VI

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Tras aquella reunión Alex decidió pasar tiempo con Andrea para conocerla un poco más, Kara decidió ayudar a Lena a desempacar su cosas; si bien el apartamento era pequeño a Lena le gustaba ya que tenía esa sensación de hogar... o tal vez era porque provenía de Kara, miró a su alrededor antes de sentarse en la cama

—puedo ver cachorros corriendo por aquí

Kara levantó la mirada de los cajones que hacía espacio para ver a su esposa con los ojos iluminados ante la idea de tener cachorros, aquello lleno de amor su corazón, se acercó a ella para poder tomar sus manos

—¿cuanto falta para que entres en celo?

—tres días

Tres días y nueve meses más serían los que durarían solas pues después de los tres días Kara hará todo por que los sueños de Lena de ver cachorros corriendo por el apartamento sean real, tres días y nueve meses para adorar a su esposa sin compartirla, tres días y nueve meses para hacer el festejo de su unión. ¿Pero que tal un mes y tres días después? Así podrían celebrar su unión y anunciar si Lena está embarazada

—¿quieres cachorros?

—si... pero no los quería sino te encontraba, desde niña sabía que solo quería cachorros con quien mi alma conocía... y bueno aquí estamos

—también e esperado por ti y tener nuestra enorme familia

La rubia dejó un beso en la frente de su esposa para después bajar al cuello de la misma. En el apartamento de a lado la otra pareja tenía una charla un poco más seria con relación a los cachorros

—está bien eras una niña a cualquiera se le caen los bebés de juguete

—no es sólo eso... en la secundaria durante las prácticas de cuidado de un cachorro yo siempre lo olvidaba pero como en casa teníamos empleadas decía que estaba con la niñera... en una ocasión la profesora se enojó tanto que grito a toda la clase que mi cachorro estaba muerto por negligencia de la madre, me hizo sentir muy mal y llore

La azabache había comenzado a derramar lágrimas ante el recuerdo amargo de esa etapa, la rubia la tomó para acomodarla sobre sus piernas y darle los mimos que sabía que necesitaba

—no vas a estar solo como la práctica Morgana... amabas cuidaremos de nuestros cachorros y veras que serás la mejor madre de todas, estaré contigo siempre

—te amo mucho Linda

—también te amo mucho

Ambas se dieron un beso cálido, Linda continuó mimando a su esposa para hacerle saber que siempre iba a apoyarla pasara lo que pasara.
Esa tarde Kara y Lena no terminaron de desempacar las cosas de la última, habían decidido practicar tener cachorros tres veces que ya estaban cansadas; mientras Lena trazaba figuras en el cuerpo de su esposa, la rubia revisaba cuanto faltaba para su ciclo... la última vez lo recibió aún faltaban quince días y ahora su marcador tenía el número 1. ¿Cómo podría retrasar su celo dos días más? No había forma, entraría en celo antes de que su esposa entrar en el suyo.

El sol entraba por la ventana pero no había sido lo que había despertado a Lena, cuando pudo abrir los ojos noto como Kara la había tomado de forma posesiva y con un poco de fuerza, la respiración que chocaba contra ella la sentía pesada además su aroma era terriblemente dulce generando que la omega supiera que estaba ocurriendo

—Kara... Kara...

Si bien la omega susurró y sacudió del brazo a su esposa está soltó un gruñido mientras comenzaba a desesperarse poco a poco hasta finalmente encontrarse con los ojos verdes de su esposa

—estas en celo

No fue una pregunta sino una afirmación, la rubia soltó el agarre posesivo de su esposa, alargó la mano a la mesa de noche en busca de sus supresores, lo que no esperó fue que su esposa tomara su muñeca con delicadeza para que los ojos verdes y azules se encontraran de nuevo

—tómame
c
—pero aún no estás en celo

—está bien cariño, para ti son tres días así que no saldremos hasta que yo también entre en celo

Dicho esto ambas mujeres unieron sus labios en un beso apasionado y necesitado, la omega recorrió la piel desnuda de su esposa sin separase del beso a su vez que arañaba las piernas. La alfa las cambió de posición mientras lentamente entraba en su omega, está gemía y levantaba las caderas para mayor profundidad, una vez que la rubia ha llegado al fondo la azabache rodea las caderas de su esposa con sus piernas y lleva ambas manos a su espalda para poder arañarla con mayor libertad. Kara golpea con fuerza el interior de su esposa arrancadole tanto gemidos como gruñidos contra la boca contraria, el sonido de sus cuerpos chocando se escuchaba de forma vulgar por toda la habitación, mientras que el motivo de la cama contra la pared era oído por las del otro aparato

—parece que nuestras hermanas quieren romper la pared

—no me extrañaría, Kara está en celo

—supongo que tendré que encargarme de la empresa...¿te parece acompañarme temprano? Abra una reunión con algunos inversionistas y todos son alfas que se creen mucho

—por supuesto y si se pasan de la raya contigo los pondré en su lugar

—eres la mejor esposa Linda

Intercambiaron rápidamente varios besos antes de salir al comedor, ambas comieron huevos fritos con tocino, pan tostado y café antes de dirigirse a L-Corp.

La herencia del lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora