ღ 𝟎𝟖. ღ

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-Qué día más largo, por favor- Murmuró Hyunjin, dejándose caer sobre las sábanas de su cama

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-Qué día más largo, por favor- Murmuró Hyunjin, dejándose caer sobre las sábanas de su cama.

Un largo día en el instituto, luego de una pelea que casi termina en desastre contra Yeonjun y con Minho recriminándole su mal comportamiento. Joder, sí que había sido un día largo.

Sólo pedía una cosa, lo único que esperaba cada día desde que tenía siete años.

Que el sol se pusiese en el horizonte, una vez más.

Le costó aceptarlo en un principio, se negó a sí mismo una realidad por vergüenza, más cada vez que Felix aparecía, su mente dejaba de hacerle daño.

Ese chiquillo rubio era su ángel salvador, su luz en la oscuridad aterradora de la noche sombría. El pequeño jamás le había hecho daño por mucho que Hyunjin lo hubiese alejado, tanta fue la fidelidad y el cariño que fue cuestión de tiempo para que simplemente el amor hiciese de las suyas en el corazón de aquel chico malhumorado.

Felix ya había caído en las redes de aquel sentimiento feroz que lo cegaba cuando Hyunjin sonreía, desde que había sido creado su corazón latía por aquel chico, y a medida que los años pasaron, el calor en ambos pechos creció poco a poco hasta volverse uno al son de un baile que solo ellos podían disfrutar.

Hyunjin suspiró, sus ojos observando el atardecer a través de su ventana. Felix estaba en el sofá de la entrada, Hyunjin lo dejaba allí mirando hacia el ventanal para que pudiese apreciar la belleza del día en ella. Era lo mínimo que podía hacer, él se había prohibido a sí mismo volver a sacarlo de la seguridad de su hogar por simple curiosidad.

Felix era débil siendo un peluche, eso era obvio, y no iba a permitir bajo ningún término que le volviesen a hacer daño por su incompetencia.

Young Mi suspiró antes de cerrar el libro de hechizos, sus manos acariciando el forro aterciopelado con cuidado. Felix estaba listo, ya era momento de que su habilidad fuese por fin llevada a su máxima potencia.

Con cuidado de no llamar la atención de su nieto, agarró su bastón de roble y comenzó a caminar hacia la sala. En cuestión de minutos Felix volvería a su forma humana, y Young Mi quería estar allí para entregarle el presente terminado. Su sexto sentido no le mentía, esa noche ella no debía estorbar, las vibras de un amor joven recorrían la casa y una anciana no debe interferir en ello.

El sol se puso en el momento justo en que Young Mi dejó el libro sobre la mesa ratona, el peluche fue rodeado por destellos de colores brillantes antes de que el cuarto fuese inundado por una luz blanca proveniente de este, encegueciendo por apenas unos segundos a la mujer antes de que Felix apareciese y apoyase su mano sobre la espalda de esta, con gesto preocupado.

-Noona, usted debería estar descansando, la acompañaré al cuarto- Felix apenas si empujó suavemente a la mujer para animarla a caminar hasta que los pies de ella se despegaron del suelo y la mujer sonrió, levitando hacia las escaleras.

●● 𝑪𝑼𝑰𝑫𝑨𝑵𝑫𝑶 𝑨 𝑼𝑵 𝑪𝑯𝑰𝑪𝑶 𝑫𝑬 𝑷𝑬𝑳𝑼𝑪𝑯𝑬 ✟ 𝑯𝒚𝒖𝒏𝑳𝒊𝒙 ●●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora