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_Creo que tú y Satoru deberían hablar.
Suguru se congela. El arroz se escurre entre sus palillos _¿Hablar?
_Sí_ Kagome coloca sus manos en sus caderas _No sé qué está pasando entre ustedes dos, pero sea lo que sea, no hay razón para que no puedan hablarlo y recuperar su amistad_ Se humedece los labios y se sienta junto a Suguru _He estado pensando con la pérdida de mi familia y la muerte de Hojo-kun, que tienes razón en cuanto a que la vida es tan corta. Es demasiado corta para que tú y Satoru no hagan las paces.
_No creo—
_Él vendrá esta noche para ver una película. ¿Podrías comprar algunos bocadillos?_ Se inclina hacia adelante y apoya la cabeza en el puño. ¿Por qué la mira así? Honestamente, ¿qué pudo haber sido tan malo que Suguru se congela ante la idea de tener una conversación civilizada con Satoru? _Tengo que pasar por casa de InuYasha hoy. ¿Recuerdas a Inu, verdad? Bueno, de todos modos. Su esposa, Hana, tendrá al bebé en cualquier momento, así que pasaré y ayudaré a arreglar su casa.
_Eso es muy amable de tu parte_ responde, dejando los palillos en el suelo _Ahora... ¡ejem!_ tose _¿Sobre la visita de Satoru?.
_Bueno, no sé qué le gusta aparte del kikufuku. Eso no puede ser lo único que come. Y es tu mejor amigo, así que deberías conseguir algo que le gustaría como ofrenda de paz.
_No creo que ese sea el tipo de oferta que le gustaría recibir de mí.
_No seas difícil_ Ella pone los ojos en blanco y se levanta. Que hipócrita. Él puede seguir y seguir sobre cómo ella necesita vivir el presente y hacer que cada momento cuente, pero se niega a escuchar sus propios consejos _De cualquier manera, Satoru vendrá. O puedes unirte a nosotros, o puedes hacer... cualquier cosa que hagas cuando no estás aquí molestándome.
_Fácil, Podría pensar que estás tratando de seducirme_ Él se ríe, pero es la risa más falsa que jamás haya oído salir de su boca.
_Mira, estoy segura de que, sea lo que sea, ustedes pueden solucionarlo_ Ella deja escapar un suspiro _Quiero decir, Inu y yo no siempre nos llevamos bien y lo superamos.
_¿Qué pudo haber hecho que requiriera tu perdón?_ Él la mira a través de esas largas y oscuras pestañas suyas. Kagome se muerde el interior de la mejilla, Se mete con el florero que hay sobre la mesa. Tiene tantas ganas de abanicarse. Desde ese día, ha sido más difícil ignorar a Suguru.
_Él intentó matarme la primera vez que nos conocimos_ Ella se encoge de hombros _Luego estaba ese problema con su novia muerta y ella tomando la mitad de mi alma por un momento_ Allí las flores lucen mucho mejor ligeramente hacia la derecha que en el centro de la mesa _... ¿Qué te pasa en la cara?.
