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Gojo Satoru, por una vez, se ocupa de sus asuntos. Es su único día libre esta semana, diablos, este mes, y planea usarlo en consecuencia. Entonces, imagina su sorpresa mientras pide kikufuku en su lugar favorito en Sendai cuando un tipo diferente de energía flota en su dirección.
Quiere pasar su día libre sin pensar en maldiciones, usuarios de maldiciones, superiores, bla bla bla, pero esta energía no es algo que pueda simplemente ignorar.
_¿Podría traerme dos de tu matcha?_ dice una voz suave y melódica desde su derecha. Satoru parpadea sorprendido al sentir a otro rozándolo.
¿Como diablos?
La mujer no parece darse cuenta de su dilema. De hecho, apenas le dedica una mirada y en cambio se concentra en la tarea que tiene entre manos. Si su estrategia es actuar sin interés mientras envuelve su energía extraña. Bueno, mierda, está enganchado.
La energía que lo envuelve es tan pura como seductora. Su cuerpo se siente más ligero. Lentamente, arrastra sus ojos a lo largo de su cuerpo. Su vestido blanco es corto y ajustado. No se pueden ocultar esas curvas. Su polla se aprieta dolorosamente en sus pantalones. Por un momento, olvida cómo respirar.
Dios mío, esto podría convertirse en una situación. Ahora bien, Satoru no es alguien que se jacte del tamaño de su pene, a menos que la mujer bonita con su energía intrigante se lo pida, entonces podría presumir un poco o incluso mostrárselo si se presenta la oportunidad.
Lo cual es un problema.
Uno, ella podría causar problemas. Dos, ¿cómo diablos está superando su infinito? Y tres, él no tiene relaciones, por lo que incluso si ella es una buena persona, aún así no debería entretener pensamientos sobre esos deliciosos muslos envueltos alrededor de su cintura o su hermoso trasero en el aire mientras él... ejem.
Sus pensamientos se están alejando de él. A Satoru le gusta pensar en sí mismo como alguien que está por encima de pensamientos tan pervertidos. Las mujeres pueden ser problemáticas y muchos hombres se han enamorado por los caprichos de una mujer y, sin embargo, él cree que no le importaría enamorarse de ella.
_Deberías probar el especial. Está relleno de crema batida y zunda_ bromea en tono conversacional. Satoru estaría mintiendo si dijera que sus ojos no se iluminaron detrás de sus gafas oscuras al sentir su mirada sobre él.
_¿Me estás invitando?_ Vuelve su atención al cajero, cuyo enfoque se desplaza entre ambos con una sonrisa en sus rostros.
¿Está invitándola? Satoru no está seguro de qué es lo que quiere de ella. Rasca eso. Sabe lo que quiere, pero pensar con esa cabeza sólo le traerá problemas. Ella podría ser alguien enviada a matarlo, pero él no se da cuenta de ninguna intención maliciosa y no es como si no pudiera detenerla si fuera necesario.
Mierda.
Saca su billetera, pide dos cajas y dos bebidas para llevar. También puede aprovechar la situación al máximo. Si ella va a perseguirlo, al menos podría esperar hasta que tenga un kikufuku. Realmente son un manjar. El mejor tipo en Sendai _Gojo Satoru_ se presenta mientras sostiene los productos en sus brazos.
