hacía más de dos años. Estaba tan blanca como el vestido que llevaba, y casi todas las zonas expuestas de su pálida piel estaban llenas de cortes y moratones.

Lily no sabía qué hacer. Instintivamente, volvió a alejarse de Cindy. Estaba confusa. Primero la casa de Tina, ahora esto. Si Vecna iba a matarla, supuso que ya lo habría intentado, para no darle tiempo a escapar de nuevo. No sabía cuál era su plan. No sabía qué significaba todo aquello.

La mano de Cindy se extendió y le agarró el tobillo.

Ella gritó y retrocedió aún más, librándose del agarre de Cindy con gran dificultad. En su afán por liberarse, perdió el equilibrio y sus piernas se enredaron en las lianas. Ahora tenía miedo y estaba sola.

Ley de Atracción | Steve HarringtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora